Una inoportuna infección bucal le obligará a guardar reposo al menos siete días una semanay se perderá la Volta a la Comunitat Valenciana. Óscar Rodríguez (1995, Euskadi-Murias) tiene sensaciones encontradas tras su debut en la Challenge de Mallorca.
Por un lado, se vio con los mejores en el Trofeo Serra de Tramuntana; pero, por otro, un flemón que fue a más durante la Challenge de Mallorca le obligó a visitar el hospital. El diagnóstico fue claro: debe guardar reposo durante al menos siete días por el tratamiento de antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios. Su próximo objetivo será ahora la Vuelta a Andalucía.
¿Qué balance deportivo hace de la Challenge de Mallorca?
El balance es bueno. La tensión y las caídas han marcado la carrera. Estoy contento porque sobre todo el sábado me he visto con los mejores. Aún me queda por mejorar. El equipo ha estado formidable, todos los compañeros han trabajado como un bloque.
Su invierno había sido bueno hasta ahora.
El trabajo de volumen ya está hecho. Ahora se trata competir, acumular días, y limar los pequeños detalles, por ejemplo, en la contrarreloj.
Sin embargo, esa inoportuna infección en la boca trastoca sus planes inmediatos.
Así es. Valencia era un objetivo, una vuelta que me gustaba y de la que tengo buenos recuerdos porque debuté hace dos años en profesionales. Son carreteras muy conocidas por todos y yo había estado viendo la llegada a Alcossebre. La mayoría de ciclistas entrenamos en invierno en la Comunidad Valenciana. Por eso es una pena no poder correrla ahora. Ahora se trata de volver a recuperar el nivel cuanto antes y progresar para mantener un nivel ascendente.
¿Qué le parece el recorrido de la Vuelta a Andalucía?
He mirado las etapas. El viento puede ser determinante en las dos primeras etapas y con la contrarreloj puedo intentarlo hacer bien. Entonces terminaría este primer bloque de la temporada. Se tratará de descansar y preparar otros objetivos.
El año pasado, se destapó con su victoria en la Vuelta a España, ¿ha sentido que ahora es más conocido?
En Mallorca no lo he notado demasiado. Quizá sí que te conocen más, sobre todo en el pelotón. En casa tampoco me ha cambiado mucho la vida. Sí que noto presión, pero no es más de la que yo me pongo. Soy consciente de que repetir lo del año pasado es muy complicado. Desde luego voy a intentar ganar, aunque no sería una tragedia si no lo consigo.
Ese triunfo sí fue un revulsivo para su carrera.
Eso es. Ya no tengo dudas, esas dudas de si podía valer para esto o no. Lo hice una vez y espero que al menos se repita una segunda vez.
¿Qué tal ha visto a su equipo en Mallorca?
La verdad es que lo he visto muy bien. El ambiente fuera de competición es inigualable, tenemos muy buena relación, y en carrera nos hemos visto muy generosos, estando presentes en casi todos los cortes. La nota es muy buena.
El otro punto negativo es la caída y la fractura de escafoides de Mikel Bizkarra que debía ser la referencia del equipo en este inicio de temporada.
No solo en estas carreras, sino en toda la temporada. Mikel es un gran corredor que lleva dos años muy buenos. Es una gran pérdida desde luego porque era de los que tenía que disputar las carreras. Solo toca esperar que se recupere al cien por cien sin prisa porque puede ser peor.
Ahora os va a tocar a los más jóvenes recoger ese testigo para dar presencia al equipo en las próximas carreras.
Sí, y eso es presión. El saber que tienes que estar ahí en determinados momentos te puede hacer mejorar como ciclista; saber bien llevar la presión y exigirte y esforzarte el máximo para llevar el equipo lo más delante posible.
Además, el Euskadi-Murias tiene el difícil reto de igualar o superar sus resultados del año pasado.
Por supuesto, la pasada temporada fue muy buena. Ahora bien, las barreras están para superarse y eso esperamos. El hacerlo lo mejor posible y mostrar nuestras señas de identidad: la garra y la valentía en carrera. Espero que eso no se pierda.