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«El lunes descansé, martes y miércoles he andado un poco en bicicleta, para soltar piernas, y jueves y viernes he entrenado normal». Alejandro Valverde sabe que su estado de forma después del Tour de Francia es ideal, que llega a San Sebastián pletórico.
Basta con recordar la penúltima etapa del Tour que realizó su equipo, Movistar, con el final en el alto de Semnoz, en el que ganó su compañero Nairo Quintana y él finalizó cuarto. «Sí, estoy bien de forma. He terminado el Tour un poco cansado, lo normal, pero muy bien físicamente. Es ese cansancio que se te va en unos días. No lo he acabado muy fatigado, quizá porque después del problema que tuve me lo tomé con más tranquilidad. ¿Qué iba a hacer?», explica desde Murcia para participar en una de esas carreras que ya ha ganado, lo hizo en 2008, cuando corría en el Caisse d’Epargne, en la que fue tercero en 2007 y octavo en 2006.
«Es una prueba que me gusta y que tiene un recorrido que a mí me va bien. También les va a otros corredores. Conozco el recorrido perfectamente y con las dos ascensiones a Jaizkibel, la primera hace la selección y en la segunda el filtro que se forma es todavía mayor».
Si le preguntas con qué idea acude a la Clásica responde rápido. «Con la de ganarla. Ya la he ganado una vez y sé que puedo volver a ganarla. No será fácil, pero estoy en un buen momento». Ni siquiera le preocupa que Movistar, su equipo, tenga que asumir responsabilidades desde el inicio de la prueba. «Estamos acostumbrados a que nos dejen la tostada en todos los sitios, así que será otra vez más. Habrá más corredores que quieran ganar, no. Allí donde corremos tenemos siempre la responsabilidad de controlar».
Lo que sí ve complicado es que en la meta del Boulevard se presente un corredor en solitario. «Pienso que lo normal es que llegue un grupo de seis o siete corredores, no más, pero no veo que nadie llegue en solitario. Tendría que arrancar de lejos y el final de la carrera se suele hacer muy largo».
