4ª Tour Francia: Orica sorprende en la CRE y Gerrans, líder

El orica, en su entrada en meta / Foto Tour

Fernando Ferrari / Ciclo 21/

Una victoria que se ha prolongado dos días. Es lo que tiene cuando un corredor y/o equipo australiano gana en Europa con el horario más o menos alineado con el meridiano de Greenwich. El Orica-Greenedge, que dirige el vasco de adopción Neil Stephens, fue el relativamente sorprendente vencedor de la contrarreloj por equipos en Niza hoy martes. Pero en la otra parte del hemisferio, sobre todo en la costa este, en el estado más poblado de Queensland, sus aficionados lo celebraron ya en la madrugada del miércoles. Fiesta sobre fiesta, porque después del golpe de Simon Gerrans a Peter Sagan en la última etapa corsa, el corredor de la olímpica Melbourne es el nuevo maillot amarillo de la ronda francesa. Más de 24 horas de celebración total para un exganador en San Remo y un equipo que no tienen objetivos en la general, pero que está siendo la enorme revelación del arranque del centenario -incidente del autocar aparte- y por méritos propios. Quizás hayan cumplido, pero analizando su poderoso momento de forma, no parece que sea el último podio que pisen.

Quizás alguna parte de culpa de su victoria la tenga Manolo Sáiz, el obsesivo director del ONCE con estas técnicas etapas y que tantas veces aleccionó a Stephens en esta agonística disciplina. También la exquisita escuela australiana fraguada en la pista, en la persecución, tanto individual como por equipos, que luego aplican con eficacia a la carretera y ahí están los resultados, tanto en los velódromos como en la ruta. Y ha sido un éxito casi al sprint, con foto-finish, porque apenas 75 centésimas de segundo es la porción de tiempo que les ha aventajado respecto a los campeones del mundo de la modalidad, el Omega Pharma, al que sin duda le ha influido el dolor corporal que sufre el alemán Tony Martin tras su accidente. Con el arco iris cronometrado en plenitud quizás el resultado hubiera sido distinto, pero la clasificación es inamovible. Mejor cara de lo prevista la dio el Sky de Froome, con medio equipo amoratado, pero que supo componer un grupo homogéneo y ser el mejor de los teóricamente favoritos a la victoria en París. Eso sí, como se preveía en semejante terreno las diferencias fueron exiguas. La muestra es que entre los diez primeros hubo una diferencia de 28 segundos y del primero al último, el Argos, 1:47 de desventaja.

Los australianos, felices en el podio / Foto Tour

Con estas estadísticas, y tomando como referencia a Froome, los aspirantes al amarillo en París siguen indemnes, con la prueba superada y a la espera del doblete pirenaico del fin de semana que sí acabará de definir a los reales favoritos. El Saxo de Contador (4º), el Movistar de Valverde (7º) y el Katusha de Purito (10º) apenas perdieron tiempo importante respecto al keniano. Algo más el Euskaltel de Antón (21º y penúltimo) -aquejado de una caída de Mikel Nieve al que esperaron- y perdiendo casi minuto y medio. No mucho más de lo esperado. E igual para el resto como Evans, Hesjedal, Martin, Schleck y resto de figuras que no pasaron a la lista de víctimas. Ahora la general es un obvio monólogo del Orica, pero Froome, la eterna referencia, ya es séptimo a apenas 3 segundos de Froome, que aventaja solo 6 segundos a Contador, 17 a Valverde y 25 a Rodríguez.

La pregunta para los arquitectos técnicos del recorrido del Tour es si valen la pena estas contrarrelojes por equipos tan cortas y tan asequibles en el perfil porque la incidencia para la clasificación general es mínima. Si por otra parte quieren dar un espectáculo a una gran ciudad como Niza que paga una buena cantidad de euros por la etapa es razonable su elección, pero deportivamente una modalidad como ésta, en un deporte y en una prueba de fondo como el Tour, cabría implantar un mínimo de kilometraje, superior a los 50 e trazado, como no hace tantos años y donde se vivían muchos más sobresaltos que los de hoy. Una moda extensiva a las otras grandes vueltas que convierten la jornada en un casi trámite.

Y para mañana, quinto viaje, largo de casi 230 kilómetros, entre Cagnes-sur-Mer y Marsella, que se prevé caluroso e ideal para la buena ristra de corredores que viajan ya con muchos minutos perdidos en la general. Cuatro cotas de escasa entidad jalonan un perfil que los velocistas y sus equipos no deberían dejar escapar. Y es que aún no ha habido un sprint puro con todos los protagonistas del 11. Este miércoles puede ser un buen día.

CLASIFICACIÓN 4ª ETAPA

GENERAL TRAS 4ª ETAPA