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Philippe Gilbert, ganador del Mundial de 2012
La fecha mágica del 1 de agosto, cuando (en teoría) los equipos y los corredores son libres de comenzar a cerrar acuerdos de cara a la próxima temporada, se va acercando y la configuración del pelotón de 2017 comienza, poco a poco, a desvelarse. Se mantiene, claro está, la gran incógnita de conocer qué colores defenderá el actual campeón del mundo, Peter Sagan, vinculado con el Bora-Argon, una decisión en la que Specialized tiene mucho que decir y que será anunciada durante los primeros días de este mes de agosto en Estados Unidos, país de donde es originaria la marca de bicis. El que parece que lo tiene hecho con Trek es Alberto Contador, que únicamente espera a la llegada de esa fecha antes mencionada para guardar las apariencias y hacer público su compromiso con el conjunto que se libera este año de la multimillonaria ficha de Fabian Cancellara.
El último en unirse al grupo de corredores cuyo destino ya está sellado a falta de poder gritarlo a los cuatro vientos es Philippe Gilbert, que en 2017 cambiará los colores del BMC por los del Etixx-Quick Step, donde compartirá galones con el otro gran ídolo belga: Tom Boonen. Para el aficionado de aquel país, ver a sus dos grandes ídolos más veteranos defendiendo los mismos intereses resultará algo similar a lo que significaría para la afición española ver a Alejandro Valverde y a Alberto Contador –ahora que ya sabemos que Joaquim Purito Rodríguez abandona el ciclismo al final de este año– en el mismo equipo.
Boonen y Gilbert son los dos últimos campeones del mundo que ha dado el ciclismo belga (2005 y 2012, respectivamente) y ahora el corredor valón regresa a una escuadra de su país después de abandonar el Lotto en el año 2011 para enrolarse en la aventura helvéticoamericana del BMC. El acuerdo entre las dos partes es total y sólo se espera a la firma de un acuerdo que unirá a Gilbert y a Lefevere durante una temporada, aunque si las ya avanzadas negociaciones del mánager belga con sus patrocinadores desembocan en una prolongación del acuerdo de patrocinio del equipo, el corredor mantendrá una opción a prolongar una temporada más su contrato, lo que le vincularía con Etixx-Quick Step hasta los 36 años.
Por lo que se conoce, Gilbert ha llevado personalmente las negociaciones con Patrick Lefevere aprovechando su ausencia del Tour de Francia y, muy en la línea de los deseos del máximo responsable del equipo, percibirá un salario muy bajo para un corredor de sus características, pero a cambio podrá optar a importantes retribuciones por objetivos.
Para Gilbert era prioritario poder permanecer en una estructura del UCI World Tour, pero sobre todo quería encontrar un equipo con el que volver a disputar la Vuelta a Flandes y, de esta manera, aspirar a convertirse en el segundo valón en conquistar De Ronde tras el desaparecido Claude Criquielion. Ahora queda por ver si la llegada de Gilbert supone un palo en la rueda en la que parecía la segura llegada de Sep Vanmarcke al equipo que, además, reconoció ayer en el programa Vive le Velo de la televisión belga que «es cierto que ha habido contactos, pero no hay nada definitivo. Su oferta era para una temporada y yo estoy buscando algo a más largo plazo«.
