10ª Tour Francia: Alivio

Jasper Philipsen © Alpecin

Rafa Mora / Ciclo 21

Digan la verdad. Venga. Díganla. Con la mano en el corazón, ¿eh? La etapa de hoy, ¿Qué tal? Bien, ¿no? Interesante, ¿sí? ¿O no? A ver, bien ha sido para Philipsen, que se ha quitado un peso de encima. Interesante habrá sido, no sé, para Van Aert, que se ha visto en la pomada después de penar un poco el resto de días buscando las sensaciones. Incluso para Van der Poel ha sido interesante, seguro, porque ha aportado su trabajo, clave, para el triunfo de su compañero.

Para el resto, pues no sé. Control, control, control, que no significa necesariamente tranquilidad, pero vaya, que si hay que contar lo que ha pasado hoy, pues ya está, acabamos y hasta mañana, que seguro que es diferente por el macizo central. Pero hoy, poco que decir -es que por no aparecer, hoy ni siquiera lo ha hecho el viento…- más allá de constatar que Philipsen sí estaba, que el resto de días en los que se metió en la batalla final, pues oye, no le salió, pero estuvo a punto de dar en el clavo en varias ocasiones y que, por lo tanto, se cumple una de esas máximas de este deporte, que dice que si estás fuerte, si tienes un buen equipo, si la actitud es buena, el premio llega.

Y ahí lo tiene, seguro que tarde -etapa 10- en la cabecita de un ‘killer’ como Philipsen, pero ha llegado y bien, es decir, que ha ganado con clase, con calidad, con seguridad, con un buen trabajo de equipo. Es que, de hecho, este triunfo de hoy hubiese sido injusto que no hubiera sido para el belga, porque el trabajo de su equipo al final ha sido perfecto. Cuántos corredores quisieran tener de lanzador al todo camino de Van der Poel, aunque cuántos alguna vez han visto que, pese al buen trabajo, se les cuela algún extraño. En cualquier caso, hoy Philipsen se ha aliviado. Mucho. Porque no ganar hoy, uf, no sé, le hubieran entrado muchas dudas ya.

Por otra parte, la reflexión del todo, y si me permiten, es la misma que la del otro día: que sí, que las etapas tan claras para los sprinters frenan el ímpetu aventurero de cualquier corredor, pero oigan, no sé, que esto es el Tour, millones de personas en todo el mundo pendientes de lo que pasa, y ya sabemos que este deporte se rige por el patrocinio y la visibilidad, y digo yo que tener a tu corredor con tu espónsor a la espalda y tu bici molona tope gama durante unos buenos kilómetros en pantalla, aunque sepas que 99% te van a cazar, algo de rédito dará al que paga. Porque así ha sido toda la vida.

Viva el Tour (…).

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