Con eso de que pasan las etapas y no llega la victoria española en esta Vuelta, hoy nos habíamos hecho ilusiones viendo a Urko Berrade y a Carlos Verona delante en la última subida y en el descenso a meta. Pero claro, en realidad en una fuga de cuarenta tipos cargados hasta los dientes, cualquier cosa podía pasar sabiendo, además, que había unas cuantas tácticas de equipo porque eran muchos los que tenían más de un representante -y dos, y tres…- en cabeza.
Así es que los cazaron a menos de dos kilómetros a meta, a los dos españoles, que además tampoco iban solos, y les salió por el córner Dunbar, un irlandés que se estrena en una grande y que le ha dado una buena alegría al Jayco. Ni siquiera pudimos levantarnos de la silla cuando vimos a Izagirre cogerse de abajo y buscar su ataque, porque la cabeza del grupo, en ese momento el mismo Verona, mecachis, se le cruzaba delante y le bloqueaba el paso. Dicho esto, nos quedamos hoy -otra vez- con la miel en los labios con el quinto puesto de Urko, el séptimo de Ion y el octavo de Carlos.
Lo que es más destacado de todo esto es lo de Urko, si me permiten. Bueno, lo del Kern Pharma así en general, que si hubiera que darle un premio al equipo más combativo, oigan, premio para los verdes. Porque anda que no lo están peleando, y anda que no están demostrando nivelón los chavales. Los primeros días ya los vimos con Euskaltel mostrándose, y podía ser aquello -no se me ofendan- lógico para equipos con poco que hacer en el resto de etapas, y más para la galería quizá, pero ahora ya no. Con semana y media de carrera, ya me dirán si no tiene mérito, mucho mérito, que Ibon Ruiz y Urko Berrade, que han estado ya en varios fregados, se metieran en el de hoy y que, encima, el bueno de Urko pusiera ritmo de ataque, soltara gente, luego atacara otra vez, y otra, y no se escondiera ni un segundo ante un Zana y un Verona que lo tomó con el máximo respeto de quien sabe que delante tiene un duro hueso.
Maravilloso el rendimiento. Qué leches, el rendimiento y la entrega, que va por delante, los arrestos de decir esta boca es mía y quien quiera, que se venga. Es que, así, solo se les puede desear lo mejor, ‘cagontó’, a los del Kern Pharma y a los Euskaltel, que teniendo un gramo de fuerza deciden, porque sí, que se tiene que quemar en intentarlo. Claro que sí. Bravo.