Purito Rodríguez, Alexander Kristoff -que hoy se estrenaba en Catar-, el mánager Viatcheslav Ekimov y el resto del equipo Katusha respiran aliviados. La Unión Ciclista Internacional (UCI) ha perdonado al equipo ruso o, mejor dicho, no lo ha suspendido un mes como sí le ocurrió el año pasado al Androni por tener dos positivos en menos de doce meses.
Los casos del Katusha son conocidos. El pasado 7 de julio, en pleno Tour de Francia, el italiano Luca Paolini violó las normas antidopaje con cocaína. El mes pasado, el ruso Eduard Vorganov hizo lo propio con meldonium una hormona incluida este año en la lista de sustancias prohibidas. Su suspensión provisional se conoció el pasado viernes cuando disputaba la tercera etapa de la Volta a la Comunitat Valenciana por lo que obviamente abandonó. De esta forma, el conjunto ruso se exponía a una suspensión de un mes que finalmente no se ha producido.
El organismo que preside el británico Brian Cookson -cuyo uno de sus directivos es Igor Viktorovich Makarov, dueño del Katusha y además presidente de la Federación Rusa– a través del presidente de su Comisión Disciplinaria, el suizo Jean-Pierre Morand, estima que «las condiciones para una suspensión de Katusha en aplicación del art. 7.12.1 de las Reglas Antidopaje de la UCI no se han cumplido”.
Y basa la decisión en que en relación con el caso de Paolini se ha establecido que su consumo de cocaína no estaba relacionado con la intención de influir en el rendimiento deportivo, sino más sobre una base «recreativa»» y por tanto no se dan todas las circunstancias del caso para aplicar la suspensión. Una interpretación cuestionable en tanto en cuanto se trata de una sustancia prohibida para la AMA y por la que tiene en marcha un procedimiento disciplinario ante el Tribunal Antidopaje de la UCI. «Era un adicto, un esclavo» afirmó el excorredor transalpino en una entrevista posterior.
El comunicado de la UCI reafirma el posible perjuicio al equipo. «En este contexto, la aplicación de una suspensión en virtud del artículo 7.12.1 cuando uno de los dos casos de resultado analítico adverso se refiere a [el uso de] una droga social no puede conciliarse con el objetivo del artículo. Incluso si, en sentido estricto, tal caso cae dentro de la aplicación de las normas antidopaje para el corredor refiere, la imposición de consecuencias negativas para todo el equipo sería inapropiada y desproporcionada«.
Y echa otro capote al Katusha en cuanto a sus normas internas antidopaje que cree aplican. «Se entiende que la intención del artículo es imponer consecuencias negativas a los equipos que carecen de control de dopaje para fines deportivos de sus ciclistas, o si existen aún peores escenarios, y/o si los equipos no están haciendo lo suficiente para combatir tal dopaje».
Además de Paolini y Vorganov, el Katusha registró su tercera baja al confirmar la UCI un positivo con EPO del también italiano Giampaolo Caruso de 2012, por lo que fue despedido del equipo.