El otro día pude hablar con un exciclista que sigue muy vinculado y metido en este mundillo. Entre otras cosas, la conversación viró hacia el equipo Movistar y su número uno de la UCI. En este mal anillado cuaderno ya escribimos hace unas fechas sobre esa estadística, que numericamente es irrefutable, e incluso tuvimos ocasión de mencionar alguno de los motivos por los cuales el equipo azul ocupa esa plaza.
Sin embargo, ese número, esa cifra, ese triunfo, el de una temporada, es una estadística que casi podríamos decir de consumo interno. Una buena dosis de puntos llegaron al equipo de Eusebio Unzue vía Tour de Francia donde hicieron segundo y tercero. Llegados a este punto nos preguntamos: Tener al segundo y tercero en el Tour ¿es lo que persigue Movistar en el ciclismo? ¿Puede un mecenas estar satisfecho de su inversion cuando en el ambiente quedó patente que se corrió para hacer dos plazas en el podio y descartar la victoria?
Sobre Movistar como empresa hay muchas leyendas, como que su aportación al ciclismo son migajas, cuatro duros para una multinacional que factura a satisfacción, sin embargo nada más lejos de la realidad, la organización que esconde esa “M” deformada es una empresa moderna, de economía de escala, con la cantidad de empleados justa que les permita mantenerse a flote y un accionariado que pide explicaciones si las cosas no se hacen bien. Esto no es Telefónica, el mastodonte de titularidad pública. Aquí se gasta el dinero con la sana intención de sacarle partido.
Por eso presuponer que a Movistar dar una mejor o peor imagen, o sacar mayor o menor rédito del ciclismo le es indiferente, es mucho presuponer. Ponen dinero, se rascan el bolsillo y quieren retorno y quizá ese tacticismo no sea la mejor manera dar ese retorno sobretodo porque no han sido pocas las veces que han tirado y tirado de carro y han acabado viendo como la victoria se iba a otro lado. Pero si han enfriado la sangre caliente de un corredor que enganchaba como Nairo.
Tampoco hay olvidar cómo llegó Movistar al ciclismo, por prescripción política e in extremis pues estaba a punto de quedarse al descubierto la estructura que gestiona Abarca, la misma que llevó Reynolds, Banesto, Illes Balears i Caisse d´ Epargne durante más de treinta años. Si en esos momentos a nadie se le enciente la lucecilla en la telefónica, la tragedia hubiera sido griega.
Muchas veces lo hemos dicho, ganar es importante, pero no lo es todo y victorias que marquen la diferencia hay poca, por eso si en tu gran objetivo titubeas, al final la percepción de la carrera hasta se traslada a la marca.