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Pascual Momparler suena como posible sucesor de Javier Mínguez / © Facebook
Aunque José Luis López Cerrón matizaba ayer que no es el primero de la lista, sino “el primero al que tengo que llamar”, Pascual Momparler aparece en todas las quinielas como el gran favorito a sustituir a Javier Mínguez como seleccionador nacional elite cuando el próximo día 31 de diciembre se haga efectivo el divorcio entre el técnico pucelano y la RFEC. Un desacuerdo que nació pocas oras después del oro mundialista de Alejandro Valverde en Innsbruck y que ayer, con el ya famoso burofax que Mínguez recibía a última hora de la mañana, tuvo su momento final.
Momparler explica que “yo me enteré de todo comiendo. Me mandó un whastapp Mínguez con la noticia que había salido en Europa Press. Es la primera noticia que tengo al respecto. No sabía que la cosa estaba así”. Tras esa primera comunicación, el valenciano prosigue diciendo que “con la primera persona que hablo durante la tarde es con Mínguez y él me cuenta un poco la situación” y, tal y como ya contó el presidente de la RFEC en este medio, “entre las 18:30 y las 19:00 me llamó [José Luis López] Cerrón y me dice que el primero con el que quiere hablar es conmigo. Por deferencia, porque soy un técnico de la casa, porque he trabajado con Mínguez, porque ve que las cosas las estoy haciendo bien… Pero también me dice que con esto no me está dando el cargo”.
A nadie que haya vivido, aunque sea de lejos, la realidad del ciclismo español durante los últimos 30 años, se le puede escapar que la no renovación de Javier Mínguez por parte de José Luis López Cerrón tiene connotaciones que van mucho más allá de la mera relación laboral. Por ello, con las cosas todavía muy calientes, “los dos coincidimos que ni es el momento, ni es una conversación que debamos tener por teléfono. No es algo que corra prisa y nos hemos emplazado para hablar cara a cara en Madrid en algún momento de la próxima semana para que yo le pueda exponer mi proyecto”, explica Momparler.
Sobre ese proyecto y si el mismo pasaría por una renovación generacional en la Selección, el valenciano expone que “la verdad es que no he tenido tiempo de sentarme y ver cuál puede ser mi proyecto o qué gente podría estar conmigo, pero también te digo que la línea que nos ha llevado a ganar el mundial es una línea muy buena. Mínguez encontró un buen equipo y una buena manera de trabajar y correr para conseguir la victoria. No creo que yo tuviera que tocar, inventar o reinventar muchas cosas. Hay gente en ese equipo que está capacitada para ganar o estar muy arriba en los mundiales. Creo que hay que seguir en la misma línea que tenemos ahora”.
Momparler ya ha trabajado con los elite / © Facebook
Momparler ocupa, en la actualidad, los puestos de seleccionador Sub23 y de ciclocross. Sobre si sería capaz de compaginar esos dos cargos con el de responsable del combinado elite explica que “creo que el puesto de seleccionador elite no es compatible con el cargo sub23 porque estamos viendo en muchos países que los seleccionadores van locos la semana del Mundial siguiendo a unos y otros y no están haciendo el seguimiento puro y duro del entrenamiento específico de una contrarreloj con un ciclista o el seguimiento del grupo durante los tres o cuatro días antes de la carrera para que las cosas salgan lo mejor posible”. El valenciano lo explica poniendo un ejemplo claro: “si yo me voy con los sub23 a carrera, los profesionales se quedan entrenando por su cuenta. Luego, llego por la tarde al hotel y no he podido ni hablar con un ciclista. No sé cómo están. Qué han hecho. Cómo les ha ido”. Y añade que “esa es una de las cosas que veo que Javier Mínguez trabajaba muy bien: el hotel. Trabajaba muy bien esos ratos con los corredores. Creo que uno tiene que estar para una cosa y otro para otra”.
Cosa distinta es su puesto al frente del combinado de la especialidad invernal. “El tema del ciclocross es muy distinto porque no me quitaría ni un minuto. Pero todo esto es hablar por hablar. No hace ni 24 horas que me lo han propuesto y no he cogido un papel para trazar un plan de trabajo”.
En cualquier caso, hay una pregunta crucial en todo este asunto. Desde la RFEC se asegura que, de haber aceptado mantener su actual sueldo, Mínguez hubiese seguido en el cargo. ¿Está dispuesto Momparler a heredar esas condiciones? El técnico valenciano no quiere manifestarse al respecto. “Insisto en que no he hablado con el presidente sobre los detalles. A lo mejor, a mí me ofrece mucho menos dinero. Hablar de esas cuestiones ahora no tiene sentido. Creo que lo que debe suceder es que el presidente me escuche y decida apoyar mi proyecto. A partir de ahí será el momento de hablar de otras cosas. Si eso no sucede, si no se acepta mi proyecto, no tiene sentido hablar de dinero ahora”.
Si se diera esa circunstancia, Momparler no tendría problema en seguir en su actual posición. “Si no se acepta mi proyecto… estaré mejor en Sub23, que hago y deshago según mi forma de trabajar porque el presidente y la RFEC me han dejado trabajar así desde el primer minuto y los éxitos y los fracasos están ahí, a la vista de todos”. Para él, “lo que ha sido un halago es haber sido el primero en el que ha pensado el presidente. Veo que valora el esfuerzo, el trabajo y los éxitos conseguidos desde que yo estoy en la RFEC. A partir de ahí, si no llegamos a un acuerdo y no me llega una carta diciendo que no sigo, seguiría como seleccionador sub23 y, si el que entre en profesionales quiere contar con mi apoyo como hizo Javier Mínguez, ahí estará Pascual Momparler. Yo soy, sobre todo, un técnico de la casa. De equipo”.
Preguntado sobre su relación contractual con la RFEC, Momparler aclara que “mi contrato es bianual y de renovación automática y, como en el caso de Javier, termino contrato esta temporada, pero el técnico de ciclocross, que soy yo, se quedaría hasta el Mundial. Ese mes lo hace el técnico que ha estado”.
Además, abunda diciendo que desde que entró a la RFEC en 2013, “sólo he hablado con Cerrón de mi contrato un año y es por algo parecido a lo que ya hemos hablado. Yo estaba haciendo también el equipo Júnior y para mí el Mundial o el Europeo era una locura porque siempre desatendía muchísimo una de las dos categorías. Ante eso, un año le pedí a la RFEC que me quitaran de ser seleccionador Júnior porque no llegaba a todo y consideraba que la categoría se merecía un técnico que pudiera trabajar con ellos todo el año”.
