Hay un mensaje recurrente en la última semana que ha encendido los rumores, cada vez más potentes y, de alguna manera, menos contestados por el entorno del corredor que teorizan sobre la posibilidad de que uno de los dos corredores que comparten actualmente el título de Monsieur Roubaix y el único que sigue en activo y que mañana podría sumar su quinto triunfo para quedarse en solitario con la adoquinada corona, Tom Boonen, haya tomado la decisión de colgar la bicicleta si en la tarde del domingo consigue subir a lo más alto del podio del velódromo de Roubaix.
El Infierno del Norte ha sido el lugar donde algunos de los corredores que han podido elegir el cómo y cuándo hacerlo, han escenificado su retirada del ciclismo. El caso más reciente ha sido el de Sir Bradley Wiggins, que el año pasado acordó con Sky no completar toda la temporada, sino únicamente afrontar la primavera con el sueño dorado de sumar la París-Roubaix a su palmarés.
Tom Boonen, que junto a Fabian Cancellara es el único corredor que ha conseguido en dos ocasiones el doblete Flandes-Roubaix, comenzó la semana poniendo las orejas tiesas a los más atentos. Tras el primer reconocimiento tras la disputa de De Ronde dejó caer, como quien no quiere la cosa, que “ganar una quinta París-Roubaix es el único motivo por el que sigo corriendo”.
Pero esa frase ha sido repetida, en formas más o menos iguales, a lo largo de la semana en muchas ocasiones por Tornado Tom. La última vez que lo ha hecho fue ayer mismo, en la rueda de prensa previa a la disputa del Infierno del Norte, organizada por su equipo. El belga explicó que “he hecho todo lo posible por llegar a la salida en las mejores condiciones posibles. He corrido mucho, pero necesitaba todos esos kilómetros y todas esas carreras para recuperar el tiempo perdido después del parón obligado por la caída de Abu Dhabi”. Tras esta explicación, llegó el primer guiño: “estoy contento por la llegada de la carrera. Es mi Día D. Un día que llevo mucho tiempo esperando y hacia el que realmente miro con mucha ilusión”. Él, que sabe perfectamente qué tiene que hacer y cómo debe de llegar a la salida, añade que “no estoy nervioso. Al contrario, estoy muy relajado. Creo que llego en la mejor forma posible”. ¡Cuidado!
Según el propio Tom Boonen, cuando compara su estado actual con el que presentaba un día antes de su último triunfo en 2012, reconoce que “no estoy tan fuerte como ese día, pero estoy bien y puedo ganar la París-Roubaix al 90%”.
Tras esta declaración de intenciones, Boonen volvió a hablar en clave. A ser ambiguo. “Aquí puedo hacer una apuesta de ‘all-in’. No hace falta que me reserve ese pequeño porcentaje que sí me dejo en la Vuelta a Flandes pensando en Roubaix. Aquí puedo jugar todas mis cartas. Todas mis opciones…” y tras una pausa, con una sonrisa en los labios sabedor del terremoto que iban a causar sus siguientes palabras, añadió “porque un quinto triunfo aquí sería muy bonito. Terminaría la obra por completo”. Esta traducción literal de una expresión (helemaal ‘af’ maken) que en flamenco suele emplearse cuando algo se da por concluido de una forma satisfactoria. Algo así como nuestro ponerle la guinda al pastel, pero más definitiva. Con una implicación intrínseca de final.
Y, claro, eso no iba a pasar desapercibido. ¿Está diciendo Boonen que en caso de conseguir el triunfo colgará la bicicleta en el propio velódromo de Roubaix? Lo que hasta hace unas semanas parecía, sobre todo por ese enfrentamiento público con Patrick Lefevere en cuando a la duración de su contrato de renovación, imposible, se ha convertido en una realidad muy posible.
La afición, su afición, lo tiene claro. No habría mejor momento para decir adiós que subido a lo más alto de ese podio, con el adoquín que recibe el ganador sobre su cabeza y habiendo pasado a la historia del ciclismo como el único hombre capaz de ganar cinco París-Roubaix. Cinco triunfos, un número mítico en el ciclismo. Los mismos que suman los mejores hombres-Tour de este deporte.
Él, claro, ni confirma ni desmiente. «Existen las mismas posibilidades de que esta sea mi última carrera que de que este no sea mi último año«, fue lo único que dijo cuando se le preguntó de manera directa. En el contexto de la situación, claro, la conclusión de la mayoría es obvia. Su entorno, sin embargo, que negó rotundamente este extremo cuando un periodista se lo preguntó a principios de año, ahora guarda un curioso silencio. Cuando se les pregunta, sonríen y se encogen de hombros. No sabe, no contesta.
El mejor de los consejos que se les puede dar a los aficionados al ciclismo en general y a los de Tom Boonen en particular es que estén muy atentos a las imágenes de la televisión mañana porque es posible que estén asistiendo a las últimas pedaladas de Tornado Tom.
El palmarés de Tom Boonen en Roubaix
AÑO | Posición |
2002 | 2º |
2003 | 24º |
2004 | 9º |
2005 | 1º |
2006 | 2º |
2007 | 6º |
2008 | 1º |
2009 | 1º |
2010 | 5º |
2011 | DNF |
2012 | 1º |
2013 | DNS |
2014 | 10º |
2015 | DNS |