Sufrió lo indecible en el día de ayer para conseguir terminar último, a casi 20 minutos del vencedor, la tercera etapa de la París-Niza, la última carrera de preparación de cara a su primer gran objetivo del año, la Milán-San Remo, pero el noruego Alexander Kristoff (UAE-Emirates) ve ahora peligrar su presencia en La Classicissima a causa del resfriado que tanto le mermó ayer.
Los problemas comenzaron el lunes. El campeón de Europa, que no había corrido en lo que llevamos de temporada en el Viejo Continente, habría comenzado a sentirse mal después de la primera etapa de la Carrera del Sol. El domingo, jornada inaugural de la prueba francesa, fue un día lluvioso y frío en las cercanías de París y el organismo de Kristoff no habría reaccionado bien al fuerte cambio de temperaturas después de acostumbrarse al calor de Dubai, Omán y Abu Dhabi.
La intención del noruego y de su equipo es la de tomar la salida en la CRI de hoy. Evidentemente, Kristoff no tiene absolutamente nada que defender en la corta jornada de apenas 18 kilómetros, por lo que saldría con la única intención de salvar el fuera de control y dedicar el día a tratar de recuperarse pensando, sobre todo, en esa Milán-San Remo que en estos momentos está en el alero para él.