Superprestigio CX: Van der Poel no tiene rival

https://www.youtube.com/watch?v=rFFOuyvSP_0

Gieten: Mathieu ya es el mejor Van der Poel

Zonhoven: Van der Poel, indomable

Boom: Van Aert, triunfo y liderato

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Van der Poel, vencedor en Ruddervoorde / © Superprestige

Spa tiene (tenía) su escalera infinita. Zonhoven, su kuil de arena. El Koppenbergcross, su mítica colina. ¿Qué tiene Ruddervoorde además de su nombre? En realidad, en un primer vistazo al circuito, no tiene nada llamativo. Un trazado más del calendario sin una zona concreta que lo haga destacar respecto a los demás. Sin embargo, los organizadores han apostado por renovar el trazado y han instalado, literalmente, una recta de meta adoquinada en mitad del prado, lo que ha permitido achicar muchísimo la extensión de terreno ocupada por el circuito. Eso le ha dado al de Ruddervoorde una característica, ahora sí, muy especial: sus nada más y nada menos que 40 curvas que lo convierten en un cross en el que resulta casi imposible encontrar un ritmo más o menos constante que mantener durante la hora de carrera.

Mathieu Van der Poel (Beobank-Corendon), dominador de lo que llevamos de temporada, centraba todas las miradas. La pregunta ya no era si sería capaz de arrancar y dejar a todos atrás sino, sencillamente, cuándo lo haría. Quinten Hermans (Telenet-Fidea Lions) quiso compartir algo de protagonismo con el holandés y protagonizó la salida más rápida. El joven belga abrió el pelotón hasta el primer paso por el banco de arena, lugar que Van der Poel, de nuevo bailando como Fred Astaire sobre su bicicleta, le adelantó y dijo aquello de adiós muy buenas.

El holandés transitó por el primer paso por la línea de meta con cinco segundos de renta sobre un Hermans que tampoco pudo aguantar la aceleración de Wout Van Aert (Crelan-Charles) que, de nuevo, se disponía a seguir a Van der Poel desde la distancia confiando en que esa presión hiciese que el genio de Kapellen cometiese algún error como el que le costó el triunfo en Boom el pasado sábado.

Esa desgracia estuvo a punto de cruzarse en el camino de Van der Poel cuando, en el segundo paso por la línea de meta, su casco impactó contra la mano de un espectador que, más pendiente de su propia presencia en la pantalla gigante que de la carrera, saludaba a la cámara olvidándose del paso del corredor. Por fortuna, la imprudencia del idiota del día no supuso contratiempo alguno para el holandés que seguía manteniendo a Van Aert a siete segundos de su rueda trasera.

Mientras todo esto sucedía en cabeza, donde cada paso por meta significaba un nuevo suplemento en forma de segundos para la ventaja de Van der Poel sobre Van Aert, Lars van der Haar (Telenet-Fidea Lions) se desmarcaba de un grupo en el que rosaban Toon Aerts (Telenet-Fidea Lions), Laurens Sweeck (Era-Circus), Eli Iserbyt (Marlux-Napoleon Games) y Michael Vanthourenhout (Marlux-Napoleon Games) intentando asegurarse la tercera posición final.

Fue Iserbyt el primero en ceder terreno en esa pelea. Lo hizo cuando Sweeck, él solito, llevó a sus otros tres rivales hasta la rueda de un Van der Haar que prefirió levantar un poco el pie y refugiarse en ese grupito del fortísimo viento que estaba convirtiendo su cabalgada en un auténtico infierno. Una tortura a la que su compatriota Van der Poel parecía absolutamente ajeno. El de Beobank-Corendon sorteaba curva tras curva sin cometer el más mínimo error. Van Aert, por su parte, suficiente tenía con mantenerse dentro de esa distancia que le permitiría aspirar a todo en caso de que algo sucediese con el líder de la carrera.

Y ese algo pareció menos imposible que nunca cuando a falta de algo más de cuatro vueltas para el final la tímida lluvia que se había estado alternando con el sol desde el inicio de la carrera se convirtió en diluvio. Se abrió el cielo y el terreno se tornó más peligroso. Más resbaladizo. Los boxes, que hasta ese momento habían vivido la carrera desde una tranquilidad absoluta, comenzaron a hervir en actividad. Los auxiliares sabían que, si la cosa seguía igual, comenzaría el baile de cambio de bicicletas debido a la acumulación de barro.

Vanthourenhout pinchó y esa circunstancia la aprovechó Aerts para, con su compañero Van der Haar a rueda, acelerar poniendo contra las cuerdas a Sweeck que, ya en solitario, se veía ante la titánica labor de mantener cerca del Campeón de Europa y al pequeño holandés.

La pelea en cabeza, aunque desde la distancia, era brutal. Van der Poel y Van Aert calcaban sus vueltas. La diferencia entre ambos se estancó en 13 segundos exactos que, pese a los continuos intentos de uno y otro, ni aumentaba ni disminuía. Van der Haar decidió volver a intentarlo a falta de tres vueltas y dejaba atrás a Aerts ahora que, con la aparición de la lluvia, la fuerza del viento se había calmado enormemente. Pero el Campeón de Europa, a sólo siete días de tener que defender ese maillot blanco y azul, no estaba dispuesto a entregar el podio tan fácilmente y pronto volvió a cerrar el hueco.

Ya en el último giro Van der Poel se dedicó a administrar su ventaja, sabedor de que sólo un error por su parte –o una avería sobre la que, evidentemente, no tiene control alguno– podía apartarle del triunfo y el liderato de la challenge. Van Aert, por su parte, era igualmente consciente que su segunda plaza ya no peligraba y que, ante la imposibilidad de cerrar el hueco, lo mejor iba a ser comenzar a pensar ya en el Koppenbergcross que espera el miércoles.

Lars van der Haar y Toon Aerts en Ruddervoorde / © Telenet-Fidea

La pelea de verdad, mientras que el holandés y el belga se repartían el primer y segundo puesto, estaba por detrás. Ahí Aerts y Van der Haar se batían por la tercera posición. El belga y el holandés se atizaban de lo lindo. Cada curva era una oportunidad para que uno u otro acelerara en busca del límite de su compañero y rival y finalmente fue Van der Haar el que consiguió vaciar el depósito de Aerts, que hubo de rendirse y dejarse llevar hasta la línea de meta para conseguir una amarga cuarta plaza.

El vencedor de la carrera, pese a la aparente facilidad con la que ha sumado la que es su undécima victoria del año, explicaba que “ha sido una carrera muy complicada. Sobre todo, por haber tenido que correr solo con tanto viento”. Una vez que, en la primera vuelta, abrió hueco, Van der Poel “sabía que tenía que ir a tope hasta el final y mantenerme muy concentrado porque con tantas curvas era fácil cometer un error”.

En cuanto a Van Aert, que no cedió terreno más allá del perdido en esos dos primeros giros, el holandés decía que “no me preocupaba demasiado. Si se la ventaja hubiese bajado de diez segundos me hubiese estresado un poco, pero siempre estaba a la misma distancia, aunqnue sabía que un error por mi parte le iba a permitir acercarse”.

En cuanto a esa lluvia que apareció mediada la carrera, Van der Poel analizaba que “Ruddervoorde es siempre más bonito cuando llueve y esperaba haber podido correr aquí sobre barro, pero no ha podido ser”.

Respecto a la prueba que espera el próximo miércoles, el vencedor en Ruddervoorde explicaba que “viendo los resultados, en el Koppenberg yo debería ser el favorito, pero voy a tener que estar en mi mejor estado de forma para poder ganar ahí a Wout”.

Precisamente, el Campeón del Mundo reía cuando le transmitían esas palabras de su rival. “Ya hace tiempo que enterré ese favoritismo. Hoy por hoy, y así lo está demostrando desde que empezó la temporada, Van der Poel es el gran favorito independientemente de qué tipo de circuito sea”.

En cuanto a la carrera, Van Aert reconocía que “ha sido un fastidio haberme quedado enganchado detrás de Quinten [Hermans] en ese primer paso por la arena”, lo que a su juicio le impidió seguir a Van der Poel. En cualquier caso, el belga considera que “es positivo que luego, durante el resto de la carrera, he podido seguir al mismo ritmo que Mathieu. Es la primera vez que ha ocurrido durante todo el año y es con la sensación con la que me quiero quedar. En ese sentido, estoy contento”.

Kaptheijns no da tregua y piensa ya en Tábor

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Maud Kaptheijns se impone en Ruddervoorde / © Superprestige

Maud Kaptheijns (Crelan-Charles) partía, tras sus últimas actuaciones, como la mujer a batir hoy en Ruddervoorde. La holandesa, que está dominando lo que llevamos de temporada, se mantuvo a la expectativa en la primera vuelta cuando, con todas las competidoras todavía muy juntas, era Lucinda Brand (Sunweb) la que marcaba el ritmo a seguir y la que, en el primer paso por la línea de meta, aceleraba para abrir un hueco que sólo la Campeona del Mundo, Sanne Cant (Beobank-Corendon) intentó –y consiguió– cerrar.

Ambas mantenían una ventaja de poco menos de diez segundos sobre el grupito tirado por Kaptheijns, pero un error de pilotaje de Brand en el paso por el banco de arena obligó a la holandesa a desmontar y hacer más de la mitad de ese tramo a pie. Cant, que rodaba pegadísima a su rueda, corrió la misma suerte y ese fue el momento en el que Kaptheijns vio su ventana de oportunidad para, sin desmontar en ningún momento, acelerar y soldarse a la rueda de sus dos rivales, conformando el trío que transitaría por meta con algo menos de diez segundos sobre Ellen Van Loy (Telenet-Fidea Lions) y Annemarie Worst (Era-Circus).

Las dudas aparecieron entonces en cabeza y eso lo aprovechó Cant para plantear su apuesta. La belga se adelantó mientras que Brand, que no se fiaba de su compatriota, no se decidía a tomar las riendas de la persecución de la Campeona del Mundo. El problema para la de Sunweb es que, tal y como avisaba ya la semana pasada, Kaptheijns ha entrado en modo ahorro para poder llegar bien de forma al Campeonato de Europa que la próxima semana se disputa en Tábor (República Checa). Así las cosas, mediada esa tercera vuelta, ecuador exacto de una carrera que se fue finalmente a seis giros, Brand aceleró, dejó atrás a la de Crelan-Charles, y llegó a la altura de Cant en el mismo momento en el que Kaptheijns recibía la compañía de Van Loy.

Pero Kaptheijns no había dicho todavía su última palabra e iniciaba la penúltima vuelta al circuito de Ruddervoorde con apenas cuatro segundos de desventaja sobre el dúo de cabeza que, centrado en su pelea particular, se había olvidado del enorme peligro que suponía la holandesa. Cant reaccionó y trató de imprimir un mayor ritmo, algo que Brand no dudó en aprovechar colocándose a su rueda sin dar un solo relevo a la portadora del arcoíris. Y, quizás por ello, Cant apostó por levantar el pie y eso permitió que no sólo Kaptheijns llegara a la cabeza, sino que también lo hiciera Worst.

La de Era-Circus se mostró como la menos fuerte de las cuatro y cedía terreno en cada tramo complicado mientras que Kaptheijns hacía la goma cada vez que una de sus dos rivales aceleraba un poco el ritmo. Ya en la última vuelta Brand, que era la que menos fuerzas había gastado, volvió a atacar a Cant. No abrió hueco la holandesa y Kaptheijns, por primera vez, mostró sus cartas sin ambages y ya en el último tercio de esa última vuelta se vació en un ataque que esperaba que pudiese ser definitivo. Sin embargo, la Campeona del Mundo no estaba dispuesta a dejar que eso sucediese y se soldó a la rueda de su rival y lanzó un nuevo ataque en el banco de arena.

Por un momento, pareció que Cant había conseguido su objetivo, pero optó por bajarse de la bici y correr en los últimos metros de ese tramo. Kaptheijns, de nuevo, pudo regresar a su rueda y, ya en el sprint final, superó a la belga que, vacía, vio incluso como Brand se llevaba el segundo puesto. Con esta cuarta victoria, Kaptheijns sigue imbatida en el Superprestigio y, por supuesto, se aferra al liderato de la challenge.

De nuevo, Dekker

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Jens Dekker, en el centro del podio de Ruddervoorde / © Superprestige

Después de verse fuera de la disputa de la carrera de Boom, el holandés Jens Dekker ha vuelto a la senda del triunfo y, tras las de Gieten y Zonhoven, ha sumado hoy la tercera victoria en la presente edición del Superprestigio y, como es lógico, se confirma en el liderato de la general de la challenge.

El holandés espero hasta que se cubrió el primer tercio de carrera para lanzar un ataque que dejó atrás a los que, hasta entonces, le habían acompañado en el grupo de cabeza. Sus compatriotas Maik van der Heijden y Sieben Wouters y el belga Toon Vandenbosch lo intentaron, pero no pudieron evitar que Dekker abriera hueco para marcharse en solitario a por el triunfo.

En la pelea por los otros dos puestos de podio fue Sieben Wouters, compañero de equipo de Dekker, el que se impuso por delante de Toon Vandenbosch.

Y, aunque sólo sea por lo que significa su apellido para el pequeño mundo del ciclocross, cabe destacar el triunfo de Thibau Nys en la prueba cadete. El hijo del Caníbal de Baal protagonizó un precioso duelo con su compañero de equipo Jetze Van Campenhout que finalmente se decidió en un apretado sprint que acabó decantándose a favor de Nys.

CLASIFICACIÓN PRUEBA ELITE MASCULINA

CLASIFICACIÓN PRUEBA ELITE FEMENINA

CLASIFICACIÓN PRUEBA SUB 23

CLASIFICACIÓN PRUEBA JÚNIOR