Después de repasar ampliamente las opciones de la selección española de ciclismo adaptado en el inminente Mundial de pista, quisimos aprovechar la charla con Félix García Casas para conocer su labor en la estructura del Polartec-Kometa, y más después de un fin de semana tan exitoso con victorias del equipo continental -la cuarta del año, nuevamente con Matteo Moschetti-, del sub-23 Juanpe López en la Copa de España y del junior, con Alex Martín en el Trofeo Cabedo.
-La primera pregunta es obligada. ¿Son compatibles ambos cometidos?
-Son funciones muy distintas, y de colectivos que no tienen apenas interconexión. De todas formas hablé tanto con el presidente de la Federación como con Fran Contador en la Fundación, y en ningún caso me pusieron el más mínimo problema. Sé que la gente podrá comentarlo, pero es algo que no me preocupa. Lo importante es poder hacer bien ambos trabajos.
-Y la segunda, casi. En un equipo con tantas cabezas visibles, como los hermanos Contador o Ivan Basso, ¿cuál es su función exacta?
-Soy el responsable técnico, lo que significa que llevo toda la coordinación técnica de los tres equipos. Hay que diferenciar los equipos de la Fundación del continental. En el continental, todo lo que la gestión de corredores lo lleva Ivan Basso, pero hay mucho trabajo técnico diario, con los directores, con los corredores… Poco a poco vamos creciendo y si queremos hacerlo bien, tenemos que tenerlo todo bien estructurado y coordinarnos lo mejor posible.
-¿Y Alberto?
-No tiene un cometido fijo, pero está muy pendiente de todo. Te contaré un detalle: en Valencia vino el día de la contrarreloj por equipos y se planificó toda la crono bajo su supervisión. Está metido en el momento y hace muchas aportaciones, pero no en la gestión. En eso está Fran.
-No es fácil tener un equipo continental español.
-Desde que se creó la Fundación, el objetivo era culminar la pirámide con el equipo profesional. Parecía que el paso se estaba demorando, pero al final se ha plasmado en un conjunto continental y con sede en España… Teníamos claro que queríamos que el equipo fuese español, porque nuestra sede está en España. Pero que sea español no es fácil, porque supone un mayor gasto en muchas cosas, y bastante más gestión burocrática. Pero era el paso lógico y aunque conllevase esos problemas, se tomó esa decisión.
-¿Y que fuese continental, con el escaso calendario que hay en España?
-No es problema, porque vamos a hacer muchas pruebas en el extranjero, aunque ello nos lleva a tener que decir no a algunas pruebas nacionales. La mayoría de nuestros corredores son menores de 23 años y hay carreras en el extranjero que para este tipo de corredores son clave, como Bretaña, Normandía, Aosta, Giro sub23… Buscamos ese calendario internacional para que puedan progresar, no limitarnos a España y Portugal. Y dado que hay pruebas que se solapan y sólo tenemos once corredores, tendremos que renunciar a algunas. Quizá sea difícil de entender, pero esa es la justificación.
-¿Cómo consideran el balance del equipo en estos primeros dos meses escasos de temporada?
-Lo que valoramos sobre todo es que van progresando. Empezaron a correr en una carrera como Valencia, con un nivel World Tour y demostraron que se pueden defender en ese tipo de carreras, lo mismo que en Haut Var o Provence, donde estuvieron a un paso de los mejores. Cuando vas moviendo el calendario y pasan de unas pruebas con un nivel muy alto a otras del circuito continental, sabes que puedes tener grandes resultados. Moschetti está siendo el más destacado –lleva ya cuatro triunfos-, pero creo que todos están rindiendo a un gran nivel. Por ejemplo Ballesteros estuvo muy bien en Valencia, y Sevilla, en Francia. Y hablo de estos dos corredores porque empezaron en la Fundación como junior y han llegado al profesionalismo, que el objetivo que nos habíamos marcado. La idea de Fran y Alberto siempre ha sido completar el círculo, ser capaces de coger a un corredor en tu estructura con 17 años y que se complete la formación, llegando a la máxima categoría.
-De momento equipo continental. ¿Aspiran a dar un paso más, a llegar a continental profesional?
-Sí claro, siempre se aspira a algo más. Pero igual que se ha tardado en poner en marcha el continental hasta que no estuviésemos en condiciones de ofrecer esa imagen que queremos tener, si se da el paso de subir de categoría será con la misma premisa, integrando en la estructura, pero con más medios. Puede ser en un par de años o en más tiempo, pero siempre teniendo la seguridad de poderlo hacer con garantías.
-Ser continental supone no estar obligado al pasaporte biológico. ¿Tienen algún sistema similar?
-Hay una política de control interno en el continental, pero también en el sub-23 bastante exhaustiva. Tener la tranquilidad de estar en la línea de trabajo de todo el ciclismo, de estar muy pendientes del control de corredores.
-Pasando a los equipos inferiores, la pasada temporada no fue muy positiva ni para el sub-23 ni para el junior. Pero este año, el inicio ha sido muy distinto y los primeros éxitos ya han llegado en ambas categorías. ¿Qué sucedió entonces?
-Lo hemos analizado bastante con los directores y hay muchas razones. Una de ellas era el entrenamiento y este año hemos dado un giro fundamental, con Carlos Barredo como responsable de la preparación del equipo sub23 y el retorno de Jorge Ramos al junior.
-Cuatro ciclistas –Ballesteros, Sevilla, Camacho y Cantón- promocionaban esta campaña desde el equipo sub-23 al continental. ¿Hay corredores ahora mismo con opciones de dar el salto a final de temporada?
-Nuestro objetivo es ser capaces de promocionar uno o dos al año. Ahora mismo es pronto para hablar, pero por lo que estamos viendo hay dos que apuntan, y que son Juanpe López y José Antonio García, que han demostrado que dominan la categoría. Pero quedan muchos meses y vamos a ver quienes pueden dar el paso. Lo bonito es que tenemos un grupo que están ahí para disputar carreras de sub23, pero hay otros que están formando y que en dos años deben estar en ese escalón de disputar.
-¿Y el equipo júnior?
-Los juniors son muy cambiantes, solo los tienes uno o dos años, no como los sub23. Y pueden suceder muchas cosas en esas temporadas, que te impidan ver el potencial real de un corredor.
-Por cierto, el año pasado dirigió bastante al equipo, aunque ahora ha dejado esta responsabilidad…
-Este año, puedo estar al volante por algún problema, porque Rafa (Díaz Justo) o Guillermo (Gutiérrez) no puedan acudir a una carrera, pero mi función no es esa. Voy a estar moviéndome entra las tres categorías. En septiembre hay que tomar decisiones de quienes promocionan, de quienes siguen, de quienes fichamos, y por ello tengo que estar pendiente de todos los equipos.
-El año pasado, como director del equipo junior, tenía en el plantel a su hijo, Carlos García, uno de los juveniles más destacados de la campaña hasta tal punto que fue uno de los seleccionados para el Mundial de Bergen. ¿Cómo se lleva dirigir a su propio hijo?
-Cuando vas al volante y ves una caída o la velocidad que se coge al bajar un puerto no lo pasas bien. Imagínate que uno de ellos es tu hijo. El año pasado le tuve que levantar dos veces del suelo. Como padre, obviamente, lo pasas mal. Pero por otro lado el ciclismo ha sido siempre mi pasión mi vida y que Carlos lo tenga, pues es algo que me ilusiona, y espero que sea algo que le ayude, como me ha pasado a mi, aunque no llegue a profesional. Sé que mucha gente piensa que está aquí o que fue a la selección porque es ‘el hijo de…’. Pero desde cadete se lo ha tenido que ir ganando y yo lo sé, lo sabe el seleccionador y tú mismo lo has visto, por qué ha estado en el Mundial. No es ‘el hijo de…’ sino Carlos García y tiene ideas muy claras. Ahora en su primera temporada sub23 me alegra que su director me diga que su proceso de adaptación está muy avanzado, que se maneja en carrera y que trabaja, que es lo que tiene que hacer este año. También podría decirte que mi otro hijo, Raúl, está compitiendo como junior, pero no ha tenido aún esa mentalidad de competir a tope. Va avanzando, pero sabemos que no tiene el nivel para estar en la Fundación, que todavía le falta mucho.
-La pirámide de la Fundación Contador se completa con la Escuela de Ciclismo Plaza Eboli. ¿Le da tiempo a hacer un seguimiento directo?
-Si estoy en Madrid, los martes y jueves por la tarde, me paso por allí. Ahora mismo tenemos 37 niños y niñas, un número que va aumentando y es muy bonito, que en cuatro años tengamos esta cantera. Y aunque el objetivo no es que compitan tan pronto, ahora mismo somos una de las escuelas más numerosas en llevar niños.
-Hablando de niñas, hace ya unos años –cuando la Fundación daba sus primeros pasos- le preguntamos a Fran Contador sobre la posibilidad de crear un equipo femenino, algo que ahora ya tienen numerosas estructuras profesionales. ¿Lo tienen previsto?
– Está planteado, lo que pasa es que llegamos hasta donde llegamos. La puesta en marcha del equipo continental, como te decía, está siendo muy dura, sobre todo para Fran, con esa premisa de mantener el nivel de calidad que necesitamos. Ampliar la estructura nos ha supuesto cambiar de nave, tener más auxiliares, administración… El ampliar más no se puede hacer ahora. Si se da el paso, será con todas las consecuencias.
– Por último, ¿qué papel juegan en este proyecto dos patrocinadores como Polartec y Kometa?
– Están totalmente implicados y la prueba es que patrocinan toda la estructura de la Fundación Contador. Kometa ha llegado este año –de la mano de Basso-, pero Polartec lleva más tiempo con nosotros, creciendo poco a poco hasta dar este paso como patrocinador. Sabemos que están encantados con nosotros y lógicamente nosotros con ellos. Para Polartec, además, es una experiencia muy interesante, ya que somos un banco de pruebas para sus tejidos, para sus productos. Les da muchas posibilidades de testar materiales, que por cierto, son de una calidad altísima.