La organización correcta de las capacidades físicas a trabajar en el ciclismo es muy compleja, donde en función de las características personales de cada deportista, modalidad de práctica, categoría y edad de maduración, distancia entre objetivos, modelo de periodización… existen infinidad de propuestas.
Si añadimos una planificación paralela de alimentación, suplementación, pruebas de valoración, analíticas, estilo de vida, medios, descanso… todavía lo podemos complicar mucho más.
Para el control de todo lo que rodea la vida del ciclista, se recurre a la herramienta de control llamada planificación.
“La planificación es la base del proceso de entrenamiento, donde el entrenador organiza de manera lógica las cargas de entrenamiento desde un punto de vista fisiológico (bicicleta, gimnasio o cualquier tipo de práctica deportiva), con el fin de conseguir unas adaptaciones favorables y objetivos durante la temporada”.
En función del tiempo disponible hasta los objetivos (macrociclos), la temporada se organiza en fases o mesociclos (espacios temporales para el trabajo de capacidades físicas concretas, con el objetivo de mejorarlas a nivel personal). En este punto, es muy importante conocer que capacidades físicas son más o menos importantes a desarrollar y en qué momento del año con el fin de que se consigan los objetivos (los objetivos pueden ser competiciones de primer nivel, mejorar la salud, o simplemente llevar un entrenamiento lógico…).
Según el tiempo disponible, numero de objetivos de la temporada, experiencia y características del deportista…) se aplica un modelo u otro de planificación (organización de la carga de entrenamiento según un marco teórico: modelos tradicionales, contemporáneos, bloques, polarizados, inversos…).
Esta herramienta nos permite controlar y visualizar el proceso de entrenamiento de manera gráfica y rápida, pudiendo “suponer” los estados de forma en cada momento del año y adelantar las “sensaciones” a los ciclistas, debiéndose de modificar en función de los imprevistos (enfermedad, no cumplir con el plan propuesto, cambios de objetivos…).
En el proceso de planificación debemos tener en cuenta fechas importantes, viajes, momentos de la temporada que se puede entrenar más o menos, eventos personales, concentraciones, analíticas, test de control, alimentación y ergogenia… cuanta más información personal mejor.
Este tipo de seguimiento tan exhaustivo y complejo, propio de cualquier ciclista profesional se debería aplicar a cualquier persona que practique deporte, independientemente del nivel, edad o género, teniéndose que realizar antes de ejecutar los entrenamientos, dado que todos deben de tener una lógica y un “porqué”, bajo la supervisión y seguimiento de un entrenador formado en ciclismo que nos organice, estructure, enseñe y entrene para garantizar una correcta ejecución del mismo, sin poner en riesgo la salud, y que obtengamos unos resultados lo más eficiente posibles, sabiendo cuando derivar al especialista pertinente cuando observe alguna anomalía: médico, nutricionista, fisioterapeuta…
«El proceso de llevar un correcto entrenamiento es un trabajo complicado y laborioso, mi consejo es dejarte asesorar por profesionales cualificados que te enseñen y expliquen el proceso de planificación para entrenar de manera lógica, eficiente, saludable y profesional”.
Victor Rodríguez Rielves, CEO Entrenamiento.pro