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Barceló, durante el Campeonato de España 2019 en Murcia © Photo Gomez Sport
Fernando Barceló (Huesca, 1996) ya ha tenido su «primer contacto» con el que será su equipo los dos próximos años, el Cofidis. Un paso natural tras su progresión y el final del Euskadi-Murias. El bravo ciclista aragonés ha exhibido su clase y su garra durante toda la temporada, especialmente desde la Vuelta a España. La imagen de Barceló a rueda de Philippe Gilbert en las paredes de Bilbao o sus ataques en la París-Tours no hacen más que reflejar su carácter. Ha encontrado una recompensa a su altura y esta semana conoció su nueva casa.
¿En qué ha consistido el primer encuentro con el Cofidis?
La idea era tener un primer contacto con el equipo, hacer una prueba de esfuerzo que es necesaria en los equipos franceses para sacar la licencia, probar tallas de ropa… Ha sido breve pero intenso porque volé el martes y regresé el jueves.
Es un equipo que ya conoce de cuando fue stagiare.
Estuve en dos carreras en 2017. El equipo sigue siendo prácticamente el mismo. Ya conozco algún corredor con el que coincidí entonces, algún director, miembros del staff… Pero más allá de eso me quedo con que me han recibido con mucha amabilidad, se han preocupado por mí; les he visto interesados, me he sentido querido. Todo eso es una primera toma de contacto siempre da alegría y motivación cara a cuando empiece a entrenar para dar el cien por cien. Estuve hablando con Vasseur -el mánager general- y mostró mucho interés. Eso siempre es un halago.
El que haya más corredores españoles facilitará su adaptación.
Entiendo el francés, aunque la mayoría de corredores hablan en inglés, con el que me defiendo bastante mejor. El idioma no va a ser un problema. De todas formas, mi idea es aprender el máximo francés posible. Me he intentado integrar. Los españoles ya me han dicho que cualquier cosa que necesite que cuente con ellos. Siempre es un apoyo.
El fichaje por el Cofidis es la guinda a la temporada.
La verdad es que es un equipazo con una trayectoria muy buena. Seguramente el mejor equipo en el que pueda estar ahora mismo. Cuenta con muchos corredores y muy buenos y eso siempre te puede hacer progresar, aprender cómo actúan, por ejemplo Viviani, Herrada, Laporte. Y, a la vez, tiene un calendario muy amplio. Y eso puede permitir que si en un momento dado estoy en forma poder tener mis oportunidades.
Además, ha solicitado ser WorldTour.
No está confirmado. Si se confirma, tendrá acceso a muchas más carreras y a las grandes vueltas, como el Giro. Aun así, es un equipazo sea un WorldTour o no y estoy contento por el hecho de estar en el equipo Cofidis.
El balance de la temporada tiene que ser bueno.
Sí, sí. A principio de año, viendo los resultados que he conseguido, los hubiera firmado sin duda; ahora me quedo con alguna espinilla de haber dejado pasar la oportunidad en alguna carrera. La verdad es que ha sido una buena temporada.
Sobre todo, ofreció su mejor versión en la Vuelta a España y las últimas clásicas.
Tanto el año pasado como este, de principio a fin de temporada he ido a más en cada carrera. Este año he acabado muy fuerte y muy satisfecho en las últimas carreras, tanto en la Vuelta como en las clásicas francesas. Quizá si hubiera habido más carreras, habría seguido corriendo (risas). Ahora hay que desconectar. El 11 de diciembre nos vamos a juntar con el equipo en Calpe y eso llega pronto.
¿Qué sensación le deja la desaparición del Euskadi-Murias?
Es una gran pena. Un equipo que ha sido capaz de sacar estos resultados con tan poco y de crear una pequeña gran familia es realmente complicado. Y eso el Euskadi-Murias lo había conseguido. Es muy difícil. Si te fijas en los equipos WorldTour, por mucho nivel que tengan, no se ve esa unión. Aquí lo habíamos conseguido y realmente me da mucha pena.
¿Qué espera de la temporada 2020?
Siempre hay que progresar y dar el máximo. Trataré de conseguir alguna victoria para mi palmarés.
