Eddy Merckx, el hombre que sigue siendo venerado y reconocido allá por donde pisa en el Planeta Ciclismo, se enfrenta ahora a un capítulo bastante más desagradable: un juicio por un supuesto delito de corrupción después de que la fiscalía haya considerado probado que el Caníbal comprara a un mando policial de Bruselas para asegurarse la contrata de la compra de casi medio centenar de bicicletas para las fuerzas del orden de los distritos bruselenses de Anderlecht, Vorst y Saint-Gillis.
Según publica hoy el diario Het Laatste Nieuws, el juicio se celebrará a la vuelta de las vacaciones de verano y en él se deberán de depurar las responsabilidades de unos hechos que se remontan al año 2007 cuando Eddy Merckx se presentó a un concurso público para la compra de 46 bicicletas urbanas para las fuerzas policiales de los barrios antes mencionados.
Según las investigaciones de la fiscalía, Merckx habría presentado una oferta económica que habría mejorado la del resto de las empresas interesadas en la adjudicación, si bien, para ello habría contado con información privilegiada ofrecida por un mando policial al que supuestamente habría sobornado con la intención de que le favoreciera en el proceso administrativo ya que, al tener acceso a las ofertas de la competencia, tuvo la oportunidad de informar al ex ciclista para que este rebajara su oferta.
A cambio de esta información y siempre según la fiscalía, que acusa Eddy Merckx de un delito de corrupción activa, el mando policial implicado y su esposa habrían recibido una bicicleta de alta gama cada uno de la empresa del cinco veces ganador del Tour de Francia.
En caso de ser declarado culpable, Merckx se enfrentaría a una pena de hasta dos años de cárcel por haber sobornado a un funcionario público.