15ª Tour Francia: Intentarlo es el camino

Jonas Vingegaard durante el Tour de Francia © Visma

Rafa Mora / Ciclo 21  

Los amigos del Tour du Lord, una panda de gente amante del ciclismo que monta unos buenos saraos en el Tour y que hoy estaban a 15 de meta con una perfomance vodevil vestidos de romanos, luchando, en vano, claro, contra Astérix y Obélix, que estaban por allí también, animaban como nadie a toda la tropa que subía Plateau de Beille. Animaban a todos quiere decir a todos, de todas las edades, que luchaban por subir el puerto para ver la etapa, pero sobre todo lo hacían, como los miles de aficionados que allí estaban, a los de cabeza, con un Enric Mas que había ilusionado a la parroquia española metiéndose en la fuga, y todos los demás que hoy lo habían intentado. Lo luchaba el mallorquín, que el día que gane va a sacar una rabia propia de aquel al que le han caído palos por todas partes no sé muy bien si por su manera de correr o por su carácter. El caso es que el bueno de Mas luchaba en esa fuga cara no, carísima, sabiendo que la renta que habían cogido con los de detrás, los buenos, con perdón, porque aquí no hay manco que valga, no era suficiente.

Y no lo fue, porque detrás el Visma se puso manos a la obra en aquello de hacer la carrera dura para que pasaran cosas. Para intentarlo, claro. Que pasaran cosas que, en su favor, sería por fuerza un ataque de Vingegaard, al que ya no le queda otra que ser ofensivo para recuperar el terreno perdido. Y el ataque llegó, claro, a modo de ritmo matador y hachazo a 10 de meta, pero está Pogacar en otro nivel, cosa ya se puede empezar a decir en voz bien alta, y de nada sirvió la lucha del danés y los suyos.

El esloveno dejó en nada todo. Dejó en nada la escapada, dejó en nada el ataque de Mas en el grupo de cabeza, que sí, hubo ataquito valiente, dejó en nada el trabajo de Jorgenson para Jonas, y la batalla entre Mas y Carapaz, que tampoco dio resultados para ni uno ni otro. Ni siquiera sirvió de nada el ataque y ritmo alto sostenido de Vingegaard. Pogacar hizo el cambio, dijo este es mi momento y, si bien Jonas le probó a 9 de meta, Tadej lo hizo a 5,4 para ganar la etapa y decir, tropa, aquí mando yo. Un minuto largo más a la saca, y a esperar la semana final con todo abierto.

Lo que está claro es que en esta etapa se ha visto lo que es este Tour. Este maravilloso Tour: una batalla sin cuartel, unos valientes dándolo todo en cada momento sabiendo, algunos, que no van a ningún lado. Lo que mola, hablando claro, es que este año por lo menos la gente lo intenta. Lo prueba. Qué importante probarlo, porque hablábamos el otro día de los valientes que llenan cementerios pero qué premio tan gordo cuando ese desparpajo da resultados.

Viva el Tour.

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