Fernando Ferrari / Pamplona. Enviado especial Ciclo 21
Cuando te topas en el cara a cara con Carlos Betancur (Ciudad Bolívar, Antioquía, Colombia, 13 de octubre de 1989) llama la atención tres cosas. Su grave tono de voz -por algo le apodan «La Ronca» desde los 15 años»-, su aniñada cara y un físico con más kilos de los que suelen definir la figura de un profesional del ciclismo y como ha mostrado en sus últimas apariciones con dorsal. Ha protagonizado sin duda uno de los fichajes más sorprendentes del mercado otoñal, aunque en parte explicable porque su representante -el italiano Giuseppe Acquadro– es el mismo de los hermanos Quintana y los Izagirre, entre otros muchos del pelotón internacional, y con una fluida relación con el conjunto español.
Eusebio Unzué, mánager del Movistar, quedó convencido de que el colombiano tiene aún potencial por explotar a pesar de sus mediocres dos pasadas campañas -tras un brillante 2013- que quedó cortado casi de cuajo el 16 de marzo de 2014, fecha de su notable y último triunfo en la París-Niza y como líder del UCI World Tour. A partir de ahí, casi dos años después, Betancur fue un espejismo en el AG2R francés que espera revertir en hechos tangibles y, sobre todo, recuperar la sensación de ganador hasta diciembre de 2017. Dos años por delante para demostrar si la calidad que demostró tiene visos de continuidad o es incapaz de remontar una carrera estancada.
«No creo que sea una segunda oportunidad para mí» afirma el antioqueño. «Yo lo veo como una continuidad a mi carrera deportiva. Afronto esta etapa con ganas porque son muchas las motivaciones que hay estando en el mejor equipo del mundo. Ahora no queda sino trabajar».
Y analiza las posibles claves para que su progresión quedara cortada prácticamente de inmediato, tras un 2013 con un bronce en La Flecha Valona, 4º en Lieja y 5º y mejor joven en el Giro de Italia. «Soy el que más espera volver a ser el corredor que fui porque me gusta disfrutar en la bicicleta y soy feliz cuando estoy bien. En AG2R no lo fui. Fueron cosas muy personales y por eso perdí la motivación. Empezaba muy bien, pero a medida que pasaba la temporada no me sentía integrado. Es otra mentalidad diferente y con la que no estuve a gusto. Se hablar francés y no tenía problemas con nadie del equipo para comunicarme, pero nunca encontré mi sitio. En las clásicas, por ejemplo, coincidía con Movistar en el mismo hotel y el ambiente entre un equipo y otro era radicalmente distinto. Ahora ya estoy aquí y sé que estaré muy a gusto». Un 2015 que cerró con el abandono en la 1ª etapa de Polonia con la excepción de la 11ª etapa del Giro, cuando solo Zakarin entró delante de él. El resto de sus 57 días de competición fue invisible.
Preguntado sobre si en algún momento de su azaroso tránsito, pensó en arrojar la toalla fue claro y rotundo. «No. Nunca estuvo ahí esa opción porque es algo que voy a morir haciéndolo, trabajando por el deporte. Es lo que me apasiona, lo que me gusta y lo que mejor sé hacer y la verdad es que nunca me lo planteé».
Otro de los factores que le han impedido encontrar mejor rendimiento es su sobrepeso, cuestión que no rehuyó, reconoció y que espera solucionar. «Es verdad que tengo este problema, pero entiendo que no ha sido mío, sino de que no he tenido motivaciones para entrenar y hacer las cosas bien, pero ahora con el equipo hemos hablado de este aspecto y me voy a poner en manos del «dietólogo». Vamos a trabajar muy bien en ello y creo que los resultados se van a ver».
Cuenta cómo fue su movimiento hacia España. «Cuando todo terminó con el AG2R -su contrato fue rescindido en agosto- tenía otras opciones y una de ellas fue Movistar. Eusebio es un conocedor del ciclismo colombiano y de los talentos que hay en el país y por eso tiene a Nairo aquí y el que le dio el paso al World Tour. A mí me conoce desde antes de ir al Acqua & Sapone y ahora ha visto que era la oportunidad de tenerme en su equipo y yo más feliz de estar en él».
Será de los primeros en vestir su nuevo maillot azul y piensa hasta Río de Janeiro donde tendría de nuevo como compañero a Nairo Quintana. «No sé mi calendario total aún. Sé que empiezo en Argentina, pero me gustaría estar en las clásicas con Alejandro (Valverde) y Daniel (Moreno) y en el Giro con Alejandro de nuevo. ¿Qué me gustaría ganar? El Mundial es la carrera que siempre he querido. El próximo de Catar no me favorece, pero sí los Juegos Olímpicos».
Su máximo reto es recuperar la confianza y volver a ganar. «Mi objetivo es estar bien donde vaya. Tengo 26 años. Me veo bien. Soy un joven que he trabajado mucho y estos dos años que he tenido no van a ser un impedimento para que haga grandes cosas. El equipo y yo no creemos que sea una sorpresa el que vuelva a ganar carreras, pero sí que vamos a ir poco a poco. Deseo volver a encontrarme. Me da igual dónde ganar. Sería un punto de inflexión importante para lanzar mi carrera».
Y la pregunta era obvia. Su opinión sobre su compatriota Nairo Quintana. «Es uno de los mejores corredores del mundo y sería bueno estar ahí con él y aprender mucho de todos ellos. ¿Ganar el Tour? Es muy joven y este año perdió el Tour en la primera semana. El año que viene no hay esta clase de etapas y si no lo gana estará mucho más cerca«.
Recientemente padre, vendrá de Colombia con su familia. Pamplona o Italia será su próxima residencia para un año crucial en su devenir deportivo y personal.