El sábado se llevará a cabo la cita con La Classicissima 110ª de la edición de la clásica que da inicio a la primavera ciclista y el siciliano Vincenzo Nibali será el campeón defensor.
Pasarán 371 días entre el 17 de marzo de 2018 y el sábado cuando florezca de nuevo en Milán una vez más la Milán-Sanremo. Los mismos que llevará Nibali desde que alzara los brazos en la Vía Roma para hacer regresar a casa la mística del primer monumento clásico italiano para un transalpino. Parecía como cualquier otro día en cualquier Milán-San Remo, como muchos otros. En cambio, Vincenzo Nibali decidió que había llegado el día de volver a poner su fantasía en lo más alto y triunfar 12 años después del último italiano que lo consiguiera, Filippo Pozzato en 2006. Bastó un parpadeo instintivo, propio de ‘Lo Squalo’, y todo para perseguir un anhelo que ya parecía lejano. Su ataque, a 6,5 kilómetros del final, sigue siendo una de las acciones más espectaculares de la última temporada de ciclismo.
El sábado se llevará a cabo una nueva entrega de la extensa historia de la Milán-Sanremo, 291 kilómetros de pasión y furia competitiva, de esperanzas y ambiciones que se renuevan año tras año. Será una carrera para grandes nombres, dado el gran número de favoritos que se darán cita. La recorrido es el habitual, con el paso de Pavia, Ovada, Passo del Turchino bajando hacia Génova y tornar a la derecha rumbo a Sanremo. Después de la secuencia clásica de los «capos», Mele, Cervo y Berta, el pelotón se enfrentará a las subidas del Cipressa y el decisivo Poggio di Sanremo; un descenso muy técnico, que llevará a los corredores a la línea de meta en el centro de la ciudad mediterránea, en Via Roma, que a partir de 2015 volvía a dar la bienvenida como antaño a los corredores sustituyendo al de Lungomare Calvino, más comercial al que posiblemente regrese en el futuro por su valor turístico.
Todos los ojos estarán puestos en el de Messina, pero los favoritos, como siempre, son los demás, empezando por el francés Julien Alaphilippe. «Estoy contento con las sensaciones que percibí en la Tirreno-Adriático«, comenta Nibali. «Porque me demuestra cómo está creciendo mi condición física. Empecé la temporada tarde, este año lo elegimos de esta forma. La Sanremo es quizás la carrera más difícil de interpretar, este es su gran encanto. No será fácil repetir el éxito del año pasado, pero haré todo lo posible por intentarlo».
El equipo de Bahrein-Merida estará dirigido por Alberto Volpi, quien explica cómo no solo Nibali, sino también Matej Mohoric y Sonny Colbrelli, pueden ser los puntales en el final. «Tenemos un equipo equilibrado, Vincenzo será nuestro capitán, pero habrá otros dos de nuestros corredores capaces de aprovechar la oportunidad si ésta aparce. Se habla mucho de Alaphilippe pero él no es el único gran favorito, tanto Fernando Gaviria, como Elia Viviani, en el caso de un sprint final, puede poner meter la rueda por delante del resto. Y luego, está la amenaza lejana de los Matteo Trentin, capaz de escaparse en solitario por la victoria, Peter Sagan, Van Avermaet, Demare, Kristoff o Boasson Hagen, cualquier de ellos pueden conquistar la carrera por sí mismo si se lo proponen. Incluso en la temporada de *golondrinas.
*Referido a la migración de las aves en el periodo primaveral a climas templados escapando de las altas temperaturas del sur.
Traducción de Roberto Tejedor sobre un artículo de La Reppublica