Ciclo21 Portal de ciclismo
Pavel Bittner junto a uno de sus compañeros en meta © DSM
Bittner, Pavel de nombre, checo, 22 años, que usted, si conocía, seguro que es porque es muy amante de esto, dijo en meta que él eso de esprintar, sí, pero no tanto, que él, si eso, se considera un buen ciclista de clásicas, y que vaya, alegría para el cuerpo porque hoy, así con carácter, le ha plantado un mano a mano paralelo a todo un Wout van Aert que ha dejado al belga, además de ojiplático, segundo en la etapa.
La victoria del checo, el sprint en realidad, fue lo único interesante de una etapa absolutamente vacía, con dos escapados -otra vez Kern Pharma y Euskaltel, Ruiz y Juaristi, hoy- que no iban a ningún lado con un final de jornada plano como una mesa. Tan solo el viento, que apareció en el último cuarto final de la etapa, quiso poner algo de ritmo a la jornada, pero solo sirvió para agotar el escaparate de Ibon y Txomin y mandarlos a la bodega, a recuperar.
Entonces, fue el sprint. Ese sprint. Qué maravilla cuando aparece un sinvergüencilla que se lanza a por todas sin amilanarse aunque delante tenga a uno de los capos, al poderoso y ganalotodo de Van Aert. Que Pavel se le pone a rueda, que acelera el belga y el checo ya está en paralelo, y ambos saben que están el uno al lado del otro y que no hay manera, que remas, paleas, estiras, aprietas, y ese cuerpo no lo rebasas, y no sabes, hasta que has pasado la meta, que has sido tú, chaval, el que le ha birlado la cartera al capo. Oh, maravilla.
Lo demás, que si calor, que si rotondas, que si algún susto como el que se ha llevado a casa, con muy mala suerte, a Rui Costa, y el embalaje, de los pocos que quedan así masivo o, sin más, el último de ellos, viendo lo que se viene, que es interesante, esperemos, para que corte de raíz esta soporífera dinámica ‘aburridota’ en la que se ha metido esta Vuelta con un día molón entre los cinco que llevamos.
