El mejor equipo del mundo busca patrocinador. Razón: Patrick Lefevere. Más de 50 victorias por temporada no son garantía de nada. La escuadra belga, y más concretamente su mánager general, anda a la caza de un patrocinador principal. De momento, los esfuerzos de hablar «con 20 países diferentes» no han dado resultado.
La situación, sin embargo, no alcanza el grado de gravedad y desesperación que vivió BMC. La estructura azul tiene la supervivencia garantizada para 2019, como mínimo. La cuestión es que Quick-Step Floors, el patrocinador principal, dejará de serlo para el año próximo. Y ninguno de los contactados con Lefevere quiere asumir el protagonismo. «Todo lo que quieren saber es cuánto cuesta patrocinar un equipo», se lamenta el veterano patrón, afirmó en declaraciones a Hln.be.
Quick-Step continuará unido al equipo durante tres años más, pero con un patrocinio secundario. Lidl no desea tomar el relevo. La cervecera Maes, anunciada hace apenas 48 horas como nuevo espónsor, supondrá una importante ayuda pero no formará parte del nombre oficial. Specialized, proveedora de bicicletas y cascos, se conforma con eso y pequeñas reseñas en el uniforme… «Si es necesario, luciremos durante un año el logotipo de Wolfpack en el maillot».
Wolfpack, esa «familia» que se mueve y vive junta, cuya fuerza es la unidad, esa manada de lobos con la que se autodefine la escuadra belga busca, pese a su fiereza, un ‘amo’ que la cuide, la mime y la asista. Y en ello está el viejo lobo Lefevere, que confía en que la voracidad que ha demostrado el equipo en los últimos años y que Julian Alaphilippe está exhibiendo en el Tour de Francia 2018 -dos etapas y maillot de rey de la montaña encarrilado, por el momento- ayude a encontrar ese patrocinador que se le resiste: «Alaphilippe tiene más carisma que cualquier otro corredor francés. Tiene sentido del humor, bondad y es un ejemplo para los jóvenes. Espero que nos pueda abrir nuevas puertas».