Vestido con el maillot rojigualda que le acredita como campeón de España, Carlos Canal (2001, Xinzo de Limia – Ourense) subió este domingo al segundo cajón del podio en la prueba Júnior de la Copa del Mundo de ciclocross en Hoogerheide (Países Bajos). Hubiera sido una auténtica sorpresa de no ser porque una semana antes, en la Copa del Mundo de Pont-Château (Francia), también había subido al podio como tercer clasificado. Nadie se extrañará si se cuelga una medalla en el Campeonato del Mundo de Bogense (Dinamarca).
Y sin embargo, pese a su innegable brillo en el ciclocross, la carrera deportiva de Carlos Canal no gira en torno al barro. El joven ciclista gallego es un producto del Club Ciclista Maceda, una academia que desde un pequeño pueblo de Ourense ha sido capaz de formar campeones como Pablo Rodríguez o Iván Feijoo, todos ellos destacado especialistas en BTT. Es en esta disciplina donde Canal se prodiga más a menudo, con la victoria en el Open de España XCO como logro más brillante en un palmarés que ha provocado que el medallista olímpico Carlos Coloma se fije en él. En las filas de su equipo competirá desde 2020. Antes, Canal terminará su periplo juvenil en el club donde lleva formándose desde niño.
¿Cuál es su relación con el ciclocross?
Empecé en el ciclocross sólo por mantenerme activo en invierno: su calendario se desarrolla durante la época de descanso del MTB, así que decidí competir en esta disciplina para mantener un buen estado de forma y no relajar el cuerpo más de la cuenta. Sin embargo, disfruto mucho de las carreras y del ambiente que se genera a su alrededor; por eso estoy donde estoy.
Este año sólo ha disputado ocho carreras y en todas ha estado delante. El primer gran éxito fue proclamarse campeón de España en Pontevedra. ¿Cómo de especial fue ganar en casa?
Es un sentimiento indescriptible. Ser campeón de España es un logro muy significativo para mí; de hecho, ya lo había conseguido como cadete… Pero conseguirlo delante de toda mi familia y mi gente, de todo ese entorno que me apoya todos los días, fue sensacional. No siempre pueden celebrar las victorias conmigo ‘in situ’ y disfrutamos mucho juntos cuando sí es posible.
Después vinieron los podios de Pont-Château y Hoogerheide. ¿Le han sorprendido sus prestaciones en pruebas de Copa del Mundo?
Siempre es un poco inesperado. No sabíamos cuál sería mi sitio entre la élite mundial, pero sí que teníamos mucha confianza porque los datos y las sensaciones decían que el trabajo estaba bien hecho. He entrenado muy duro estas Navidades para llegar en forma al mes de enero.
Tras la carrera de Hoogerheide vino a felicitarle Sven Nys, una auténtica leyenda del ciclocross.
Sí… Su hijo corre conmigo en la categoría juvenil y él siempre está en el box, pendiente de sus carreras. Nos tiene bien controlados a todos. (ríe) Nos lo encontramos en la zona técnica después de la carrera y estuvimos comentando la jugada. Como ando ágil de inglés de tanto ver vídeos de carreras en Youtube, pude conocer de primera mano la opinión de un referente como él. Fue una pasada.
¿Qué espera del Mundial?
El objetivo es estar lo más delante posible. No quiero decir un puesto concreto, pero sé que tengo piernas para hacer algo bonito. El trabajo está hecho y sólo falta tener ese puntito de suerte. Viajamos este jueves; el viernes reconoceremos el circuito antes de correr el sábado.
Pese a su éxito en el ciclocross, su foco sigue en el ‘mountain bike’.
Sí, porque el ciclocross en España es bastante pobre y no quiero irme a un equipo extranjero siendo tan joven. De todas maneras, el BTT también me gusta mucho. Mi ilusión es participar en los Juegos Olímpicos en el futuro.
¿De dónde le viene el interés por el ciclismo?
En mi familia nunca ha habido cultura ciclista. De hecho, en mi casa soy el único que practica ciclismo. Pero bueno: de pequeño salía a dar vueltas con la bici por el pueblo y me picó el gusanillo. En infantiles me apunté al Club Ciclista Maceda y me enganché del todo. Tuve suerte porque es una escuela donde cuidan mucho de nosotros y nos enseñan a divertirnos siendo ciclistas.
¿Quiénes han sido sus referentes en este mundillo?
Por cercanía y por verlos a menudo, otros ciclistas formados en el club como Pablo Rodríguez o Iván Feijoo. Las grandes estrellas, tipo Contador o Nino Schurter, existen pero están muy lejanos: parece que nunca vas a llegar a su altura. Sin embargo, ciclistas como Pablo están presentes en nuestro día a día, entrenando a nuestro lado, y hacen ver más factible llegar a la élite.
¿Cómo es su vida más allá de la bici?
Por lo pronto, compagino la bicicleta con los estudios. Estoy en 2º de Bachillerato y, aunque tengo viajes casi cada fin de semana y entreno prácticamente todos los días, estoy logrando llevar todas las asignaturas al día. En el futuro me gustaría hacer una ingeniería, aunque si me profesionalizo entiendo que deberé tomármelo con calma.