Jordi Simón volvía a ponerse un dorsal en el recién finalizado Tour de Turquía, después de Volta os Guarulhos disputada en Brasil a mediados de julio, donde se llevó la etapa reina. “Llegué a Turquía con un poco de incertidumbre, sin saber demasiado cómo podría encontrarme después de ese tiempo sin competir, aunque no me había descuidado y había hecho todo lo posible para llegar lo mejor posible”, ha comentado el ciclista de Navàs, que cierra la temporada para preparar con renovadas ilusiones su regreso a un equipo español en 2018, el Burgos BH.
Simón finalizó en cuatro de las seis llegadas entre los 16 mejores: 11º, 11º, 26º, 16º, 12º y 91º, terminando 13º en la clasificación general final. “Quedé satisfecho de verme subiendo con los mejores en una prueba World Tour y con gente con ritmo de la Vuelta a España, aunque si hubiéramos corrido alguna otra carrera más hubiéramos podido estado más adelante”, se lamenta Jordi.
“El equipo se dejó ver en varias etapas e hizo un gran trabajo, sin ellos no habríamos podido estar ahí y les estoy muy agradecido. Sólo me queda la espinita de saber qué habría sucedido de no verme implicado en la caída a menos 3 km de la última etapa, con un final que se adaptaba a mis condiciones, porque llegaba con fuerzas”, añade.
Jordi se siente agradecido al equipo Funvic-Brasil Pro Cycling: “No me quiero olvidar de haber conocido a compañeros, staff y directores, todos ellos muy buenas personas y que me han dado la oportunidad de vivir el ciclismo con Brasil como bandera. Ha sido un año un poco atípico, pero sin dejar de aprender y crecer como corredor para el futuro”.