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Lambrecht será enterrado el próximo martes en Bélgica
Poco importan, porque en nada consuelan el dolor inmenso que la muerte de Bjorg Lambrecht ha provocado en toda la familia del ciclismo, las conclusiones de la autopsia que se le ha realizado al corredor antes de que sus restos mortales fueran repatriados a Bélgica donde el próximo martes recibirán sepultura, pero su equipo, Lotto-Soudal, ha querido hacer públicas las conclusiones de ese examen para, si es que de alguna manera pudiera tenerlo, darle algún sentido a esta pérdida.
En un comunicado hecho público hoy, Lotto-Soudal ha explicado que Lambrecht sufrió una importante rotura en el hígado que provocó una hemorragia interna masiva que, a su vez, derivó en una parada cardíaca que no pudo ser revertida por los servicios sanitarios.
“Bjorg ha tenido la peor de las suertes posibles atendiendo a las circunstancias de su caída”, explicaba el equipo en su comunicado en el que añadía que “una hemorragia interna de esa magnitud precisa de un milagro, un milagro que no le fue concedido”. Además, el conjunto belga ha querido salir al paso de algunas acusaciones, más o menos veladas, hacia la organización de la carrera y la demora de las asistencias sanitarias asegurando que “ni el lugar del accidente ni el tiempo transcurrido influyeron en las consecuencias finales” de la tragedia. Los responsables del conjunto belga fueron más allá y aseguraron que “incluso si esta lesión hubiese ocurrido en un hospital, las posibilidades de un desenlace igual serían muy grandes”.
