El otro día se ve que Eusebio Unzue dijo que no había premios para los que atacan. Algo así debió ser, aunque yo lo leí un par de días después. Sinceramente la sola frase define un estilo, una forma de correr y entender la vida. No se puede vender excelencia cuando se corre de esta manera, y no cuando te pasa tantas veces a lo largo de un mismo año.
Pensábamos que en Movistar tenian aprendida la lección. El año pasado se vio que perdieron el Tour por un corte en la segunda jornada, por aquellos diques neerlandeses. Fue un minuto y pico que luego pesó en el balance de la general. Hace tres años, Alejandro Valverde no estuvo tampoco delante en la jornada en la que los Sky la armaron de lejos y luego Contador acabó rematando. Recuerdo aquel día como una jornada bellísima de ciclismo en la que Rui Costa no acató trabajar para un ciclista, el murciano, que no estuvo donde sí rodaba Nairo, que salvó los muebles y puso las bases de su segunda plaza en su primer Tour.
Ayer el pelotón estaba advertidísimo. El mistral es un viento que sopla de mar a mar, por el corredor norte de los Pirineos desde el Atlántico al Mediterráneo. Se habían anunciado rachas de viento violentas y cambiantes. Era un día para ir con las orejas tiesas. El desarrollo de la etapa además invitaba a tenerle respeto, durante todo el día se iban produciendo cortes que tarde o temprano iban a ser decisivos.
Y lo fueron. Peter Sagan y Maciej Bodnar se pusieron a tope en un tramo de fuerte viento, causaron un corte. Froome, de amarillo, a la vista de todos, sprintó fuerte y les cogió. Por detrás entró Geraint Thomas. Ya estaba liada, perfecto. ¿Dónde estaban los Movistar? por ahí. Nairo nadaba y nadaba en el caos, solo sin referencias ni ruedas amigas.
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El tour se acaba cuando se acaba han pasado muchas cosas insólitas a porte,contador, Aru , froome y demás luego de la crono faltará el 40 % de la carrera el tour es de paciencia y a estas alturas muchos aficionados prensa y patrocinadores están impacientes vamos piano piano piano