El Dauphiné los ha vuelto a cruzar y la semana promete. Lo dijimos en sendos artículos antes de este inédito prólogo en forma de cronoescalada. Para Froome lo que pasa en este mini Tour no es baladí, ha marcado su suerte de inicio, y de forma admirablemente fidedigna en el Tour. Para Contador era una cuestión de saber si era el de 2013 o el de 2014.
A ver, no nos hagamos trampas al solitario, esto no ha hecho más que empezar pero la situación luce favorable para el del Tinkoff, que sencillamente ha bordado la crono. Su actuación ha sido tan buena que esa prensa que omite el ciclismo en portada, la ha llevado a la misma con letras gruesas, ahora que Nadal no está en la final de Rolland Garros y con Liga concluida. Ahora interesa Contador.
Sinceramente viendo el tiempo de Froome, el carrusel de rivales pasando y la perennidad del inglés ahí arriba, el registro de Contador es sencillamente sorprendente y buenísimo para quienes admiramos la igualdad y la competición, porque conociendo a Froome, el resultado la ha tenido que sentar como una patada. Aquí la rivalidad siempre se ha llevado más allá, porque son los dos mejores ciclistas de su generación, y sólo cabe ver cómo se han atacado cada vez que el otro ha flaqueado. Estos se van a dar hasta en el carnet.
Artículo completo de Joan Seguidor aquí