Bétera es una localidad a 18 kilómetros de Valencia por donde pasan miles de ciclistas y cicloturistas todos los días camino de las cimas del Parc Natural de La Calderona como el Oronet, el Garbí o el Pico del Águila (oficialmente Chirivilla). Sus calles tuvieron una sensación especial porque albergaron la salida de la segunda etapa de la Volta a la Comunitat Valenciana. Y por allí saludaban y pedían fotos a los Valverde, Van Avermaet, Kwiatkowski, a su residente y exseleccionador español Pepe Grande y demás nombres de la ronda recuperada por Ángel Casero. No eran los únicos y uno de ellos se llevó buena parte de la atención. Era el valenciano Joan Bou que disfrutaba del ambiente, de sus aficionados y de la sensación del día después de su debut como profesional con los ítalo-japoneses del Nippo-Vini Fantini. Un estreno pluscuamperfecto que siguió en las rutas y las rampas por donde incuba su forma.
Fernando Ferrari / Ciclo 21 / Bétera (Valencia)
Con 21 años recién cumplidos (16 enero 1997), Bou ya es uno más del pelotón profesional y analiza su primer día -viaje entre Oropesa del Mar y Peñíscola- como si fuera el centésimo, con naturalidad y aplomo a pesar de su edad. «Fue un día muy tranquilo. Estuve buscando la fuga, pero al final no pudo ser así que me dediqué a ayudar al equipo y de cara al final estuve delante hasta los últimos kilómetros para colocar a nuestro hombre rápido [Marco Canola], que fue noveno en meta. No es un velocista puro, pero pasa la montaña. Todo lo que vaya viniendo bueno es».
A pesar de su estreno oficial, Bou ya se vistió de Nippo el año pasado como aprendiz a donde llegó de la mano del exprofesional italiano Stefano Garzelli, otro empadronado en Bétera y asesor del conjunto de Francesco Pelosi. Getxo, Burgos -fugado el primer día-, Arctic Race y Bruselas fueron sus primeros dorsales en la elite. En 2018 el primero oficial es el 186. «El año pasado fue probar a ver cómo iba a responder, pero al final fui bien y ya tengo mucha más confianza. Ya no tengo el miedo de esa primera carrera. Ahora el papel es darlo todo por el equipo. Ahora ya me lo creo. Todo lo que veías desde fuera, lo ves desde dentro y está muy bien.
Y hace su pequeña presentación para los que no saben quién es. «Soy de Valencia. Empecé con la bici a los 14 años en la escuela de Quique Gutiérrez de Vinalesa, que abrió cuando se retiró como profesional y desde entonces fui subiendo como cadete, en junior y sub-23 dos años con la Fundación Contador y ahora ya el salto a profesionales con el Nippo».
Un equipo donde se siente integrado, a gusto y con un horizonte iluminado. «Contento en el Nippo porque viendo el calendario que tienen y su infraestructura está muy bien. En España al final haremos Valencia, Andalucía, Getxo y Burgos. Tampoco hay mucho más. Si no eres un equipo world tour tampoco estás en muchas más, pero contento con la agenda del año».
Un programa 2018 donde -por segundo año consecutivo- no se incluye el Giro de Italia. «El equipo no es que esté molesto, pero sí les hubiera gustado estar. Piensan que han hecho las cosas bien, que han hecho méritos para haber ido y más en el último año de Damiano Cunego, que quería retirarse en el Giro, pero han preferido invitar a otros equipos italianos y al Israel que es normal porque empieza en Jerusalén. Este año intentaremos ganar la Copa de Italia que da plaza directa para la edición de 2019 así que el año que viene estaremos allí».
En sus albores profesionales el aún sub-23 tampoco tiene claro dónde puede situarse, pero sí al menos «dejarme ver un poco y no estar siempre en el pelotón y que salgan las cosas poco a poco. Es pronto para definirme pero creo que metiéndome en fugas y en grupos pequeños puedo tener buenos resultados. En las contrarrelojes en categorías inferiores me he encontraba cómodo, pero aquí es algo diferente y aún no sé cómo iré. No se si seré un hombre de vueltas, pero iremos viendo con el tiempo».
Con su edad es otro de los jóvenes valores del ciclismo español necesitado de figuras tras las recientes retiradas de Purito y Contador, los años finales de Valverde y las incógnitas de Landa. «Creo que hay futuro en nuestro ciclismo. Han salido los Mas, Soler, Rosón, De la Cruz… De mi quinta hay unos cuantos como Barceló o Samitier que vienen muy fuertes. Yo tengo un año menos pero espero ir colocándome en ese grupo».