“Miembros de seguridad le escoltaron fuera de las instalaciones como si fuese un criminal”. Así describen algunos testigos los últimos minutos del alemán Heiko Salzwedel en el National Cycling Centre de Manchester el pasado miércoles cuando, tras llegar por la mañana a lo que pensó que iba a ser otro día más de trabajo para ultimar la participación británica en el europeo de la próxima semana en Berlín, fue despedido de manera fulminante. Según los responsables federativos, esa denigrante imagen es un procedimiento habitual según las normas de recursos humanos, pero esos mismos testigos aseguran que «le hicieron sentir como un criminal».
British Cycling no ha querido, por el momento, hacer ninguna declaración acerca del despdido de Salzwedel, pero según informa el Daily Mail, uno de los motivos principales de este cese fulminante podría estar en una rebelión interna provocada por la mala relación del técnico con algunos de los pesos pesados del equipo británico.
El preparador germano recibió el encargo de llevar al equipo británico de persecución al éxito olímpico en Río de Janeiro después de que en los Juegos Olímpicos de Londres se vieran ampliamente superados por Australia. La cita brasileña fue el último gran éxito de un hombre que llegó por primera vez a British Cycling al terminar los JJOO de Sídney, aunque no terminó ese ciclo al abandonar su cargo en 2002. El segundo periodo de Salzwedel en Reino Unido comenzó en 2008 después de conseguir la plata en Pekín con Dinamarca y permaneció allí hasta el fracaso de Londres en 2012 sólo para volver en 2014, esta vez sí, para conseguir ese tremendo éxito en Río que supuso el quinto oro (octava presea) de Sir Bradley Wiggins, convirtiéndole en el británico con más medallas olímpicas de la historia.