2ª Vuelta España: Chaves sorprende y es el primer líder

Así vence Chaves © Orica

Nicolás Van Looy / Ciclo21

No tiene pinta el Caminito del Rey de haber estado jamás, como decía el tango, bordado de trébol y juncos en flor, pero sí fue una sombra de lo que fue y de lo que es. Después de que Alfonso XIII lo inaugurase y sirviese durante décadas para facilitar el paso de los operarios, trabajadores, mercancías, vecinos y, ya a última hora, turistas y excursionistas, este espectacular paso colgado de manera imposible del desfiladero de los Gaitanes cayó en el abandono antes de renacer, espectacular y majestuoso, el pasado año para convertirse en una de las joyas de la corona del turismo activo del sur de España.

Tampoco sabemos si Esteban Chaves, postrado en la cama del hospital, destrozada la clavícula tras una caída en el Trofeo Leigueglia, soñó algún día con vestirse de rojo en la Vuelta a España sólo dos años más tarde. Ni si ahora, cuando el fantasma de las posibles muy serias secuelas que amenazaron a ese brazo son ya sólo un mal recuerdo, tarareará, feliz en su hotel, aquello de caminito que todas las tardes, feliz recorrerías cantando mi amor. Pero seguro que lo recordará por siempre. Feliz. Sonriente. Como subió al podio para convertirse en el primer líder de la Vuelta a España 2015 después de una etapa que sirvió para que pasaran muchas cosas. Sobre todo, sustos y declaración de intenciones entre los favoritos.

Una etapa, la segunda –o primera de verdadera competición– en la que Matteo Montaguti, José Gonçalves, Walter Pedraza, Nelson Oliveira, Davide Villella y Bert-Jan Lindeman conformaron la primera gran escapada de la ronda española. La fuga, sin representante patrio alguno, nunca tuvo opciones de llegar. El pelotón apenas permitió que alcanzara los tres minutos de ventaja en una jornada demasiado corta y con mucha necesidad de tener a los mejores en la parte delantera en el tramo final como para hacer experimentos extraños. Los experimentos, mejor con gaseosa, pensaron los equipos importantes, que trabajaron duro por mantener a sus jefes de filas protegidos de las adversidades.

Una misión, la de salvaguardar a los mandos, que no pudo cumplir con la eficiencia deseada el Astana. La escuadra más fuerte a priori de esta Vuelta a España vio cómo uno de sus mejores hombres, el único corredor con la Triple Corona presente en esta edición de la carrera, Vincenzo Nibali, daba con sus huesos en el suelo en una montonera producida a falta de unos 30 kilómetros para la llegada. El Tiburón, no demasiado afectado –al menos, no tanto como su compañero Tiralongo, que dormirá mal un par de noches–, se vio de repente en un lío monumental. Como es su deber –aquí siempre hemos criticado el buenrrollismo imperante en el ciclismo moderno– ante una circunstancia de carrera, varios equipos, al percatarse de que el italiano había hincado –literalmente– la rodilla, tomaron el mando en el grupo y aceleraron la carrera de manera definitiva.

Con el Caminito del Rey tan cerca, claro, para quedar bien ante los buenistas del mal entendido fair play por el que no se puede atacar a un rival caído, pinchado, averiado o, si me apuran, con un grano en salva sea la parte, podrán siempre escudarse en que era el momento de separar el grano del trigo. Sea como fuere, Movistar, Sky y Katusha tiraron fuerte para dejar a Nibali a 1:30 del pelotón. Pero el Tiburón hizo gala de esa fama de irreductible combatiente que se ha ganado a pulso y volvió a conectar con el gran grupo, pero el calentón que se había metido para conseguirlo, incluso cuando de la rueda de Luis León Sánchez volvió a ponerse a rueda de los mejores, no hacía presagiar nada bueno.

Y llegaba ya el momento de la verdad. Subida de poco menos de seis kilómetros con tramos realmente duros y en los que se podía hacer diferencias considerables, algo para lo que los favoritos debían de implicarse. Y eso, la implicación de los favoritos, era la ‘X’ que faltaba por despejar de la ecuación en un tiempo en el que impera el llamado ciclismo Youtube y el conservadurismo extremo.

Pero no. Movistar fue el primero en mover ficha. En declarar sus intenciones. Se miraban, con cara de ‘muévete tú que a mí me da la risa’ Valverde y Purito Rodríguez. Asistía, impasible, a la escena Chris Froome, un ojo puesto en su telemetría y el otro en sus rivales. Se movían, nerviosos, algunos no tan ilustres nombres aparentemente incómodos por estar allí. Y entonces, como decimos, Movistar dejó claro a qué ha venido a la Vuelta a España del año 2015. A ganar la carrera. Si todos miran a Valverde, atacará Nairo. Si todos miran a Nairo, el que se moverá será Valverde. Pesadilla en el pelotón. Al menos, para sus rivales, claro.

El primer líder 2015 © Orica

Pero el ataque de Quintana, a algo más de dos kilómetros de meta, se llevó a dos invitados más o menos inesperados. Uno, Nicolas Roche, sí era esperable. El irlandés cubrió a uno de los grandes enemigos de su jefe de filas -¿o hizo su carrera?, el tiempo nos lo dirá–, poco amigo de estos cambios de ritmo. El otro, Esteban Chaves, era el soplo de aire fresco. La sorpresa. El nuevo –ya hemos perdido la cuenta de los que llevamos en los últimos años– mirlo blanco colombiano. Ganador de etapa en el Giro de Italia (sí, ya sabemos que era la CRE inicial, pero eso también cuenta, y si no, que se lo digan a BMC) de este mismo año, pareció dudar en algunos momentos, especialmente cuando, contra todo pronóstico, Quintana flaqueó. Se descolgó y se quedaron solos, arriba en cabeza, Roche, Chaves y un Dumoulin que se unió el último a la fiesta.

Tras protagonizar, casi, un sur place increíble en la empinada rampa final, Chaves aguantó a rueda de Roche en el intento desesperado del Sky por llevarse la etapa. Luego, con un Dumoulin que quiso jugársela a su teórica superior velocidad en el sprint, se volvió a mostrar intratable no sólo ganándole, sino reventándole literalmente a 30 metros de la llegada. Triunfo y liderato.

Y ya tocaba mirar hacia atrás. Pasaban los segundos y entró Roche en meta. Y el reloj digital del arco de meta casi hacía el mismo ruido, pesado y lentísimo, de sus predecesores analógicos en las torres de las iglesias. Y seguían cayendo segundos y nadie aparecía por esa pequeña curva final. Y llegó un casco verde, pero era Dan Martin, tras una portentosa subida. Y volvió a pasar una eternidad y, entonces sí, aparecieron Nairo Quintana ¡y Purito Rodríguez!, que había contactado con uno de sus grandes rivales y les había metido cinco segundos a Froome y a Valverde. Y 11 a Aru. Y 15 a Landa. Y 20 a Van Garderen. Y 29 a Pozzovivo. Y, entonces, mucho después, entró Nibali. Le han caído 1:28 en meta, sí, pero el italiano ha salvado una jornada que se le puso imposible demasiado tarde.

Esto, recuerden, no ha hecho más que empezar. Hoy dormiremos con la última joya salida de la inagotable mina colombiana vestida de rojo. Con Nibali lamiéndose las heridas. Con Purito contento por la renta conseguida. Con Valverde y Froome algo menos, pero sin preocupaciones. En definitiva, hoy dormirán todos tranquilos porque aquí nadie ha perdido nada. Los únicos que han ganado algo son Esteban Chaves y, sobre todo, los aficionados, que han asistido a la etapa que esperaban ver cuando se presentó el recorrido en enero.

La próxima etapa

Perfil de la 3ª etapa © Unipublic

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Sección Vuelta España Ciclo 21

DECLARACIONES

Esteban Chaves: «Es mi primera victoria en una carrera de tres semanas y además consiguiendo el liderato así que estoy feliz. A partir de ahora, todo será diferente. La idea era colocarme en una muy buena posición al empezar el puerto, el equipo ha trabajado mucho y muy bien, y así lo hemos hecho. Hemos ido como a tirones, faltaba un kilómetro y los nervios te pueden, no sabía si el resto estaba más fuerte que yo, pero no podía estar tirando un kilómetro entero porque, de esa manera, no podía ganar la etapa. Espero tener el liderato el mayor tiempo posible, ojalá, vamos a ver qué pasa».

Nairo Quintana: «Hemos tenido suerte porque a punto ha estado de afectarnos la caída, que ha sido dura, como la etapa. La Vuelta es así, con emboscadas, repechos, caídas y cosas que no se esperan. En el final se me han acabado las fuerzas tras el ataque. He probado porque me sentía bien. Lo he querido intentar, quería seguir y no he podido. El calor me ha afectado en los últimos kilómetros, pero era interesante poder sacar ventaja y hemos obtenido tiempo sobre algunos rivales. Lo de hoy demuestra que vengo a por esta carrera, pese a que afrontar en una misma temporada Tour y Vuelta a España es algo nuevo para mí”.

1ª (BMC)

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