El ‘Feltgate’ pone en jaque a Nick Nuyens

Nick Nuyens

Sus corredores lamentan la falta de apoyo de Nuyens / © Sporza

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Fue Wout Van Aert, el hombre alrededor del que se construyó todo el proyecto del Veranda’s Willems-Crelan / Crelan-Charles el que, durante su concentración en Lucca, terminó por avivar un fuego que llevaba meses ardiendo, bajo la superficie, en el seno de la escuadra de Nick Nuyens.

El campeón del mundo de ciclocross, como contábamos ayer, se quejaba amargamente en un email a Nuyens sobre diversos puntos de desencuentro entre los que, sobre cualquier otro, destacaba la falta de competitividad de las bicicletas Felt. El de Herentals se erguía en portavoz de unos compañeros que, hasta hoy, han mantenido silencio ante lo que, parece, es un cúmulo de despropósitos que bien podrían derivar en consecuencias inesperadas.

Hoy, por fin, tras el paso al frente dado por un Van Aert que reconocía públicamente que “no estoy contento al cien por cien con el equipo”, algunos de sus compañeros han secundado esas quejas públicamente tal y como da cuenta Het Nieuwsblad.

La frase es tan lapidaria como preocupante: “lo que hemos tenido que padecer estos meses es algo que no puede pasar en un equipo profesional”. Gaetan Bille, corredor de 29 años y que, tras una sola temporada en el equipo ha cambiado el Veranda’s Willems-Crelan por el Natura4Ever-Sovac, explica que “las cosas se torcieron desde el principio. Desde el momento en que llegaron las bicicletas Felt. Desde el primer momento era evidente que había un problema. Las bicicletas no eran lo suficientemente sólidas. Cuando pedaleabas tranquilo las cosas iban bien, pero cuando subías los vatios era imposible alcanzar la misma velocidad que alcanzabas con otras bicicletas. La diferencia, sobre todo en las curvas, era enorme”. Algo de lo que, según el corredor, podría dar fe Kristof De Kegel, ex ciclista y ahora responsable de Neaforma, el centro de entrenamiento al que acudían los hombres de Crelan para realizar diversos test de rendimiento.

Esa opinión la comparte también Otto Vergaerde, corredor de 23 años que llegó esta temporada al equipo tras pasar tres años en el Topsport Vlaanderen-Baloise y que, por el momento, sigue sin contrato para 2018. “Efectivamente, era evidente desde el principio que nunca seríamos competitivos con esas bicicletas”.

Bille explica que, tras el nefasto arranque de temporada en el que tres de los cinco corredores del equipo acabaron fuera de control en el GP La Marsellesa, su velocista Timothy Dupont abandonara en la Estrella de Bessèges o Stijn Devolder, ex ganador de la Vuelta a Flandes, acabara fuera de control en la CRI de esa última prueba; “expusimos los problemas que había con la bicicleta a Nick Nuyens, pero él no quiso saber nada del tema. No era culpa de la bici, era culpa nuestra. Nos prohibió hablar con los periodistas sobre las bicicletas. Fue muy claro en ese punto”.

Todo ello, según la versión de estos dos corredores, porque “Nick quería esperar a que Wout Van Aert debutara en ruta convencido de que él sí conseguiría buenos resultados. Así es como perdimos tres meses. El Circuito Het Nieuwsblad lo corrimos con cuadros de ciclocross, pero eso es algo que no podía funcionar”.

Cuando en mayo Wout Van Aert debutó en Noruega las cosas no mejoraron y fue la primera vez que el equipo intentó buscar una solución. Más que una intervención en toda regla, lo que se intentó fue poner un parche. “Para la Vuelta a Bélgica se compraron cuatro bicicletas de un modelo antiguo que ya había sido usado por la gente de Skil-Shimano [equipo que estuvo en activo entre 2006 y 2011 y del que ha evolucionado el actual Sunweb de Tom Dumoulin, N.d.A.]. Dupont, Van Aert, De Bondt y Duijn fueron los que recibieron esas bicicletas”.

Sander Cordeel, corredor de 30 años con siete temporadas como profesional a sus espaldas y con dos años de experiencia World Tour (2012 y 2013 en Lotto-Soudal) y que tras dos años en la estructura tampoco tiene equipo para 2018, explica, sobre esas nuevas-viejas bicis, que el criterio para recibir o no una de esas bicicletas “era cómo te llamabas. También tenías que tener un poco de suerte de que hubiesen encontrado una de tu talla”. De hecho, Bille explica que “a Dupont le dieron una, pero era dos tallas grande”.

Todo esto, claro, derivó en un ambiente muy negativo en el equipo. La relación entre directivos, mecánicos y corredores era un polvorín, algo a lo contribuyó esa política de Nuyens de entregar material nuevo a unos corredores y dejar fuera del reparto a otros.

Bille explica que “estaba en mi último año de contrato y, por lo tanto, tenía que asegurarme conseguir buenos resultados para asegurarme un puesto en 2018. Así pues, para el Campeonato de Bélgica me compré una Felt montada con material de nuestros patrocinadores, pero Nuyens enfureció. No me dejó usar la bicicleta. Me pagaba el equipo y tenía que usar el material que me daban. Desde ese momento, casi no me han seleccionado para ir a ninguna carrera”. Efectivamente, tras la disputa del nacional de fondo Bille sólo acumula tres días de competición después de abandonar en la segunda etapa del Tour de Valonia y no ser capaz de terminar el Circuito Mandel-Leie-Escalda.

También Vergaerde y Cordeel vivieron experiencias similares, aunque ellos sí recibieron material nuevo entre los meses de agosto y septiembre. Ninguno de los dos ha sido renovado por la escuadra de Nuyens y Vergaerde cuenta que “tras una mala Binche-Chimay-Binche [donde no terminó], me dijeron que no iba a ir a la París-Bourges ni París-Tours. Según ellos, no estaba lo suficientemente motivado. Me lo dijeron en el hotel en Malinas. Tuve que meter mi bicicleta en una bolsa e ir andando a la estación de tren. Ahí algo emocional se rompió dentro de mí”.

Así las cosas, Bille, como ya hemos comentado, seguirá en un equipo Continental “sólo porque esto me gusta” mientras que Cordeel, licenciado en ingeniería, colgará la bicicleta “mucho antes de lo previsto”. El más joven de los tres, Otto Vergaerde, mira hacia atrás con pena ya que “estuve tres años en el Topsport Vlaandere-Baloise y ellos no querían que me marchase. No tendría que haberlo hecho”.

Mientras, Wout Van Aert se encuentra en Calpe concentrado para tratar de encontrar el golpe de pedal adecuado que le permita recortar distancias con un Mathieu van der Poel intratable. El campeón del mundo de ciclocross no ha querido incendiar más la hoguera, pero desde su entorno han reconocido que el de Herentals mantiene la misma opinión que sus compañeros y considera que la Felt es demasiado endeble.

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