Cuando el exciclista profesional Andrea Tafi irrumpió, como un elefante en una cacharrería, en la actualidad ciclista el pasado 18 de octubre anunciando su intención de volver a disputar, a los 52 años y 20 años después de su triunfo, la París-Roubaix, pocos se lo tomaron realmente en serio. Cinco años mayor que Davide Rebellin, que ayer anunciaba que seguiría un año más en activo, el italiano se coló en los titulares, en parte, por lo exótico de su anuncio y, admitámoslo, porque en estos meses invernales el ritmo de la actualidad baja enormemente y este tipo de historias suelen encontrar el camino hasta la opinión pública que, en plena temporada, tendrían vetado.
Pero lo que parecía una boutade de un jubilado nostálgico parece estar tomando forma. El corredor transalpino asegura ahora en declaraciones al periódico belga Het Laatste Nieuws, que “he encontrado un gran equipo” para volver al Infierno del Norte.
Es el propio Tafi el que desvela que “he mantenido contactos con Patrick Lefevere”, aunque reconoce que el mánager del Quick Step Floors (el próximo año, Deceuninck-Quick Step) le cerró las puertas de su equipo. “Me dijo que él tenía un gran equipo y que le gustaba lo que quería hacer, pero que le resultaba imposible hacerme un hueco ya que cualquier corredor que toma la salida en Roubaix [en Quick Step, N.d.A.] lo hace para ganar. Lo entiendo perfectamente. Por fortuna, he encontrado otro gran equipo”.
Tafi, sin embargo, “todavía no puedo decir de qué equipo se trata”. Su aventura en los adoquines del norte de Francia está, por lo tanto, más cerca. “Todo el mundo considera que estoy loco, pero yo no lo creo. Sigo a mi corazón. Sé lo difícil que va a ser, pero quiero saber dónde están mis límites. No me vais a oír decir que voy a llegar en una u otra posición. No soy un hipócrita. Voy a entrenar y ver dónde acabo”.