Astana, Jumbo-Visma y Movistar. Conjúguense en el orden que se desee, pero parece que esos serán los tres grandes bloques de una Vuelta a España que el sábado arranca desde las Salinas de Torrevieja y a la que, con más de un candidato por cada una de esas escuadras, kazajos, neerlandeses y españoles parecen salir con cierta superioridad sobre el resto.
Ausente, como ya lo estuvo el año pasado Geraint Thomas, el ganador del último Tour de Francia, Egan Bernal (Ineos), pudiera parecer que la nómina de inscritos en la ronda española, siempre tan mediáticamente condicionada por la decisión del campeón de la Grande Boucle, pudiera dejar algo que desear, pero si nos atenemos a la calidad de sus principales aspirantes y el complicado terreno que tienen por delante, el espectáculo promete ser interesante.
Es innegable que la Vuelta, por su condición de última gran ronda por etapas del calendario internacional siempre despertará más interés si, como era el caso de un comprometidísimo Chris Froome, el ganador de la más importante carrera que en el mundo ha sido decide presentarse en la salida, pero con Richard Carapaz (Movistar), Steven Kruijswijk y Primož Roglič (Jumbo-Visma) contamos un ganador (Giro de Italia) y dos hombres podio en las pruebas de tres semanas ya disputadas. Además, si a ellos les sumamos las figuras de Superman López (Astana), Nairo Quintana, Alejandro Valverde (Movistar), Rigoberto Urán (EF-Education First) y Rafal Majka (Bora-hansgrohe) encontraremos un buen puñado de top10 en esas pruebas.
Pero en el ciclismo no sólo se vive de la calidad individual y es cierto, por empezar por la cola de ese grupito ya señalado, que gente como Majka o Urán llegan rodeados de unos equipos que distan mucho de reunir el potencial de sus princiaples rivales. Sin grandes nombres a su lado, tanto el polaco como el colombiano podrían acusar, sobre todo en la complicada parte final de la prueba, la falta de apoyos cuando, presumiblemente, telefónicos, neerlandeses y kazajos decidan poner toda su maquinaria (la que les quede) en modo avante toda.
Valverde y Quintana, dúo dinámico
Movistar llevará a Alejandro Valverde en su ya habitual papel de agente libre y a Nairo Quintana en la que será su última gran cita con el azul telefónico y una nueva visita a la última gran ronda que consiguió ganar, allá en 2016. Si esta insigne compañía acaba siendo fructífera será porque los roles se definan desde el punto de partida. El hecho de que Valverde no parezca, a priori, un hombre con las mismas opciones que antaño –y que sus rivales– de cara a la general, dejan a los responsables telefónicos con la complicada misión de decidir, más pronto que tarde, a cuál de sus dos jefes prefiere sacrificar a mayor gloria del otro. Llegado a ese punto, habrá que ver si tanto Quintana como Valverde lo aceptan de buen grado o si los egos y los propios intereses acaban interponiéndose en el camino del bien común.
Jumbo-Visma, potencia pura
Si hay un equipo que en este 2019 ha dado un salto cualitativo fuera de toda duda, ese ha sido el Jumbo-Visma neerlandés. Comenzó la campaña con el paso cambiado a cuenta de la temprana llegada de Wout Van Aert, que adelantó sus planes conjuntos en casi un año. Los responsables del equipo amarillo supieron encajar ese enorme cambio y cuando Primož Roglič llegó a la salida del Giro, lo hizo con la moral a tope de un equipo con 13 triunfos (que ya son 41 a día de hoy) de los que él había sumado nada más y nada menos que siete.
Era, sin duda alguna, el hombre más vigilado de la Corsa Rosa antes de su inicio. Su temporadón le había catapultado al favoritismo más claro y el triunfo en la primera crono no hacía más que confirmar ese papel, pero las cosas no terminaron de ir todo lo bien que hubiesen deseado y acabó teniendo que conformarse con la tercera posición final en durísima pugna con Mikel Landa, al que le arrebató el podio en la CRI de Verona con la que se cerró la carrera.
Luego, en el Tour, los neerlandeses volvieron a apostar por un Steven Kruijswijk que, al fin, consiguió el tan ansiado podio en una grande que tanto andaba persiguiendo. Desde aquella cruel caída en el Giro de Italia de 2016 que le granjeó el malicioso sobrenombre de Crashbike, el neerlandés se había metido en el top10 de cuantas pruebas de tres semanas terminó (abandonó en la Vuelta de ese año y el Giro de 2017) y desde el Tour de 2018, en el que fue 5º, ha ido mejorando carrera a carrera con la cuarta posición de la ronda española de la pasada campaña e, insistimos, ese tercer puesto de la Grande Boucle del pasado mes de julio.
Además, sólo la espectacular irrupción de Julian Alaphilippe (Deceuninck-Quick Step) eclipsó lo que, en circunstancias más normales, habría sido calificado como el-Tour-de-Jumbo-Visma. Liderato a las primeras de cambio, cuatro etapas y un hombre en el podio ha sido un bagaje que, aunque no se pueda calificar de sorprendente, pocos podían esperar.
Y con esos mimbres llega Jumbo-Visma a la Vuelta a España. Roglič se ha dedicado a descansar después del Giro y sólo se le ha visto en competición un día, cuando acabó cuarto en el nacional de su país en el mes de junio. Kruijswijk ha hecho lo propio después del Tour, pero habrá que ver cómo han afectado las celebraciones y demás obligaciones de un hombre podio en la Grande Boucle al neerlandés.
Su gran ventaja, sin duda, es la unidad de un equipo que sabe que tendrá que trabajar por y para sus dos líderes. Unos jefes de filas que, además, contarán con un aporte extra de moral muy especial: la llegada el próximo año de Tom Dumoulin a sus filas. La Mariposa de Maastricht completará la tricefalia del Jumbo-Visma para las grandes vueltas y no cabe duda de que tanto Primož Roglič como Steven Kruijswijk no querrán dejar pasar la oportunidad que les brinda la Vuelta a España para reivindicar su posición dominante en la tribu antes de la llegada del nuevo macho alfa.
Astana, un bloque unido
Muy similar es la situación del equipo Astana, un conjunto que ya ha demostrado que, cuando así lo requiere el guion, sabe trabajar como un bloque unido. Casi como un solo organismo. Con Superman López, único representante del podio de 2018 presente en esta Vuelta, como claro referente, Jakob Fuglsang estará a la espera, pendiente del colombiano, para, en caso de que este falle, tomar el testigo al frente de una tropa kazaja con mucho soldado español.
El séptimo puesto de Miguel Ángel López en el pasado Giro de Italia es, dicho esto con todas las comillas posibles, un pequeño paso atrás para un hombre que en 2018 saldó sus dos grandes vueltas, Giro y Vuelta, con sendos terceros puestos.
A la espera de su debut en el Tour de Francia, algo que con 26 años (que cumplirá el próximo mes de febrero), podría ser el paso lógico a dar en 2020, Superman repite su apuesta del pasado año introduciendo una única variación: tras el Giro de Italia ha preferido preparar la Vuelta en la Vuelta a Polonia en lugar de con la combinación San Sebastián-Burgos del pasado año.
Tras demostrar ya de forma definitiva en 2018 que, pese a su juventud, es un hombre que sabe soportar la presión que significa liderar un equipo como Astana en una ronda de tres semanas, Miguel Ángel López llega rodeado de, quizás, el equipo más potente que Vinokourov podía poder a su disposición. A los experimentadísimos Cataldo (19 grandes vueltas en su hoja de servicio) y Boaro (9 rondas de tres semanas en su haber) se une el conocimiento del terreno que le proporcionarán los hermanos Izagirre, Omar Fraile o Luisle Sánchez. Todo ello, como ya hemos dicho, coronado por un lugarteniente de lujo como Jakob Fuglsang, al que su apuesta por el Tour volvió a salirle rana y que, sin duda, llega a la Vuelta a España con ganas de brillar.
Aru y Chaves, las incógnitas
Pero no serán todos ellos los únicos favoritos a subir a lo más alto del podio de Cibeles. Son, es cierto, los grandes favoritos, pero no los únicos. A los ya mencionados Urán o Majka hay que sumar a unos Fabio Aru (UAE) y Esteban Chaves (Mitchelton-Scott) que, aparentemente recuperados de los distintos problemas que les han lastrado durante las últimas campañas, llegan a esta Vuelta a España de septiembre con la importante misión de aprobar un examen de reválida que bien podría marcar el futuro de su carrera deportiva.
Mientras que el colombiano será el claro líder, ausente el último ganador de la prueba, Simon Yates, y su hermano Adam; del Mitchelton-Scott, algo que, para lo bueno y para lo malo, no es el caso de Fabio Aru, que tendrá a su lado a Tadej Pogačar, jovencísimo talento esloveno que en su primera campaña World Tour ha ganado pruebas como el Tour de California (donde el pasado año se desató un tal Egan Bernal) o la Volta al Algarve además de obtener un sexto puesto en la Itzulia (donde fue el mejor joven) y un cuarto lugar en la Vuelta a Eslovenia. Ahora, con sólo 20 años, no sólo aspira a inaugurar el palmarés del nuevo maillot blanco al mejor joven de la ronda española, sino que su presencia en la ronda de su debut en las tres semanas es una de las que más expectativas produce.
Wilco Kelderman (Sunweb), Wout Poels (Ineos), Jesús Herrada (Cofidis) o David De la Cruz (Ineos) son otros de los hombres que podrían meterse en las quinielas si la carrera y sus circunstancias les son favorables.