Ciclo21 Portal de ciclismo
Simon Yates no defenderá su triunfo de 2017 / © ASO
RECORRIDO, PERFILES Y RUTÓMETRO
HEMEROTECA TOUR DE FRANCIA 2018
Existe una carrera cuyo nombre, el Tour del Porvenir, lo dice todo. Una prueba a la que los llamados a ser estrellas del ciclismo en un futuro a medio plazo acuden a dejarse ver y a comenzar a cimentar un palmarés que, tras ese triunfo, suele estar llamado a hacer cosas grandes en este deporte. Sin embargo, hay otra carrera que no hace falta ganar para conseguir ese sello de gran promesa del ciclismo. Una carrera, la más grande de todas ellas, que no es preciso vencer para dejar de ser futuro y convertirse en presente. Esa carrera, claro está, es el Tour de Francia y lo único que tiene que hacer aquel ciclista que quiera entrar en el pelotón por la puerta grande es ganar el maillot blanco reservado a los menores de 25 años.
Ser el mejor joven del Tour de Francia no garantiza nada de cara al futuro, pero un repaso a los hombres que han alcanzado ese logro no engaña y demuestra que están en el buen camino. Desde 1975, año en el que se instauró el premio al mejor joven, esta clasificación arroja nombres como Francesco Moser, Laurent Fignon, Greg LeMond, Marco Pantani, Jan Ullrich, Alberto Contador, Andy Schleck, Nairo Quintana o los hermanos Yates, que lo han conseguido de forma consecutiva en 2016 y 2017 siendo Simon el último en hacerlo.
Para este año, cosas de la edad, que cantaban los Modestia Aparte; el jefe de filas de Mitchelton-Scott (Adam Yates) ya no peleará por ese trofeo, por lo que la veda se abre con nuevos valores, nuevos aspirantes que llaman ya a la puerta y que dentro de algo más de tres semanas, cuando todo se acabe en París, nos tendrán a todos elucubrando sobre qué serán capaces de dar de sí en el futuro.
Egan Bernal, el yogurín sin límites
Bernal, la nueva perla colombiana / © TOC
Egan Bernal (Sky), nacido el 13 de enero de 1997, no tiene edad para recordar a Marco Pantani. Nunca vio correr a Miguel Induráin. Sus primeros recuerdos del Tour, difusos, se los borraron, a la par, un tramposo y un sistema incapaz de lidiar con la vergüenza. España, con Pereiro, Sastre y Contador era la potencia cuando, frente a la televisión, comenzaba a soñar con estar allí, en Francia. Froome, junto al que correrá en su debut en la Grande Boucle, el espejo en el que mirarse en su fulgurante paso por las categorías previas a la elite. Y ahora, con sólo 21 años, el colombiano aparece como el más joven de todos los participantes de un Tour en el que, pese a que estará supeditado a su líder, tendrá muchísimas miradas puestas en él.
El de Bogotá iba a hacer su debut en una grande en la Vuelta a España, donde aspiraba, incluso, a liderar al todopoderoso Sky y heredar, por lo tanto –salvo resolución en contra del Tribunal Antidopaje de la UCI–, el dorsal número uno de Chris Froome como último vencedor de la ronda española. Sin embargo, el Tour de California, esa carrera donde un tal Peter Sagan dominaba desde 2010 a su antojo, se cruzó en su camino. Dos etapas, la general y, sobre todo, una sensación de superioridad tan grande que motivó un cambio de planes urgente. Bernal iría al Tour. Llevarlo a la Vuelta a España podía suponer un exceso de presión exagerado para un chaval tan joven. Casi, aunque sobre la bicicleta no lo parezca, un crío.
Ahora, en el Tour, correrá por y para Froome, pero tendrá que ser uno de los últimos escuderos del jefe de filas en la alta montaña y eso le llevará a una situación privilegiada para pelear por el maillot blanco. Estar cerca de Froome es, a priori, sinónimo de estar cerca del liderato de la carrera y, siguiendo esa lógica, estar cerca del liderato despeja enormemente el camino para acabar siendo aupado al podio de París como mejor joven.
Benoot, un nuevo paso adelante
Benoot se estrenó en Siena / © RCS
El belga Tiesj Benoot (Lotto-Soudal), acabó cuarto entre los mejores jóvenes del Tour de 2017, pero ninguno de los que se clasificaron por delante de él (Yates, Meintjes y Buchmann) repetirán en esa pelea, por lo que sería lógico pensar que al de Gante le toca dar un nuevo paso al frente y plantearse un reto algo más ambicioso.
Es verdad que su perfil no es el de un claro vueltómano y que, hasta el momento, le hemos visto desenvolverse mejor en las pruebas de un día, llegando a ganar este mismo año la Strade Bianche de manera soberbia, su único triunfo como profesional hasta la fecha. Pero, a la vez, este 2018 también ha servido para ver a Benoot evolucionar de forma muy interesante en las pruebas por etapas. Especialmente brillante fue su paso por la Tirreno-Adriático, donde terminó cuarto en la general y fue el mejor joven. No consiguió repetir la gesta en el Cirtérium du Dauphiné, pero pese a ello será una rueda a tener vigilada durante las próximas semanas.
Antwan Tolhoek, el complementario en el LottoNL-Jumbo
Tolhoek, la nueva promesa neerlandesa
Con Kruijswijk y Roglic como puntales y Dylan Groenewegen como uno de los sprinters más destacados del Tour de Francia, el LottoNL-Jumbo se plantará en el Grand Départ con uno de los ochos más interesantes de esta edición de la Grande Boucle en el que, incluso, se permitirán el lujo de llevar a Antwan Tolhoek como elemento complementario.
El neerlandés, uno de los involucrados en aquel episodio gerundense que acabó con el despido de Juanjo Lobato, es una de las perlas de la siempre interesante cantera holandesa y en este 2018, su segundo año en la máxima categoría, ha hecho méritos más que suficientes para ser incluido en el equipo del Tour y, de esta manera, dar un paso más en esa evolución que le llevó a debutar en una grande el año pasado en la Vuelta a España.
Lo que avala a Tolhoek, con un palmarés todavía por desprecintar, no son sus triunfos sino, sobre todo, esas hechuras que, del todo indefinibles, se suelen distinguir con claridad en los jóvenes con clase. Con un Tour de California y, sobre todo, un Dauphiné para enmarcar, habrá que ver hasta qué punto el neerlandés tiene la libertad necesaria para jugar sus cartas en la pelea por el maillot blanco y, sobre todo, cómo le sienta el traje del Tour que está por estrenar.
Moscon, el enfant terrible sigue creciendo
Moscon debe evitar polémicas / © Sky
Liberado, al menos a nivel punitivo, del supuesto empujón a Sébastien Reichenbach durante la pasada edición de los Tres Valles Varesinos, Gianni Moscon (Sky) debuta, al fin, en el Tour de Francia con los ojos de muchos puestos sobre él.
El italiano, protagonista de titulares a partes iguales por su genialidad sobre la bicicleta como su más que polémica personalidad, es otra de esas joyas que van puliéndose en el Sky a la sombra del jefe de filas y que tendrá que plegar cualquier ambición personal al bien común del equipo.
Volcánico y pasional, Moscon no haría bien en salirse del guión y hacer la carrera por su cuenta, pero, por los mismos motivos que los ya explicados con Bernal, su situación de escudero de Froome bien podría beneficiarle a nivel táctico en la pelea por ser el mejor joven del Tour.
Eiking, un pasito atrás para tomar impulso
Warren Barguil, del que ya nos ocupamos en la presentación de los mejores escaladores para el próximo Tour de Francia, no es el único de los nombres a tener en cuenta en la prueba francesa que ha decidido dar un teórico pasito atrás en su carrera. El danés Odd Christian Eiking (Wanty-Groupe Gobert) decidió bajarse del proyecto del FDJ y abandonar el World Tour para enrolarse en el siempre interesante y atractivo Wanty-Groupe Gobert, un equipo de la vieja escuela en la que el veteranísimo Hilaire Van der Schueren sabe sacar el máximo provecho a su plantilla año tras año.
Lo que será capaz de hacer Eiking, de 23 años, es toda una incógnita. Ni sus resultados ni, a última hora, un Dauphiné que no pudo acabar, le avalan para el enorme reto de buscar el maillot blanco, pero ser uno de los jóvenes con más libertad del elenco puede beneficiarle enormemente en ese empeño.
Marc Soler, la esperanza española
Marc Soler aspira al blanco / © Movistar
Con Mikal Landa y Alejandro Valverde situados entre los favoritos al triunfo final, el ciclismo español respira ilusionado en el año I tras Alberto Contador. El último corredor que trajo el amarillo a España ejerce ahora de comentarista y la afición afronta sigue tratando de acostumbrarse a un paréntesis que dura ya ocho largos años en una carrera que, borrados los años de Armstrong, sólo se resistió cuatro veces entre 1991 (el primer Tour de Induráin) y 2010 (el otorgado a Andy Schleck tras el positivo de Contador). Marc Soler (Movistar) parece ser el diamante que debe dar continuidad al sueño que ahora mantienen el veteranísimo Valverde y un Landa en su plenitud.
Decía el propio Soler en 2015 que no tenía prisa por ser protagonista en las grandes vueltas, algo que si, como todo hace indicar, Movistar lo confirma en su ocho para el Tour, seguirá siendo así. Ya se sabe que el modelo Unzue pasa por dejar a los jóvenes ir madurando lentamente a la sombra de otros líderes. Sin presión.
Soler debutó en la Vuelta a España del pasado año. Esa ronda en la que Movistar tuvo que presentar un nueve de circunstancias debido a todo lo sucedido durante la temporada y en la que el catalán tenía su primera gran oportunidad junto a otros jóvenes como Rubén Fernández, Richard Carapaz, Jorge Arcas o Antonio Pedrero. La cosa no salió bien. No es fácil liderar al único equipo World Tour español en la gran prueba de casa y los telefónicos se marcharon de vacio. Ahora, todo puede ser distinto.
Soler, claro está, tendrá que plegarse a sus tres jefes de filas, pero su calidad le llevará, como a Bernal, a tener que estar cerca de ellos en los momentos decisivos y eso, repetimos, puede ser un gran punto a su favor a la hora de tratar de recuperar un maillot blanco que no retiene ningún español desde que Alberto Contador lo hiciera en 2007.
Creo que por meritos nos falta uno de los mayores candidatos Pierre Latour