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De la Parte (dereha) en Croacia © Tinkoff
Víctor de la Parte (1986) llegará a la élite del WorldTour el próximo año de la mano del Movistar. Desde 2011 en equipos continentales, Caja Rural, SP Tableware, Efapel y Vorarlberg, el alavés no bajó los brazos y este 2016 subió un escalón con el CCC Sprandi Polkowice polaco. Su regularidad y dedicación han tenido su recompensa, según informa su agencia de representación. Sin victorias este año ha sido 3º en Croacia, 6º en Chequia y 11º en Suiza. Ocupa la 33ª plaza en el TOP Ciclo 21.
-La oportunidad de debutar en el WorldTour le ha llegado a los 30 años y en el Movistar Team, ¿qué significa?
-¡A los 30 me ha llegado! Pero ha llegado y es lo importante. Ya tenía ganas. Movistar es un equipo grande que tiene su calendario asegurado. Este año he tenido todo, pero me ha faltado la seguridad. En principio teníamos el Giro, luego la Vuelta y al final no hemos tenido nada. Se me hará raro ir a la primera concentración, a 80 kilómetros de casa, y no tener que coger el avión, con el mismo idioma y conozco a mucha gente. Era algo que no esperaba en un principio. Sabes que está hecho, pero… Cuando firmé, ya me lo creí. Hasta entonces, se me caía el cielo. Ahora poco a poco lo voy asimilando.
-¿Entiende este paso como una recompensa a su dedicación y su constancia?
-Cuando he estado en equipos pequeños quizá puedas pensar que cuesta más dar el paso. Yo en ningún momento he dudado. Y donde he estado he disfrutado muchísimo, cuando la gente puede pensar que he pasado penurias. No he dicho ‘qué mal lo estoy pasando o no merece la pena’. Nunca me he parado a pensarlo. He estado a gusto y he sido profesional al cien por cien, aunque no tuviera las mejores condiciones. Al final vas creciendo. La gente dice que esto me tenía que haber venido hace tiempo. Pues no lo sé. Quizá no, quizá el momento es ahora. He aprendido mucho en el extranjero. Hay gente que está siempre en casa y le sacas a la frontera y están perdidos. Yo no tengo problema para moverme por todo el mundo.
-En esos seis años en Grecia, Portugal o Austria la familia ha sido importante.
-El apoyo es importante siempre para ser ciclista, aunque estés en el Sky o en el Movistar, porque no puedes llevar una vida normal. Cualquier ciclista, en un continental o un WorldTour, tiene que ser comprendido por la familia. Eso es muy importante: tienes unos horarios, comes especial, te cuidas las 24 horas…
-En su caso además tiene el soporte de su novia, graduada en dietética y nutrición.
-Así es. Ella (Amaia Martioda, ex ciclista profesional) es un apoyo muy importante porque está muy metida en el alto rendimiento y en la nutrición. Y a mí es algo que me gusta. Yo creo que la nutrición es la base de todo. Al final coges unos hábitos. Estoy educado a cuidarme y para mí es un lujo poder comer bien y sano además. No paso hambre. Me cuido todos los días y estoy a gusto así. ¿Darme algún capricho? Antes me podía comer un helado, ahora no me llama.
-¿En principio qué espera de la próxima temporada?
-Estoy pensando desde ya en hacer las cosas bien y centrarme en el próximo año después de las vacaciones. Me gustaría hacer una grande. Y el rol será muy diferente. Hasta ahora he estado de líder. Ahora estamos hablando del mejor equipo del mundo. Tengo asumido que mi rol ha cambiado, pero me sigue motivando igual o más.
-¿Qué balance hace de su temporada? ¿Qué supuso el 11º puesto en el Tour de Suiza?
-El final de temporada fue muy bueno. Tuve un poco de mala suerte al principio, estuve enfermo, y yo soy de andar en mayo-junio, con el calor. Al final salió todo el trabajo. El resultado de Suiza fue muy importante porque venía de pasar penuria en Catalunya, me cogió cansado de Tirreno. Y se podía pensar que en Suiza iba a pasar otra vez miseria. Sin embargo, verme en cabeza en la alta montaña fue una motivación extra. Ahora la verdad es que estoy deseando que se acabe la temporada. No he podido parar. Ahora ya terminamos con la crono por equipos del Mundial.
