Laurens Sweeck se lleva el premio a su invierno

Laurens Sweeck fue el mejor hoy en Sint Niklaas

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Sin ningún tipo de interés para la clasificación general final, que ya había caído hace varias semanas del lado de Wout Van Aert, el Waaslandcross de Sint Niklaas, última cita valedera para el Trofeo Bpost Bank llegaba, sobre todo, para que los espectadores tuviéramos la oportunidad, por un lado, de acostumbrarnos a los cambios cromáticos de las imágenes, con Van Aert vestido con el arcoíris y Van der Poel mutado de campeón del mundo a campeón de Holanda y, por otro lado, para que con la resaca del mundial todavía a cuestas, comprobemos cómo llega cada uno a este tramo final del invierno en el que, ante la falta de motivación, la cabeza puede jugar casi tan malas pasadas como unas malas piernas.

La carrera comenzó loca, con un Toon Aerts dispuesto a comerse el mundo. Tan grande fue el bocado que le metió el belga, que el mundo se le atragantó y apenas duró una vuelta su acelerón a ninguna parte. Tomó el relevo entonces un Mathieu van der Poel desatado. El holandés, que esta misma mañana anunciaba su intención de buscar una plaza para poder estar en los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro como parte de la delegación de Países Bajos, tomó el mando de la prueba e hizo lo que más le gusta: acelerar y marcharse en solitario.

El portador del maillot de campeón holandés no pudo, salvo en algún momento muy puntual, despegarse de Tom Meeusen, un hombre que, como en otras ocasiones, volvió a dar muestras de su potente motor en los primeros compases de la prueba, pero que volvió a venirse abajo a partir del cruce del ecuador de la misma.

Con lo que nadie contaba, sin embargo –y menos viendo su evolución en la carrera– fue con la explosión, que se pudo escuchar en las rampas del Xorret del Catí donde los aficionados ruteros esperaban el paso de los corredores de la Vuelta a Valencia, de Van der Poel. El holandés, simplemente, se desintegró. Se desvaneció. Desapareció. Uno a uno todos sus rivales le fueron pasando. Rodó frente al box y no cambió de bicicleta, lo que descartaba un fallo mecánico. En plena carrera todavía, su preparador reconocía que “lo ha pasado mal esta semana. No ha digerido bien lo sucedido en Zolder. Además, no ha entrenado bien por diversos motivos. Además de por ese bajón mental, por compromisos, entrevistas y demás. Sinceramente, contábamos con que algo así podía suceder”.

De lo que no cabe duda es de que Van der Poel, en su miseria, también ha sido capaz de seguir ganando adeptos para su causa ya que un corredor de su nivel podría haber echado pie a tierra y abandonar sin que nadie se lo hubiese echado en cara. Sin embargo, el holandés sufrió y pedaleó hasta el final para terminar 22º a 4:13 del vencedor justo por delante de Javier Ruiz de Larrinaga.

Por delante, fue Laurens Sweeck el que vio su oportunidad. Se lanzó al ataque cuando vio que los ‘grandes’ dudaban. Efectivamente, consiguió abrir hueco y ya no miró hacia atrás. Sven Nys, que había cometido un error poco antes, consiguió alcanzar la rueda de Van Aert. No se lo pensó y siguió pedaleando en pos de la cabeza de carrera, pero se quedó en tierra de nadie. Van Aert le volvió a alcanzar y en la recta final, cuando Sweeck estaba celebrando la primera gran victoria de su carrera, un gran premio a una temporada espectacular por parte del joven belga, le sprintó a un Nys que ni reaccionó la segunda posición en un movimiento que al público no le gustó nada. Se levantó Van Aert de su sillín mostrando los colores del arcoíris de su maillot, explicando que ese acelerón por ser segundo era una muestra de respeto hacia ese jersey sagrado de campeón del mundo. Pero el público no lo entendió. Ellos no querían saber nada del arcoíris y le exigían un mayor respeto por su ídolo. Por un Nys que, de nuevo saludando, se dio un baño de masas en esa recta final para colgarse el bronce.

Tras terminar, el Caníbal de Baal reconocía que “estoy entrenando sólo dos horas y estoy muy sorprendido por ser capaz de hacer cosas así. ¡Esto no puede durar mucho! [riendo]”. En cuanto al desarrollo de la carrera, decía que “he cometido un error y me ha costado recuperar el terreno perdido. Iba un poco en reserva todo el tiempo y creo que Wout se dio cuenta y supo aprovechar eso. El hueco era grande y el cansancio también y fue cuando comencé a cometer errores”. En cuanto a ese movimiento con el que alejó a Van Aert y se lazó a por Sweeck, el Caníbal de Baal reconocía que “¡nunca podría haber ganado aquí! Si hubiésemos llegado a Sweeck, estoy convencido de que Van Aert me habría pasado muy fácil”. Pese a todo, cree que “es muy bonito haber podido subir una vez más al podio. Es lo que sigo intentando y por lo que sigo trabajando. Por poder seguir siendo protagonista en estas últimas semanas. Intento seguir motivado y sacar todo lo que tengo dentro”, palabras que el público agradeció rompiendo el silencio con un sonorísimo aplauso.

Por su parte, el nuevo campeón del mundo, Wout Van Aert, que esta semana también reconoció que no había podido entrenar en condiciones y que los muchos compromisos le habían robado mucho tiempo, aseguró que “estoy sorprendido por las sensaciones que he tenido. He ido de menos a más, pero siempre pensé que hoy lo pasaría peor. Ha sido un circuito duro y me ha costado bastante. No ha sido, la verdad, mi mejor carrera. Si hubiera tenido que ir a tope todo el tiempo habría tenido graves problemas. Hoy, de verdad, no podía hacer más de lo que he hecho. He ido al límite. Tenía intención de seguir a Sweeck pero en ese momento tuve la sensación de haber pinchado atrás, así que decidí ser conservador y quedarme con Sven hasta llegar al box. Estaba encima del primer box y no tenían la bici preparada, así que no cambié y tuve que esperar al segundo box. Eso me hizo perder tiempo y luego ya no tenía fuerzas”.

Mañana Wout Van Aert podría conseguir el ‘Grand Slam’ del ciclocross si se impone en la general final del Superprestigio después de que esta temporada ya se haya anotado, además del BPost Bank, el nacional de su país, el mundial y la Copa del Mundo.

Thalita De Jong se impuso en la categoría femenina. La recién proclamada campeona del mundo en Zolder volvió a mostrarse superior a su competencia sólo una semana más tarde. La holandesa quiso mostrar su condición de mujer más en forma del momento y ya desde el principio intentó abrir hueco. En esos primeros compases se llevó consigo a la británica Hele Wyman, que le aguantó la rueda hasta cuatro vueltas del final, momento en el que la portadora del maillot arcoíris comenzó su recital en solitario.

Por detrás, Wyman se vio alcanzada por su compatriota Harris,  y Jolie Verschuren que, para su desgracia, se vio privada de poder seguir peleando por los puestos de podio debido a una desafortunada caída.

La prueba pasó entonces por una fase algo loca, en la que las perseguidoras de De Jongh rodaban cada una por su cuenta hasta que a dos giros del final se unió un cuarteto formados por Cant, Harris, Wyman y la recuperada Verschuren, que protagonizó una más que meritoria recuperación. A esas alturas, la corredora holandesa viajaba ya con más de 45 segundos de ventaja sobre ese grupo, por lo que las cuatro perseguidoras sabían que su pelea, salvo desgracia por delante, era por la segunda y tercera posición, algo que finalmente fue a parar, respectivamente, a Nikki Harris y Sanne Cant, que se proclamó ganadora final del Trofeo Bpost Bank.

La corredora belga justificó su rendimiento diciendo que “tras la carrera del pasado miércoles en Maldegem estuve enferma y no he podido entrenar bien. En realidad, no tenía ninguna gana de tomar la salida, pero tenía que defender mis opciones en la general”. Cant explicó que “durante la carrera me encontré muy mal todo el tiempo, pero ahora estoy muy contenta por haberme anotado esta segunda challenge del año. Ahora sólo queda una por conseguir. Ahora, lo importante es recuperarme lo mejor posible para estar en condiciones mañana”.

CLASIFICACIÓN WAASLANDCROSS ELITE MASCULINO

CLASIFICACIÓN WAASLAND CROSS ELITE FEMENINO