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Los corredores buscaron planes alternativos ante el domingo libre
Cuando el pasado fin de semana se confirmó la cancelación de todas las carreras correspondientes a la cuarta cita puntuable de la Copa del Mundo de ciclocross que debía de celebrarse en Koksijde (Bélgica) y mientras los periodistas de los medios de comunicación que se hacen eco cada fin de semana de las novedades que se producen en la especialidad invernal del ciclismo recomponían sus agendas para afrontar un domingo muy inusual, los grandes protagonistas de este circo, los corredores, se quitaban sus maillots y cullotes, se ponían su ropa de calle y se hacían la gran pregunta: y ahora… ¿qué hacemos?
Las redes sociales, que se convirtieron en la herramienta a través de la que la mayoría de ciclistas hicieron pública su opinión sobre la decisión adoptada por el organizador, el Real Club Ciclista Amigos Unidos de Koksijde (KVC Koksijde, por sus siglas en neerlandés) y la UCI; fueron, a la vez, el vehículo por el que conocimos los nuevos planes de los ciclistas ante el panorama de poder disfrutar de un domingo libre en pleno invierno.
Mucho se ha hablado en multitud de ocasiones sobre la enorme superioridad que cada fin de semana muestran Wout Van Aert y Mathieu van der Poel en unas carreras en las que, como reconocía Kevin Pauwels hace dos semanas en Gavere, “sólo podemos pelear por ser terceros”. Quizás, una buena explicación a esa circunstancia la podamos encontrar en cómo afrontaron ambos la cancelación de la cita de Koksijde. En lugar de tomarse un día de asueto, ambos se marcharon… ¡a entrenar! Seguramente, más de un joven aspirante a ocupar esa posición dominante que ahora tienen el belga y el holandés puedan tomar buena nota de su reacción.
El campeón del mundo, Wout Van Aert, compartió un vídeo a través de Instagram en la que se le hacer un ejercicio de entrenamiento sobre arena junto a un mensaje en el que explica que “en lugar de pelear por mi novena victoria, me quedo en ocho. Buen entrenamiento de CX en mis amados senderos de casa, aunque es un poco raro en un domingo por la tarde”.
Pero ese entrenamiento de Van Aert –igual que cualquiera de los que hemos conocido en estos días– palidece ante la bestialidad protagonizada por Van der Poel, que decidió cubrir los 207 kilómetros que separan Koksijde de su casa en Kapellen ¡en bicicleta!, un entrenamiento de gran fondo que no dudó en compartir ya entrada la noche a través de Twitter, donde enlazó a los datos de su strava tras un sencillo mensaje que se resumía en “Koksijde→Kapellen. #Unpocomásdeloesperado”.
Koksijde -> Kapellen. #littlemorethanexpected https://t.co/qDLG5BSwv3 pic.twitter.com/BYvCQrPvOs
— Mathieu Van der Poel (@mathieuvdpoel) 20 de noviembre de 2016
Pero no todos decidieron penar en un día en el que, recordemos las circunstancias, el viento hacía insegura la práctica del ciclismo en la zona. Mientras Van Aert y Van der Poel se machacaban las piernas, otros como Klaas Vantornout optaba por pasar un relajado día en familia disfrutando de uno de los platos estrella de un domingo en Flandes: el stoofvlees o carne estofada con patatas fritas. Twitter también fue el escaparate elegido por el belga que, junto a una foto de una mesa familiar, sentenciaba “convertir lo desagradable en agradable”.
Het aangename aan het onaangename koppelen ?? pic.twitter.com/nAdpplfczN
— Klaas Vantornout (@KlaasVantornout) 20 de noviembre de 2016
Otros como Jim Aernouts, décimo clasificado en la general de la Copa del Mundo, decidieron pasear y comprobar si las condiciones climatológicas que aconsejaron la suspensión de la prueba eran realmente tan malas y para ello el belga compartió un vídeo a través de Twitter en el que se puede ver a una gran cantidad de aficionados pelear contra los elementos en la playa, una situación ante la que Aernouts comentó: “¿por qué a tres kilómetros de distancia sí se puede practicar deporte? #Koksijde #Celoso”.
Waarom kan er 3 km verder op open strand wel gesport worden? #Koksijde #jaloers pic.twitter.com/dW72d57jWK
— Aernouts Jim (@JimAernouts) 20 de noviembre de 2016
Aunque yo no está en activo, Sven Nys fue otro de los que optó por practicar algo de deporte en su tarde libre tal y como anunció a través de Twitter una red en la que el Caníbal de Baal es especialmente activo. En su caso, no acompañó su mensaje, que rezaba sencillamente “y así tengo la oportunidad de hacer algo de deporte hoy #cadacontratiempotieneunaventaja”, pero poco más tarde volvía a la carga con otro mensaje, esta vez en inglés y con foto, en el que aseguraba que “si quiero permanecer fuerte, necesito sentir dolor”.
If i want to stay strong i need to feel pain! #lovemyjob #running #limits pic.twitter.com/gNZOnUQGeR
— Sven Nys (@sven_nys) 20 de noviembre de 2016
Los corredores españoles sí reaccionaron ante la suspensión en las redes sociales, pero ninguno de ellos compartió públicamente a qué dedicó el inesperado domingo libre. El pentacampeón de España Javier Ruiz de Larrinaga ya publicó en su Twitter el mismo domingo que no llegó a ir al circuito ya que, como decía hoy en conversación con Ciclo 21, “me enteré de la suspensión mientras estaba haciendo rodillo a eso de las 10:30 de la mañana y como no se podía salir a la carretera seguí haciendo rodillo”. Larri explicaba que “decidí hacer un día suave y, de esa manera, poder aprovechar mejor el lunes, martes y miércoles ya que venía de una semana de poco entreno debido a la gripe que tuve el fin de semana anterior”. En este sentido, el corredor vasco va mejorando poco a poco su estado de salud y cuenta que “ya estoy saliendo con la bicicleta” preparando la cita del próximo sábado en Zeven (Alemania).
Kevin Suárez ha contado hoy a Ciclo 21 que “la verdad es que no hice mucho. Me tomé el día de descanso” y añadió que “nos quedamos a pasar la mañana en Koksijde y después de comer nos fuimos a la casa en la que estamos pasando la semana”, pero reconocía que “después de ver lo de Van der Poel, te sientes un poco mal por haberte tomado el día libre”.
Por su parte, el alicantino Felipe Orts ha explicado hoy, a preguntas de Ciclo 21 que “después de que se tomara la decisión de anular la carrera fuimos a casa y me puse a hacer un poco de rodillo, pero las ganas de ciclocross estaban ahí y me las tenía que quitar, así que me fui a rodar”. Con su desparpajo habitual reconocía que “hice una hora y luego a volver por el mismo lado ¡porque si no, no sé volver! Así que acabé haciendo un entrenamiento de dos horas y me quité el mono de ciclocross”. Finalmente, Orts y los suyos “dedicamos la tarde a hacer un poco de turismo por Lovaina”.
