Cuando miremos para atrás dentro de veinte años veremos de todo, como en la viña del señor, sin embargo, sonreiremos cuando pensemos en un afilado británico de raíz keniata que a finales de agosto de 2016 llevaba en su cuenta tres Tours. Sonreiremos, porque en el almanaque del año, el ciclismo más surrealista que hemos disfrutado llevará el nombre y apellido de Chris Froome.
Lo que pensamos de Froome lo hemos dicho muchas veces. Es un grande con todos los matices y acepciones que queráis ponerle. Corre para ganar, muestra una determinación total y pocos ciclistas plasman el esfuerzo como él sobre la bicicleta. Dicho esto, lo cierto es que las actuaciones corales que el corredor nos está dando este competidor nato son para engrosar el libro de las singularidades de este deporte.
Nos dejó boquiabiertos en un descenso, en los Pirineos, pareciendo una rana sobre la bici para empezar a distanciar a sus rivales. Se dijo que no baja bien. Ahí dejó su muesca. A los pocos días se metió en un corte brutal con Sagan y llegó con éste para sumar esos segundillas que en la teoría no parecen decisivos, pero que en la práctica son una trampa en la moral del rival. ¿Y qué decir de su carrera Ventoux arriba por entre la gente?. Sencillamente excepcional.
En la Vuelta Froome se ha embarcado en una especie de experimentacion diaria. No sé si de forma voluntaria o no, pero en el ADN este tipo lleva la vocación de innovar. Ahora mismo plantea las subidas completamente diferente a como se ha hecho hasta la fecha. Corre solo, como contra sí mismo.
Artículo completo de Joan Seguidor aquí
Joan Seguidor escribe bien pero parece enemigo de Nairo y amigo de Hitler! Froome es un deportista admirable, Nairo también!! ojalá Nairo gane la vuelta 2016.