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Etienne Fabre, fallecido ayer a los 20 años de edad, en una imagen de archivo
El pasado mes de agosto Etienne Fabre (5 de agosto de 1996) se vio ante el primer paso de lo que prometía ser el cumplimiento de su gran sueño vital: ser corredor ciclista profesional. El jovencísimo corredor francés recibió la oportunidad de correr para el AG2R-La Mondiale en calidad de corredor a prueba. Durante este periodo, aunque eso sea lo de menos, el quinto puesto del campeonato de Francia de fondo en carretera sub23 fue su mejor resultado. Sin embargo, en sólo cuatro meses después todos esos logros han quedado en un segundo plano, insignificantes como son todas las cosas cuando se enfrentan a noticias tan trágicas como lo ha sido la muerte de Etienne Fabre a causa de una caída durante una caminata de senderismo con amigos.
Se da la circunstancia que este mismo año el padre de Etienne quedó tetraplégico a causa de una accidente similar al que ayer sufrió su hijo, que según un comunicado hecho público por el Vélo Club Rodez “participaba en una caminata de montaña con cuatro amigos en el Bauges. Etienne y uno de sus acompañantes sufrieron una caída a la que Etienne no sobrevivió” mientras que su compañero ha sido ingresado en un hospital en estado grave.
Fabre se inició en el ciclismo en el mencionado Vélo Club Rodez, desde donde salió en febrero de 2015 para incorporarse a las filas del Chambéry Ciclisme Formation, el equipo filial del AG2R-La Mondiale con el que debutó el pasado verano.
