Clásica San Sebastián: Campanada de Gallopin

Gallopin, tocado con la txapela / Radioshack

F. Ferrari / Ciclo 21/

Sí. La Clásica San Sebastián se la apuntó un participante en el Tour de Francia, pero quizá el más inesperado. El francés Tony Gallopin dio la campanada en la 33ª edición de la únioca prueba de un día española puntuable para el UCI World Tour, tras imponerse en solitario sobre sus perseguidores. El corredor del equipo luxemburgués Radioshack supo moverse entre los marcajes férreos de Valverde con los Saxo y los Euskaltel y sacó petróleo del fino. Atacó en el último puerto, Arkale, y supo mantener su ventaja para lograr su cuarta victoria como profesional y la más importante de su carrera que comenzó en 2008. Un corredor que pasó desapercibido en el Tour (58º en la general y 9º joven), pero que ya ha escalado a un nivel superior.

Alejandro Valverde, el gran favorito, se tuvo que conformar con la segunda plaza, tras no poder neutralizar a Gallopin, acompañado de dos parejas, la del Saxo, Kreuziger y Roche, y la del Euskaltel, Mikel Nieve y Mikel Landa. Un grupo resultante de los más fuertes que se destacaron en la segunda subida a Jaizkibel, donde Movistar disparó todas las balas de su cartuchera. Primero con los dos campeones de España, Jesús Herrada y, posteriormente, Castroviejo, y finalmente con el subcampeón del Tour, Nairo Quintana. La táctica quedó inmediatamente desvelada. El murciano, ganador en 2008, era el jefe indiscutible y el colombiano subió Jaizkibel hasta que reventó.

Y quizás Valverde se quedó demasiado solo, rodeado por tres del Euskaltel –Nieve, Landa y Astarloza– y dos del Saxo, Kreuziger y Roche, que tampoco supieron aprovechar su teórica superioridad. Moser, Jeanneson, Eijssen y Chavanel, salieron vivos de Jaizkibel, pero de Arkale. Tony Gallopin, sobrino del excorredor Alain, director en su equipo, probó y le salió bien. Atacó en Arkale, donde antes recicbió el apoyo de su compañero Jungels, la última dificultad de un largo día de 232 kilómetros, amenizado por la lluvia final y se consagró a sus 25 años, endulzando su personal mal sabor de boca del Tour -como el propio protagonista reconoció-, dejando atrás a los grandes favoritos, especialmente un Valverde que nada pudo hacer en semejante situación de carrera. Una gran ocasión perdida.

El británico del Sky, Chris Froome, ausente en Donostia, sigue siendo el líder del UCI World Tour con una amplia diferencia respecto a Peter Sagan.

Declaraciones de Tony Gallopin, en rueda de prensa: «Nos hemos quedado 10 corredores y veía que todos estábamos en forma, pero cuando he visto que nadie lo intentaba he decidido probarlo yo. Después mi director, que es mi tío Alain, me ha ido diciendo que mantenía la ventaja y me aninaba para que siguiera adelante. A partir de ahí ya no he pensado más en los de atrás y sólo he mirado hacia adelante. La victoria me resarce de toda la mala suerte de este año, no sólo del Tour, de las enfermedades que ido pasando y de no encontrar la situación física adecuada. Estoy muy contento, sin duda».

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