Parece que fue ayer cuando un joven velocista navarro, de apenas dieciocho años, debutaba en el Mundial de Pruszkow. Pero ya han pasado diez años de aquel momento. “Voy a ver su saco tiempo porque me gustaría escribir algo, de lo que ha cambiado desde entonces”, reconoce Juan Peralta, desde Valencia, en la recta final de preparación para el que va a ser su décimo Campeonato del Mundo.
Ente medias también ha participado en los Juegos Olímpicos de Londres y en los de Río, y ahora está en el primero de los dos años de clasificación hacia Tokio 2020, aunque el objetivo se está presumiendo bastante complicado, al menos en la prueba que abre las mayores opciones de clasificación, la velocidad por equipos. “No me gusta la palabra imposible, pero sí podríamos decir que es muy poco probable. Los tres somos conscientes de ello, pero lo positivo es que todos pensamos que se puede progresar, y tengo plena confianza en mis dos compañeros”, Y es que esta debe ser la clave de un equipo que con la entrada de Alejandro Martínez como arrancador parecía llamado a metas más altas, pero que de momento se ha quedado ahí. “En Londres estuvimos en 44.4, que estuvo muy bien, pero no es suficiente, pero que si lo mejoramos nos daríamos por satisfechos. Un décimo puesto sería un gran resultado, pero lo normal es que estemos en ese top doce”
A nivel particular, Peralta se muestra satisfecho de su desempeño en el trío, como protagonista de la segunda vuelta. “Este año he bajado tres veces de trece segundos, algo que antes solo había hecho en altitud o en velódromos muy rápidos. El punto negativo fue Hong Kong donde fui yo el que falló, por un mal relevo”.
Sobre los favoritos en esta prueba, coincidimos en que Países Bajos -vigentes campeones y vencedores de las cuatro mangas de la Copa del Mundo que han disputado- es la gran favorita, pero advierte de las opciones de “Nueva Zelanda, con un Dawkins que está muy fuerte y un Webster que es un portento en la segunda vuelta, y de Australia, con Hart y Glaetzer”.
Ahora mismo, la opción de estar en Tokio 2020 pasa por clasificarse en alguna prueba individual. “Además este año lo han cambiado, si te clasificas en keirin, corres también la velocidad. Pero no he hecho números ni quiero hacerlos hasta que pase el Mundial, porque ya habría terminado la temporada completa y estaríamos todos en la misma situación”.
Y de las dos, el keirin parece la más factible por sus precedentes, “aunque tendremos un sistema más complicado, con tres rondas, aunque todavía no lo sé exactamente. Pero es una prueba que me gusta, y en la que este año he dado muchas veces en el palo, aunque algún día tiene que salirme. El año pasado no sabía cómo estaba y al final me metí en semifinales. Y ese debe ser mi objetivo, pero ya sé que no es fácil. Y una vez que entras en semifinales, todo es posible. Quizás de seis veces, en cuatro gané siempre el mismo, pero los otros puestos cambian bastante, y se trata de intentar estar ahí”. Una prueba para la que señala al neerlandés Buchli al australiano Glaetzer como principales favoritos.
Terminamos con la velocidad que, como reconoce Peralta, “son palabras mayores, pero es cierto que he dado un paso más, y he bajado cuatro veces de los diez segundos en los 200, en velódromos rápidos como Berlín y Paris, pero también en Londres y en Cambridge, aunque también es verdad que los tiempos de los rivales son cada vez mejores. ¿Objetivo? Por lo menos pasar una ronda”. Para el de Figarol, en esta prueba habría que contar, “con Glaetzer, que para algo es el campeón y ha hecho una Copa del Mundo fantástica, pero también con cualquiera de los tres holandeses -Lavreysen, Buchli y Hoogland-, con los británicos Carlin y Owens, con el francés Vigier, que es una bestia, y creo que incluso con Nicholas Paul, de Trinidad y Tobago, que puede ser la revelación”.