Mathieu van der Poel, que se encuentra estos días en Benicàssim tratando de aprovechar al máximo el parón (en lo que a challenges se refiere) en el calendario invernal, comienza a perfilar el que será su calendario de carreras en su primera incursión seria en la temporada de grandes clásicas de primavera. El corredor ha asegurado, en declaraciones a Sporza, que su presencia en el renovado E3 BinckBank Classic y en la Gante-Wevelgem es segura, aunque no descarta dejarse ver en otras carreras.
No es ningún secreto que los organizadores belgas, terreno en el que quiere moverse esta primavera el campeón de Europa de ciclocross, no tendrán absolutamente ningún problema en ofrecer una invitación a su equipo, Corendon-Circus, si este asegura la presencia del astro neerlandés. En una tierra donde el ciclocross es religión, anunciantes, patrocinadores, medios y aficionados se frotan las manos pensando en la repercusión que podrían tener los primeros duelos entre Van Aert (que todavía tiene que salvar varios escollos antes de dar por segura su presencia en la carretera) y Van der Poel en las grandes pruebas de un día rodeados, por supuesto, de los grandes especialistas.
Uno de los que más fuerza está haciendo para contar con Van der Poel es Wouter Vandenhaute, responsable máximo de la A Través de Flandes, que ayer confirmó la presencia de Alejandro Vaverde y que sueña con juntar en la línea de salida al campeón del mundo y al gran mirlo blanco del ciclismo neerlandés.
Pero el lío en la cabeza de Van der Poel es monumental. Por un lado, nos encontramos ante un corredor que, al menos por el momento, no parece haber pagado nunca el precio de su enorme ambición. Contados han sido los días, en el ciclocross, en el BTT o en la ruta donde le hemos visto sufrir a causa de un bajó físico y estos pocos casos no se pueden achacar a un exceso de calendario sino a eso que todo ser humano tiene de vez en cuando: un mal día.
Van der Poel sueña con debutar en dos Monumentos en 2019. El neerlandés sabe que no lo tendrá fácil, porque son muchos los equipos, más potentes en lo económico que el suyo, que esperan la invitación de ASO y Flanders Classics, pero él no quiere descartar nada. “¿Correr la Vuelta a Flandes y la París-Roubaix? Esa posibilidad existe si nos dan una invitación”, asegura el corredor.
Van der Poel sigue la estela de su mayor rival en el invierno: Wout Van Aert. “Siempre he estado convencido de que es posible combinar la temporada de ciclocross y hacer la primavera completa, y Van Aert lo ha confirmado. Su rendimiento en las clásicas fue muy bueno y lo que hizo en la Strade Bianche me pareció extraordinario”.
En cuanto a esa combinación de ciclocross, btt y carretera que ahora mismo lleva adelante sin aparentes problemas, Van der Poel explica que “nadie me presiona para elegir una cosa u otra. Esos cambios de especialidad me mantienen fresco y me ayudan a llevarlo todo adelante. Así, los entrenamientos no se hacen tan rutinarios y pesados”.
Pese a que “si pudiese, combinaría especialidades toda mi carrera”, Van der Poel es consciente de que llegará un punto en el que “tendré que tomar una decisión y dejar de lado alguna de ellas. Tal y como lo veo ahora, creo que me decantaría por dejar el BTT”.