Cuando esta noche muchos andemos tratando de arrancar 2020 sin morir en el intento de cumplir con el ritual de las doce uvas de la suerte, Carlos Rodríguez pasará, ya de forma oficial, a ser corredor de Ineos y, a la vez, se convertirá en el ciclista más joven del World Tour superando, en esa particular batalla, al ya reputadísimo Remco Evenepoel.
El cambio de año será, al menos en ese sentido, muy especial para el ciclista andaluz que, en cualquier caso, lleva ya varias semanas siendo, a todos los efectos, corredor del equipo más potente del mundo. Compartió concentración en Mallorca con los que serán sus compañeros de equipo a partir de mañana mismo y entrena y se prepara en base a los siempre exigentes y muy científicos métodos del conjunto británico.
Carlos Rodríguez será, desde esta noche, el noveno corredor español en entrar a formar parte del conjunto dominador de las grandes vueltas desde hace ya muchas temporadas. En ese sentido, tomará el testigo de Juan Antonio Flecha (2010-2012), Xabier Zandio (2011-2016), David López (2013-2018), Mikel Nieve (2014-2017), Mikel Landa (2016-2017), Beñat Intxausti (2016-2018), David De la Cruz (2018-2019) y, por supuesto, Jonathan Castroviejo, que llegó al equipo en 2018 y seguirá, al menos, hasta 2021 en la estructura.
Sólo Egan Bernal, ganador del Tour de Francia, y Rodríguez tienen, a día de hoy, contrato firmado hasta 2023. Mientras que el colombiano es ya una realidad contrastada y consolidada en el pelotón mundial, el corredor español llega, como ya hiciera Evenepoel el pasado año, directo desde la categoría júnior. El ciclismo está cambiando y el sacrosanto paso por Sub-23 parece que ya no es una condición indispensable para llegar al profesionalismo. Es más, ni tan siquiera parece ya importante, al menos en algunos casos, aquello de ganar experiencia en equipos más modestos antes de dar el salto a la elite mundial.
Aunque su nombre no es, en absoluto, desconocido para los habituales del ciclismo base español, es ahora, cuando desembarca en lo más alto del ciclismo internacional, cuando Carlos Rodríguez comenzará a ser habitual en crónicas, entrevistas y titulares. Antes de que se desate sobre él la tormenta mediática, Ciclo21 ha querido conocer un poco mejor al gran mirlo blanco que ha detectado Sir Dave Brailsford.
Lo primero que debo preguntarle, teniendo en cuenta el enorme salto que va a dar, es ¿cómo se produjo su llegada a Ineos?
Todo fue a través de mi mánager. Un día me llamó y me dijo que había una posibilidad de poder dar el salto con Ineos. Así, poco a poco fuimos concretando las cosas hasta que el traspaso se hizo seguro y firmé.
Nico Portal me dijo, durante la Vuelta a España, que no le conocía mucho porque es usted una apuesta personal de Sir Dave Brailsford. ¿Ha tenido opción de hablar mucho con el patrón de su nuevo equipo?
Con Dave he hablado poco, pero todas han sido conversaciones muy gratas. Lo que ha querido, sobre todo, es transmitirme tranquilidad. Me ha dado sus motivos sobre porqué Ineos es el mejor equipo para que yo pueda progresar y evolucionar como ciclista. Me he encontrado una persona muy sensata. A nadie se le escapa todo lo que ha hecho y conseguido en estos años y él quiere lo mejor para mi y que vaya creciendo poco a poco.
Aunque su incorporación al equipo no será oficial hasta esta noche, supongo que lleva ya un tiempo trabajando a sus órdenes. ¿En qué se traducen, principalmente, esos cambios respecto a lo que venía haciendo en el pasado?
En primer lugar, he cambiado de entrenador. Cada uno tiene sus métodos, así que ahora estoy trabajando de forma distinta a la que estaba acostumbrado. De momento, me estoy acostumbrando poco a poco a ese cambio.
Aparenta estar muy tranquilo ante el hecho de que no sólo va a dar el salto al World Tour, sino que lo va a hacer como el corredor más joven de la máxima categoría y en la estructura más grande del pelotón. ¿De verdad no le produce un poco de vértigo?
Tengo muy claro que no doy este salto por una cuestión de azar, sólo por probar y ver qué pasa. Tanto el que era mi entrenador como mi mánager me han hecho ver que esta es la mejor opción para mí, así que llego mentalizado. No tengo miedo, tengo respeto. Es una categoría nueva y mucho más exigente, pero todo es cuestión de adaptación y tiempo. Poco a poco irán viniendo los resultados.
¿En algún momento, desde que firmó con Ineos, le ha costado conciliar el sueño pensando en que, quizás, el salto va a ser muy grande?
Cuando tienes la oportunidad, quizás te lo planteas, pero ha sido algo muy meditado y confío en las personas que me han aconsejado dar este paso. Estoy conforme con la decisión que he tomado y considero que he recalado en el mejor sitio para seguir formándome como persona y como ciclista.
¿Qué se lleva de sus dos años en el Kometa?
He aprendido mucho. En estos dos años he mejorado mucho en cuestiones de cómo desenvolverme en las carreras, de trabajo en equipo. Me llevo un muy buen recuerdo de todo el mundo. Tanto de la gente del staff como de los compañeros que he tenido.
Antes me decía que Sir Dave Brailsford le ha hablado con mucho cariño transmitiéndole tranquilidad. Viniendo del Kometa, imagino que Alberto Contador también le habrá dado algún consejo ante esta nueva etapa.
Con Alberto no he tenido la oportunidad de hablar mucho.
¿Le han dado ya su programa de carreras para esta nueva aventura en Ineos?
No lo tengo todavía claro al cien por cien, pero sí tengo ya una idea general de cómo comenzaré la temporada. Iré a carreras secundarias, donde no haya muchísimo nivel, para que pueda ir haciéndome poco a poco a la categoría.
¿Sabe ya dónde debutará? ¿Le veremos en las carreras españolas de principio de temporada?
No, todavía no sé dónde competiré por primera vez. En las carreras españolas no creo que esté porque coinciden con las fechas de los exámenes y en el equipo han respetado eso para que no me tenga que agobiar.
Estudia usted una ingeniería, pero llega al mejor equipo del mundo y, evidentemente, el nivel de exigencia irá en aumento en ambos frentes según pasen los años. ¿Cómo pretende gestionar estudios y trabajo?
Mientras pueda ir sacando adelante las dos cosas, sin que una perjudique a la otra, lo haré. Para mí, es muy importante pensar en el futuro y, cuando termine mi carrera ciclista, tener algo que hacer.
¿He de entender, por lo tanto, que acumulará pocos días de competición en esta primera temporada?
La idea es ir aumentándolos poco a poco para no sobrecargarme mucho.
Hace más o menos un año hablé con el que iba a ser el corredor más joven del World Tour en 2019 y ahora estoy haciendo lo mismo con el que lo será en 2020. Evenepoel, como usted ahora, insistía en que sus únicas ambiciones eran aprender y hacerse a la categoría y fíjese qué temporada ha completado. ¿Me está engañando igual que lo hizo él?
(Ríe) No, no. Creo que Remco está a otro nivel, completamente distinto del mío. Es un corredor que, como se ha podido ver, está completamente adaptado a la categoría. Yo ya lo veía cuando corría contra él. Iba como un profesional y así lo ha demostrado este año. Creo que para que yo pueda llegar a ese nivel tienen que pasar bastantes años. Yo sí necesito ir cogiendo ese ritmo y esa madurez que él ha demostrado.
Ineos es el claro referente en cuanto a la preparación súper meticulosa de sus corredores. ¿Le han sometido ya a test como pruebas de esfuerzo?
Sí. Lo primero fue hacerme distintas pruebas para ver que estuviera bien de salud y también me han hecho una prueba de esfuerzo para comprobar cuál es mi nivel. Básicamente, para tener unos valores sobre los que empezar a trabajar y mejorar.
¿Le han comentado, en relación con los de sus compañeros, cómo son esos valores?
No me han dicho nada, pero yo me imagino que seré de los más flojitos del equipo.
Antes de que, como se suele decir, la carretera dicte su propia sentencia, cuénteme qué tipo de corredor es usted.
Me considero un ciclista completo. Lo que más me gustan son las subidas. No sé si seré un corredor de grandes vueltas, pero en júnior rodé muy bien en las pruebas por etapas. Tampoco descarto que pueda hacerlo bien en algunas carreras de un día… siempre que sean duras.
Efectivamente, ha tenido usted buenos resultados en Roubaix o Gante-Wevelgem. A la vez, ha ganado el nacional de CRI, lo que le señala como un buen contrarrelojista. ¿No le lleva eso a querer probar un mix de pruebas de un día y carreras por etapas en lugar de centrarse ya en lo segundo?
No lo sé todavía, pero, como dices, sí que podría hacer ese mix para ir aprendiendo en todo tipo de carreras.
A nivel de la Selección, ¿buscará ir encontrando hueco en la categoría elite o, aquí sí, pasará por la Sub-23?
Creo que es algo que habrá que ver conforme pase la temporada, pero todavía no estoy al nivel de la máxima categoría. Me falta un punto para estar en carreras como un mundial elite, que siempre es muy exigente. Además, hay corredores que pueden representar mucho mejor que yo al país. Creo que es un paso que no se tiene que dar en este primer año. Sería un cambio demasiado grande.
Cuando termine su actual contrato seguirá usted siendo terriblemente joven. Pese a ello, ¿le han dicho ya en el equipo cuándo tienen previsto comenzar a exigirle?
El hecho de haber firmado un contrato por cuatro temporadas es, precisamente, porque ellos quieren que vaya sin ninguna presión y, por lo tanto, pueda ir aprendiendo poco a poco. No me exigen nada porque para eso ya tienen a los mejores corredores del mundo. La única intención que tienen conmigo es que me vaya formando.
Estuvo en la concentración de Mallorca hace algunas semanas. ¿Cómo fue esa experiencia? Al fin y al cabo, supongo que es cuando uno se da realmente cuenta de que esos ciclistas que veía por la televisión son ahora sus compañeros.
¡Pues sí! Es exactamente así y la verdad es que me he sentido muy bien. Ha sido, incluso, mejor de lo que esperaba. Me han tratado genial y les estoy muy agradecido a todos ellos por el trato recibido. Compartí habitación con Castroviejo. Supongo que emparejarme con él fue para que me enseñara y que me ayudara a adaptarme al equipo.
Usted ha hecho, ya lo hemos dicho, buenas clásicas, ha ganado carreras por etapas y ha sido campeón de España de contrarreloj. ¿Dónde ve un mayor margen de mejora ahora mismo?
(Ríe) ¡En todo! Creo que, si tuviera que elegir algo, trataría de mejorar, sobre todo, en la subida y la contrarreloj. Es verdad que a nivel de España me ha ido muy bien, pero cuando he salido fuera, entre unas cosas y otras, los resultados no han sido reflejo de lo que yo esperaba y lo que había trabajado. Eso es algo que ya hemos empezado a trabajar.
No es la primera vez que alguien me habla de ese cambio de nivel entre España y otros países cuando se trata del ciclismo base. ¿A qué cree que se debe? ¿Qué es lo que falta en España? ¿Más estructuras como Kometa, más carreras…?
A parte de que no hay la misma afición que en otros países, lo que yo creo que marca la diferencia es que aquí no se nos exige tanto como en otros países. No sé cómo funcionarán en otros lugares, pero algunos chicos contra los que he competido están llevando unos entrenamientos que casi me doblaban en horas.
Aquí nos exigimos menos y vamos aumentando esa exigencia poco a poco que, por otra parte, es justamente lo que tenemos pensado ir haciendo durante estos cuatro años. Es posible que sí falten estructuras que se parezcan más a Kometa, que va a seguir siendo la mejor estructura en ese sentido en España.
Volvamos por un momento al principio de sus días en bicicleta. ¿De dónde le viene la afición? ¿Tenía el ejemplo en casa?
No. A mi padre le gusta el deporte en general y hacía algo de bicicleta de montaña, pero empezó en el ciclismo conmigo. Yo le acompañaba en bicicleta mientras él corría a pie y, tras apuntarme a la escuela de ciclismo y de BMX de Almuñecar, él también me acompañaba en los entrenamientos. A todos nos gustaba la bici y ahora es el deporte que más hacemos.
Como ha dicho, sus inicios también están ligados a otras disciplinas como el BMX. Viendo los resultados que a algunos corredores jóvenes les está dando compaginar ruta con otras especialidades, ¿se plantea hacer algo parecido?
Cerca de mi casa no hay un velódromo en el que pueda compaginar con la pista y lo mismo sucede con el ciclocross. Aquí no tengo mucho barro en el que practicar (ríe). Por el momento, mi idea es centrarme por completo en la carretera, pero sí se está demostrando que otras disciplinas son compatibles y que viene bien compaginarlas.