Podio «agridulce» de Benjamí Prades en Indonesia

Prades (izquierda) con García Ambroa (derecha) en el podio de la general de Flores

Prades (izquierda) en el podio de Flores

De sobra es sabido que lleva la clase pegada a las piernas, pero la mala suerte, a veces, también. Indonesia le ha despedido a Benjamí Prades con ese sambenito. Primero tuvo el aplomo para meterse en el podio final del Tour de Ijen (Indonesia, 2.2), pero una decisión de los jueces de carrera sancionándole por refrescarse con agua a dos kilómetros de meta le penalizaban con el tiempo suficiente para sacarle de la foto del podio final.

Días después, en el Tour de Flores (Indonesia, 2.2), la mala suerte fue táctica. No cogió la fuga del primer día, la que llevaba como polizón al que acabaría resultando líder final de la prueba, Daniel Whitehouse (Terrenganu). Benjamí embistió con tres segundos puestos consecutivos y una victoria de etapa el último día, pero no fueron méritos suficientes para asaltar la general. Prades terminaría segundo y vencedor de la clasificación por puntos. Un gran resultado que su ambición solo puede tildar de “agridulce”.

Benjamí llegaba rabioso a esta prueba de nombre tan primaveral: “Quería hacerlo bien, traía buenas piernas del Tour de Ijen, donde considero que una injusta decisión de los jueces por recibir agua dentro de los dos últimos kilómetros me penalizó con tiempo suficiente (20 segundos) para sacarme del cajón final, fue injusto”, lamenta reiteradamente. Pero en la maleta, además del cabreo, traía buenas piernas: “Son carreras duras con recorridos muy exigentes y condiciones climatológicas duras, que hace que la cabeza y el cuerpo deban estar en completa armonía para rendir al máximo, y creo que ese factor lo tenía controlado”, confiesa.

Sin embargo, no contó con que a veces, la primera puede ser la vencida. Daniel Whitehouse se coló en la fuga que se jugaría el triunfo en la primera etapa, consiguiendo una renta que sería suficiente hasta el final. No obstante, Benjamí acepta el desenlace de la carrera, tal y como vino. Y es que el botín fue substancioso, aunque no incluyera la general final, suficiente para que Benjamí lo etiquete como “agridulce”: “Me voy contento pero con la espina de no haberme llevado la general”, responde escueto, incluso castigándose con algún otro error : “La tercera etapa peque de ambicioso y no gané por ir cegado a por la victoria”, se fustiga. El esquelético escalador parece obviar lo bueno, o quizás lo deja para el final. El remate final a una portería donde llegó a disparar hasta tres veces al palo: “En la quinta etapa tuve mi recompensa y me quité un poco de presión, supo bien después de hacer hasta tres segundos puestos”. Lo silba bajito, pero mostrando por primera vez una sonrisa.

Ahora, la exigencia será mayor. Llegan los compromisos más importantes de su equipo, el Ukyo: “Espero poder recuperarme bien y confío en estar en condiciones óptimas para dos de las citas más importantes del equipo durante la temporada, el Tour de Japón y el Tour de Kumano”, concluye.

© Gorama

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