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Homenajeados en una de las etapas con Bara, a la derecha © Iñaki Lopetegi
La 29ª edición de la Vuelta Cicloturista a Gran Canaria, más conocida como La Cicloturista, ya es historia. Ángel Bara, su cerebro organizativo, ya piensa en la cita especial del año que viene cuando se cumplirá el trigésimo aniversario. Pero antes este aragonés emigrado a las islas pasa balance del reciente evento con su siempre estilo directo y sincero.
-Un año más y van 29… ¿Cómo valora esta edición?
-Siempre es positiva, pues seguimos haciendo nuevos amigos y conservando los anteriores. Además si no hay accidentes, nos damos por satisfechos.
-¿Qué es lo que más ha costado para sacarla adelante un año más?
-Como últimamente, los trámites burocráticos. Una vez escuché que la Revolución Rusa habÍa venido por la burocracia y aquí llevamos ese camino. No se puede exigir lo mismo a un concierto con 20.000 personas que a una prueba cicloturista que todos deberíamos saber que no es competición.
-¿Con qué anécdota o detalle se queda de este año?
-Me pidieron informe de cuantos retretes disponíamos en la prueba….»¿Sería en la orilla de la carretera?» En fin, sin comentarios.
-Explíquenos la versión solidaria del evento y con quién colabora
-Lo de hacer por primera vez una etapa de Todos Solidarios, se nos ocurrió con Óscar, nuestro director de operaciones, para tratar de colaborar y dar a conocer al mundo del ciclismo y del deporte la problemática de este colectivo de ciclismo adaptado, pero con poca colaboración por parte de los colectivos locales.
Bara y Jiménez, en la presentación
-¿Qué ha significado llegar a Las Palmas de Gran Canaria?
-Como dije en el reportaje de Teledeporte, era una etapa que nos parecía bastante complicada y lo fue, pero al final hubo un entendimiento con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en su concejalía de Turismo y con el gran apoyo en la llegada de la Policía Local, resultó muy bonita. Parecía una llegada de Vuelta a España y acabar en la playa de Las Canteras en el Auditorio Alfredo Kraus, impresionante.
-¿Qué le diría a los cicloturistas que no conocen su evento para que acudan el año próximo?
-Habrá muchos que no lo conozcan, pero es raro, ya que al llevar 29 ediciones y estar en los medios de prensa, radio, televisión y redes sociales es muy raro que los practicantes no lo conozcan, pero les diría que en diciembre, es el único lugar donde se puede hacer cicloturismo con garantía de buen tiempo y en una prueba de calidad contrastada y como dice la canción «Amigos para siempre».
-¿Se plantea otros proyectos o ampliar La Cicloturista a otras islas canarias?
-Tanto Óscar como yo, somos dos «paridores de ideas». Por supuesto que tenemos otros proyectos que afectarán a La Cicloturista y a otras nuevas pruebas que tenemos en la nevera madurando. Ya hicimos cicloturistas en Tenerife, y en La Palma en años pasados y actualmente colaboramos en la Klasika de Marino Lejarreta.
Foto de familia en Las Palmas de Gran Canaria © Iñaki Lopetegi
-En 2018 se celebra la trigésima edición. ¿Qué planes especiales tiene si se pueden desvelar o adelantar?
-Para el próximo año vamos a trabajar para poder hacer unos paquetes de vuelo+hotel que si se adquieren con anticipación pueden bajar mucho el importe del viaje con respecto a este año. También habrá otros packs de acuerdo con la demanda de cada cicloturista. Y habrá nuevas formas de planear las etapas, pero todo lo sabremos a su debido tiempo.
-¿Y Ángel Bara tiene fecha de jubilación o seguirá año tras año al frente?
-De momento vamos a seguir como los futbolistas alguna temporada más. Lo que si está claro es que como los futbolistas fieles a un equipo, me jubilaré en el mismo evento.
-Como conocedor del panorama cicloturista español, ¿qué opina de la actual situación y en qué se puede mejorar?
-El panorama ya hace años que se veía venir. En cuanto se mezclaron churras y merinas, o sea, se mezcló el cicloturismo romántico, que me gusta decir a mí, con la llegada de pseudocicloturistas que vinieron a competir y a ganar lo que no fueron capaces de ganar si compitieron en su momento. También por parte de los organizadores tenemos nuestro grado de culpabilidad, pues se organizan «cicloturistas» que son cualquier cosa menos cicloturismo. Tenemos que volver a la definición que en su momento hice, (ya hace muchos años) y es que cicloturismo es conocer lugares y hacer amigos en bicicleta.
