Julen Amezqueta (1993, Wilier) disputa su primera temporada profesional y desde sus primeras pedaladas ha exhibido su calidad, pese a su juventud, y se ha ganado la confianza de su equipo, tanto que corrió, y terminó, la Milán-San Remo, e incluso espera la llamada definitiva para estar en la salida del Giro de Italia.
El ciclista navarro fue uno de los mejores sub-23 de España y en su salto ha exhibido un más que digno nivel en las cuatro vueltas que ha disputado en su debut, Volta a la Comunitat Valenciana (26º), Tour de Langkawi (13º), Settimana Coppi e Bartali (abandono) y Giro del Trentino (35º).
-Hace un año, el 1 de mayo, ganaba en Legazpi y ahora se codea con la élite en profesionales.
-La verdad es que no me lo imaginaba. Echo la vista atrás y el último año ha pasado en un abrir y en un cerrar de ojos. Y quién me iba a decir que iba a poder disputar carreras como la Milán-San Remo. Es un sueño hecho realidad y estoy disfrutando el momento. Ganar una clásica como Legazpi fue algo muy especial, por su prestigio y por ser de la Copa de España. Sí, pudo ser la confirmación, entonces empecé a despegar y ya no paré en todo el año.
-¿Cómo se ha sentido en sus primeras carreras como profesional?
-He sufrido las consecuencias del salto. Las primeras carreras las afrontas con dudas, con ilusión y muchos nervios, pero poco a poco te relajas y te centras en correr. Está claro que al cuerpo le cuesta acomodarse a la categoría por la velocidad y el nivel que hay en todas las carreras. Es tan diferente todo…. La gente va a dar el máximo siempre. De momento, estoy muy satisfecho con mi principio de temporada. En cada carrera o vuelta hay que darlo todo para que el equipo confíe en mí y me ofrezca un calendario con cierta continuidad para poder evolucionar como hasta ahora.
-Incluso debutó en un Monumento como la Milán-San Remo y lo terminó…
-Cuando me lo me dijeron, respondí ‘¿San Remo?, ¿con ese kilometraje?’ El director me dijo que no tuviera miedo y que era una carrera más, y eso te da moral. Al ser un novato, te fijas en todo, sobre todo en las grandes estrellas. En San Remo el nivel era muy alto y piensas ‘anda aquí va Sagan, ahí delante va Cancellara…’, ciclistas que has tenido como referentes. Se trata de coger lo mejor cada uno, o al menos lo intentas. Estoy aprendiendo y disfrutando todo lo que puedo.
-Y ahora puede disputar el Giro de Italia…
-Todavía no ha salido el nueve definitivo, lo darán después de terminar Turquía. Al principio te asustas un poco. Yo lo he dado todo para poder entrar en el nueve y después de Trentino me dijeron que tenía esa posibilidad. He preferido entrenar en casa porque no he hecho nunca altura y no sé si me favorece o no. Yo creo que he trabajado bastante bien. Soy consciente del nivel que pueda haber en el Giro. Estaré dispuesto a dar presencia al equipo y a obedecer las órdenes. Si puedo acabarlo, sería algo increíble.
-¿Cómo ha sido su adaptación al Wilier?
-Considero que ya estoy integrado. Quizá el principio fue un poco más complicado por el idioma. Ahora ya nos entendemos. Estoy contento con el ambiente y con todo, creo que ha sido una buena elección. Además, están Cristian (Rodríguez) y Enrique (Sanz), los conozco de antes y siempre tienes más afinidad con ellos.
-¿Dónde se ve en un par de años?
-Me queda recorrido para progresar y también de madurez. El cuerpo se tiene que desarrollar y ya veremos a dónde llegamos con mucho trabajo y sacrificio y el tiempo nos pondrá en nuestro lugar. Mi fuerte puede que sea la montaña.
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