21ª Vuelta a España: Chris Horner entra en la historia

Nibali, Horner y Valverde © Movistar

Fernando Ferrari / Ciclo 21

Cuando Bob Beamon estableció en los Juegos Olímpicos de México 1968 su estratosférica marca, y obvio récord mundial, de 8,90 metros en el salto de longitud, los especialistas afirmaron que iban a pasar muchísimos años, lustros, décadas para que un ser humano lo superara. No fue hasta 23 años después cuando otro estadounidense, Mike Powell, brincó hasta los 8,95 en el Mundial de Tokio. Y otro con pasaporte EEUU -aunque nacido en la nipona Okinawa- ha registrado hoy una marca que quizás se alargue más allá de esos 23 años. Chris Horner ha sido el ciclista de la historia global más veterano en ganar una de las tres grandes pruebas por etapas -Giro, Vuelta o Tour- con sus 41 años y once meses. Ha sido en la ronda española -el anterior fue el «jovencito» Rominger a los 33 años- y superando los 36 de Lambot en el Tour y los 34 de Magni en el Giro. Sin parangón posible. Una edad atípica para un deportista de elite y no solo en el ciclismo, pero el maillot rojo ya no se lo quita nadie, resultados de análisis aparte. ¿Quién lo batirá?

Quizás Horner abra una nueva vía para los que piensan en retirarse antes de los 35 y haya demostrado que es posible llegar a esos años y este nivel -hamburguesas y refrescos al margen- de forma tan pletórico como ha demostrado en estas ya cerradas tres semanas de competición. Una lesión de rodilla tras la primera etapa de la Volta a Catalunya ha sido, paradójicamente, la clave de su éxito. Dejó de competir, estuvo en tratamiento de una fricción de la banda iliotibial de su rótula derecha hasta que al final pasó por el quirófano. Días oscuros, casi negros, que sólo se recuperan con paciencia, trabajo, experiencia y muchos kilómetros. Casi cinco meses después reapareció en el Tour de Utah -donde ya ganó una etapa– y de ahí a la Vuelta. Sólo se ha puesto el dorsal en tres carreras -sin contar la etapa inicial catalana- y ahí radica su éxito. Mientras Valverde y Purito llegaron de un Tour intenso y Nibali de un más alejado pero exigente Giro que se adjudicó, Horner arribó a Galicia como el que se prepara a tope para el Tour Down Under o las clásicas de primavera. Más de la mitad de días de competición que sus rivales en sus raquíticas piernas, frescura mental y motivación para recuperar su caótica temporada en un recorrido perfecto para su perfil.

Matthews gana el sprint final @Unipublic

La historia de la Vuelta es sobradamente conocida. Los favoritos, sobre todo Nibali, se han visto sorprendidos por este veterano corredor que en su extensa carrera profesional -que inició en 1997 en Francia– ha tenido sus chispazos de calidad como, por ejemplo, la Vuelta al País Vasco de 2010. Nunca fue un aspirante a las grandes vueltas y su mejor puesto era un noveno en el Tour de Francia de 2010. Un buen corredor, con dotes escaladoras, regular contrarrelojista y siempre supeditado a líderes en los equipos en los que ha estado. Eliminado Zubeldia por una caída, Horner enseguida se colocó el liderato del próximamente desaparecido Radioshack y empezó a desplegar su artillería con las victorias de etapa en el Mirador de Lobeira y luego en el Alto de Hazallanas e intercambiando el saltarín maillot rojo entre él y Nibali. Un espectacular y angosto duelo que vivió su culmen en una ascensión para el recuerdo en el Angliru. La balanza cayó del lado de Horner. Merecido.

Al ciclismo español poco más se le ha podido pedir porque no había demasiado más. Valverde luchó hasta la extenuación, pero se vio impotente ante sus dos rivales, con el peso traído del Tour. Tampoco pudo llevarse una etapa ni tampoco el Movistar, que frena así su racha en las tres grandes vueltas. Mejor le fue a los españoles del Katusha. Joaquim Purito Rodríguez tampoco tuvo energía para estar con el dúo ítalo-americano. Se quedó fuera del podio en las grandes desde 2011 pero al menos levantó sus brazos como ganador de etapa en el Naranco. La mitad que su compañero de habitación Dani Moreno, que aprovechó la primera semana para exhibirse en los finales de Fisterra y Valdepeñas de Jaén. Y ahí se terminó el casillero. Euskaltel-Euskadi se despide al menos siendo el mejor equipo de la carrera, pero con la sensación agridulce de su adiós como conjunto y la decepción de Samuel Sánchez que a las primeras de cambio perdió sus opciones de podio. Mejor semblante tienen los hombres del Caja Rural-Seguros RGA, que no cejaron desde el primer hasta el último kilómetro. No ganaron nada, pero sí respeto, admiración, publicidad y la combatividad con Javier Aramendia, la cabeza visible de un grupo que siempre tiene que existir en una gran ronda. Es el balance en Madrid donde el australiano Michael Matthews ganó su segundo sprint masivo, los únicos de toda la ronda, marcada por esos finales en alto y los largos traslados. Jerez de la Frontera espera en 2014.

GALERÍA IMÁGENES

http://youtu.be/9Vz9jzDQa0E

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