Comenzó su carrera como uno de los mejores velocistas del ciclismo español, pero “si quería seguir en el Movistar, tenía que cambiar mi rol, ya que en este equipo un buen sprinter no está valorado”. Así lo explica, en una entrevista concedida a La Opinión de Murcia, José Joaquín Rojas, que abandonó su sueño de ser el referente de la velocidad en España para abrazar la realidad actual de ser, por derecho propio, uno de los grandes gregarios de este país. Uno de esos hombres sin los que los triunfos de los Quintana, Landa o su paisano Valverde serían imposibles.
En esa transición de sprinter a escudero de lujo, fue crucial entender la realidad dentro del equipo telefónico. “Un sprinter necesita un equipo a su alrededor, y entre que no tenemos cultura en el Movistar y que está hecho para un gran líder, o cambiaba o tenía que cambiar de aires”. Algo que, en un primer momento, reconoce que “fue difícil. Yo estaba acostumbrado a sprintar, ganar y solo trabajar para mí porque toda la vida he sido un ganador”.
Pese a todo, Rojas explica que ahora “disfruto cuando ganan mis compañeros. Cuando ganamos la Vuelta a España con Nairo Quintana, aunque yo me cayera el penúltimo día y me rompiera la tibia, esa Vuelta tenía un trozo mío. Todo el equipo teníamos nuestra parte de esa victoria porque en todo momento fuimos necesarios, y he aprendido también a disfrutar de esas victorias como si fueran mías”.
En esa misma entrevista con el medio murciano, Rojas habla, a los 33 años, sobre su futuro y no ve cerca la retirada. “Me quedan cinco años más. Y después, lo que me pida la mente, pero mientras que tenga motivación y ganas de montar en bici”. Esas ganas son, precisamente, lo que el murciano considera clave para seguir rindiendo al máximo nivel después de, en su caso, 14 temporadas completas (15 si contamos su salto como stagiaire con el Liberty Seguros en 2005). El de Cieza explica que se siente “como si no hubiesen pasado los años porque llegan los inviernos y entreno con las mismas ganas o más. El ciclismo no está en tus piernas ni en tu físico, está en tu mente. Ser ciclista no solo entrenar, también es cuidarte, ser las 24 horas del día profesional y los 365 días del año. El momento de dejarlo lo veo aún muy lejos porque psicológicamente estoy muy preparado para sufrir. Me gusta mucho lo que hago”.
Algo que comparte con el gran referente del pelotón español y una de las grandes figuras del panorama internacional, su paisano y campeón del mundo, Alejandro Valverde. Ante la perplejidad de la mayoría al ver que, año tras año, el Bala mejora sus temporadas, Rojas simplifica las cosas. “Lo de Valverde tiene explicación, y es que disfruta tanto de lo que hace, que si lo perdiera, le quitarías parte de su vida. Tiene casi 39 años, pero una mente privilegiada. Estas semanas que he estado aquí entrenado con él lo he visto más motivado que nunca. De hecho, ha hecho más kilómetros que nunca en su vida. En Nochevieja hizo 210, algo a lo que tenía que obligarlo siempre, sobre todo cuando íbamos a las clásicas de Bélgica. Él siempre me decía que con 160 le valía, pero el otro día, en Nochevieja, hizo 210. Como lo ha ganado todo, su gran virtud es que no tiene responsabilidad de ganar más”.
A nivel personal, Rojas asegura que tiene la espina clavada del maillot verde del Tour “porque hubiese supuesto un punto y aparte en mi carrera. El maillot verde de un Tour es el segundo más importante que hay. Honrosamente [el de 2011, N.d.A.] lo gané yo, pero de cara al público no fue así. Siempre me queda esa espina, pero no se puede mirar hacia atrás”.
Este año volverá a hacer buena parte de la temporada junto a Alejandro Valverde lo que le llevará, entre otras carreras, al Giro de Italia y a la Vuelta a Flandes. En relación a De Ronde, Rojas explica que es una carrera que le gusta, “he estado dos veces entre los veinte primeros de Flandes, pero el problema es que en un equipo como el nuestro no se prepara a fondo. También es una carrera muy peligrosa porque yo he visto huesos y pelvis rotas; da miedo y lo que menos me apetece es caerme. El miedo a caerme o romperme algo es lo que más me frena en Flandes, pero también está el aliciente de llegar allí con Alejandro y el maillot arcoíris a la plaza de Brujas [la carrera dejó Brujas para salir desde Amberes en 2017, N.d.A.]. Creo que he hecho nueve Flandes y otras tantas Roubaix y tiene que ser chulo porque Alejandro va a estar para disputar la carrera”.
En cuanto al Giro de Italia, al que Valverde acudirá como jefe de filas por segunda vez en su carrera deportiva, Rojas explica que “me gusta mucho. Fue la primera grande de mi carrera deportiva que hice y entonces no la disfruté porque llegué de una manera extraña, sin tener que ir. En el Tour hay tanta presión que no disfrutas de todo lo que hay alrededor, que es muy chulo, pero en el Giro sí porque la manera de correr es diferente”.