El alicantino Pepe Ginestar, procedente del Ginestar-PC Beniopa; el vitoriano Javier Ibáñez, de la Fundación Víctor Sastre; y el barcelonés Juanjo Rosal, de la Fundación Alberto Contador, debutarán la próxima temporada en la categoría sub-23 con el Equipo Lizarte.
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Los tres destacan por su planta rodadora. Con su fichaje, el capítulo de incorporaciones del conjunto amateur de la Asociación Deportiva Galibier asciende ya a once ciclistas tras los anuncios previos de otros seis juveniles, Raúl García Pierna (Kometa – Fundación Contador), Dylan Westley (HMT Hospitals), Pablo Castrillo, Jon Gil, Mikel Retegi y Diego Uriarte (Lizarte – CC Ermitagaña); y de dos sub-23, Iván Cobo (Gomur) y Mateo González.
“Son tres corredores de un estilo similar, caracterizados por su poderío en el llano y por su margen de progresión”, explica Jon Armendariz, director deportivo del Equipo Lizarte. “Juanjo Rosal viene avalado por su victoria en el Circuito Guadiana, una prueba para rodadores en la que es necesario tener mucha potencia para conseguir el triunfo. Pepe Ginestar es un poco más fino de constitución y se desenvuelve bastante bien en la media montaña. En cuanto a Javier Ibáñez, viene de un año difícil y la prioridad es que disfrute de la bicicleta. Los tres tendrán aquí un sitio para crecer; les apoyaremos en todo lo que necesiten para que desarrollen su potencial deportivo y humano”.
Si uno busca en Google referencias de Javier Ibáñez (2001, Vitoria), encontrará tantas sobre natación como sobre ciclismo. “Los dos deportes me encantan y los he ido compaginando hasta hace poco”, explica. “La natación me ha ofrecido los momentos para estar dentro de mí mismo y reflexionar. El ciclismo es un deporte que me permite relacionarme con las personas y con la naturaleza”. En la piscina ha sido campeón de Euskadi de 800m y 1500m; en la carretera, un rodador de muchos vatios. “Pero también he ganado la Montaña en una vuelta durísima como la Bizkaiko Itzulia, lo cual demuestra que puedo defenderme cuesta arriba”, puntualiza. El vitoriano eligió centrarse en el ciclismo a partir de 2019, lo cual le llevó a mudarse a Ávila para competir con la Fundación Víctor Sastre. “Fue un año difícil por lo que supone alejarse de la familia, pero ha merecido la pena por todo lo que he crecido de la mano de técnicos como Joaquín Novoa o el propio Carlos Sastre”.
También Pepe Ginestar (2001, Gata de Gorgos) se ha mudado recientemente; en su caso a Barcelona, y por una cuestión de estudios. “Acabo de empezar Medicina en la UAB”, expone feliz el alicantino, quien también se formó como trompetista en el Conservatorio Tenor Cortis. Ginestar lleva “toda la vida” viviendo el ciclismo en casa. “Mi padre es un gran aficionado a la bicicleta y de hecho compitió hasta amateur. Colgó para ir a la Universidad, pero luego se reenganchó a través del ciclismo Máster y lleva una década patrocinando ciclismo con su concesionario Renault”. Fue en 2014, con 13 años, que nuestro nuevo ciclista se puso por primera vez un dorsal. En sus cinco temporadas de formación en la Peña Ciclista Beniopa, se ha definido como “un buen rodador capaz de subir bien cuando está en forma”. Junto a entrar en Medicina, pasar a sub23 con el Equipo Lizarte era su gran objetivo del año 2019. “Este equipo es un referente para mí y para cualquier ciclista de base. Quiero intentar llegar a profesionales en serio y creo que ésta es la mejor estructura posible para ayudarme a crecer”.
Otro residente de Barcelona, aunque de sus afueras, es Juan José Rosal (2001, Cànoves i Samalús). “Vivo en un pueblo pequeñito, de apenas 3000 habitantes”, nos cuenta. “De pequeño mi deporte era el motocross, pero sufrí una caída con 8 años que me hizo cogerle miedo a la moto y pasarme al BTT. Ya he superado aquello, pero el ciclismo se ha convertido en mi deporte favorito”, cuenta sobre sus orígenes este ciclista formado como juvenil en la Fundación Contador. “Mi amigo Martí Márquez me había hablado muy bien sobre el Equipo Lizarte y eso me animó a tocar a su puerta de cara al paso a sub23”, explica este rodador, corpulento y bastante rápido en las llegadas, que encuentra su terreno predilecto en “las pruebas de un día con repechos cortos y duros” como demostró ganando el Circuito Guadiana o el Trofeu Vila de Ripoll. También acudió con la selección nacional a la París-Roubaix juvenil, que no logró terminar por caída.