Rogers: El adiós del hombre contra el reloj

Entre Gutiérrez y Cancellara © roadcycling

Ángel Olmedo Jiménez / Ciclo 21

Esta temporada nos deja el adiós de un australiano que, durante los últimos años, se ha convertido en referencia en la disciplina contra el crono. Hablamos de Michael Rogers (Barham, 1979), el doble campeón del mundo contrarreloj y cuyas victorias en la prueba individual frente al tiempo se cuentan por cientos.

Rogers impuso su dominio en los Mundiales en 2004 y 2005 y fue oro también, en el de 2003, cuando se descubrió el dopaje del británico David Millar. Hasta la llegada de la enconada lucha entre Tony Martin y Fabian Cancellara, la presea más peleada siempre parecía recaer en el cuello del aussie. Tras ello, su mejor resultado, desde 2005, fue un décimo puesto en la edición del Mundial de 2010.

Curiosamente, la supremacía contra el crono de Rogers en el periodo previamente reflejado no se vio secundada con idénticos triunfos a nivel local. De hecho, Michael Rogers solo se ha alzado con los Nacionales contra el crono en 2009 y atesora un tercero puesto en 2012 y sendas platas en 2002 y 2003.

Con Wiggins © smh

Cierto es reseñar que las prestaciones de Rogers frente al tiempo se han visto reducidas conforme avanzaba en su andadura profesional, si bien ese cambio le ha reportado importantes victorias. Baste reseñar que, en 2014, posiblemente su año más destacado tras los triunfos en los Mundiales, Rogers consiguió tres triunfos de etapa en Grandes Vueltas (dos en el Giro y una en el Tour).

La carrera de Rogers ha conocido diversas estructuras. Pasó a profesionales en el Mapei, donde estuvo hasta que, en 2006, se enroló en las filas del equipo alemán Telekom. Allí permaneció hasta 2011, cuando ficha por el Sky, donde dilataría su actividad en dos temporadas. Sus últimos años, la estructura del Tinkoff ha sido la que ha disfrutado de sus siempre valorados servicios.

Hoy nos detendremos en las tres victorias de montaña conseguidas por Rogers en 2014, que demostraron que el australiano no era ya, tan solo, aquel hombre que hacía temblar a sus rivales contra el crono.

En la undécima etapa de aquel Giro, entre Collechio y Savona, Rogers se impuso, llegando con diez segundos de ventaja, al alemán Geschke, que dio tiempo al pelotón de los favoritos. La jornada, sin ser de una dureza extrema, imponía superar las dificultades de dos segundas, el Cento Croci y el Naso di Gatto, cuya cima se erigía a unos veintinueve kilómetros de meta.

Mayor valor, sin duda, cuenta la victoria cosechada en la etapa vigésima, con meta en el Monte Zoncolan. Los 167 kilómetros de trayecto entre Maniago y el temido alto, se veían surcados por el primero Passo del Pura y el segunda Sella Brazo, antes de afrontar las durísimas rampas del Zoncolan, algo más de diez kilómetros de ascenso con tramos y rampas que superaban el porcentaje del 20%. Rogers, que venía de la fuga permitida del día e hizo una subida excepcional, se presentó solo en la meta, aventajando en 38 segundos a Pellizotti y en 49 a Bongiorno (al que un empujón de un espectador le había provocado una caída cuando rodaba junto con el australiano). Fue la jornada en la que el colombiano Nairo Quintana certificaba su victoria en el Giro.

Rogers en el Tour © guim

Apenas unos meses más tarde, Rogers tendría la ocasión de lucir el maillot de Tinkoff-Saxo en una de las metas más glosadas del Tour de Francia. Corría la 16ª etapa de la ronda gala, su jefe de filas, Alberto Contador, había tenido que abandonar fruto de una caída, y Rogers contaba con total libertad de movimientos. La jornada era durísima. 237 kilómetros, con dos cuartas al comienzo de la misma, el segunda Aspet, un tercera intercalado antes del “fuera de categoría” Balés, y, para rematar, Bagnères de Luchon.

Rogers obtuvo la victoria tras dejar en la estacada al francés (y las aspiraciones de la parroquia local) Voeckler y al bielorruso Kiryienka, que andaban en un grupo junto a Serpa y Gautier. Nibali salía líder en un Tour que, tras los abandonos de Froome y Contador, se le había situado en clara franquicia.

Nuevamente, al igual que en el día del Zoncolan, Rogers se había filtrado en la escapada buena del día, en la que le acompañaban hombres de la talla de los ya mentados, además el campeón nacional Ion Izagirre y el polaco Kwiatkowski. Cuando restaban algo menos de 9 para meta, Rogers lanzó un demarraje y ninguno de sus compañeros de aventura pudo seguirle.

Su retirada de la serpiente multicolor obedece a la detección de una serie de problemas cardiacos que aconsejaban la retirada de la práctica deportiva de alto nivel.

Rogers disipó las dudas sobre su dopaje por clembuterol en 2013, tras ganar la Copa de Japón, toda vez que los organismos consideraron como válida la opción de que la contaminación podía haber venido por la comida consumida en el país asiático.

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