Entroncando con lo que decíamos esta mañana, con el presente de Matteo Trentin, sus opciones en la primavera, y todo lo que le había dado al Quick Step, un equipo que este año será azul más intenso si cabe, como si quiera trazar una línea con un pasado reciente que habla del mejor equipo del mundo, una máquina de ganar, un rodillo en muchas carreras, una especie de familia ambulante, donde la victoria de uno, fuera Kittel, Gaviria o Gilbert, era la del grupo…
Todo eso ha quedado atrás para un equipo cuyo patrocinador celebra este año 20 primaveras, nunca mejor dicho, en el ciclismo.
Y es que las cosas no han sido sencillas para llegar a este punto. Quick Step sigue adelante con cambios sustanciales, sobre todo en lo que a las marchas se refiere. Patrick Lefevere, especialista en manejar grandes campeones, se lo comenta a Nico Van Looy en una entrevista que no puede generar más titulares.
Uno, el más grueso, y llamativo, si cabe, es que es el primer año sin Tom Boonen mirando a la primavera. El Quick Step pierde a su ciclista franquicia, al corredor que excedía en importancia el deporte que practicaba, porque era una personalidad más en el firmamento belga.
Fue tan importante la aureola de Boonen, que el mecenas llegó a condicionar todo el presupuesto a su continuidad. Una locura.
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